Detroit, Estados Unidos. AP y AFP. - Cadillacs color rosado rodaron, la mañana de este viernes, por las calles cercanas del templo Greater Grace, en Detroit, donde cientos de admiradores se congregaron para el funeral de Aretha Franklin.
El cuerpo de la cantante, que falleció a sus 76 años el pasado 16 de agosto, arribó en una carroza Cadillac LaSalle de 1940, más de dos horas antes de comenzar el funeral. Vestía un largo traje dorado y zapatos de tacón con lentejuelas, su cuarto atuendo en una semana de eventos previos a su sepelio.
Su féretro fue trasladado a la iglesia, que en otros tiempos despidió también al padre de Franklin, el reconocido pastor C.L. Franklin, y la emblemática defensora de los derechos civiles Rosa Parks, a sus descansos finales en el Cementerio Woodlawn, donde la cantante se unirá a ellos. Los Cadillacs afuera hacían alusión a un éxito de Franklin de los 80, Freeway of Love.
Arreglos florales de celebridades como los cantantes Barbra Streisand y Tony Bennett, además de la familia del cantautor Otis Redding, cuyo tema Respect Franklin transformó para hacer de él su canción más característica, se colocaron en un corredor adentro del santuario. Flores del cantante Sam Moore incluía una carta que decía, “Sabes que siempre te adoré y te quise con locura... Incluso cuando reñíamos”.
Los organizadores del funeral insisten en que será un oficio religioso, no un espectáculo. Pero el último adiós a la Reina del Soul ciertamente incluirá muchos elementos, emociones y grandes entradas que fueron sellos de sus más de seis décadas en los escenarios sacros y seculares.
El funeral presume una serie de oradores y cantantes que competirían con cualquiera de los espectáculos más exitosos, pasados o presentes, con discursos del expresidente Bill Clinton, el reverendo Jackson y el amigo de infancia de Franklin, el cantante de soul Smokey Robinson; así como interpretaciones musicales de Wonder, Ariana Grande, Jennifer Hudson, Fantasia, Faith Hill, Shirley Caesar y Chaka Khan, entre otros.
LEA MÁS: Página Negra: Aretha Franklin, la agonía y el éxtasis
El obispo Charles Ellis III de Greater Grace conoce bien la pompa y circunstancia en torno al funeral, pero tiene en mente una misión superior para el oficio de más de cinco horas.
“Mi meta y objetivo es asegurarme que la gente salga de aquí con algún tipo de despertar espiritual”, dijo Ellis. “Esto no es un concierto, esto no es un espectáculo, esta no es una producción de premios. Esto es una vida real vivida, de una persona que no importa cuán famosa se hizo o a cuánta gente tocó alrededor del mundo, no pudo escapar a la muerte. Y con suerte, mucha gente aquí con dinero, fama, influencia, amigos, notoriedad y riqueza pensará en su mortalidad y dirá que hay algo más grande que la fama, hay algo más grande que Hollywood, algo más grande que ser un artista discográfico y vender discos de oro lo que sea”, afirmó.
Claro que una inyección de humildad y una de optimismo no tienen por qué ser mutuamente excluyentes.
LEA MÁS: Murió Aretha Franklin, la reina del ‘soul’
“Realmente creo que esto... será una experiencia que le abrirá los ojos a mucha gente que la verá alrededor del mundo”, expresó el artista góspel Marvin Sapp, quien también cantaría. “Celebramos porque reconocemos que aquellos a quienes llamamos los ‘queridos difuntos’, no querrían vernos llorando, tristes y afligidos. Querrían que celebremos sus vidas porque pasaron de esta vida a una vida mejor”.
Sabrina Owens, sobrina de Franklin, dijo a la agencia AP que comenzó a planificar las actividades para esta semana a principios de este año, cuando la salud de su tía se deterioró. Desde el deceso de Franklin, el 16 de agosto, Owens dijo que un grupo cercano al que describió como “los ángeles de Aretha” ha “trabajado incansablemente” guiado por una sola interrogante: “¿Qué querría Aretha?”.
“Después de todo lo que ella le dio al mundo, sentí la necesidad de darle una despedida apropiada que estuviera a la altura de su legado”, dijo Owens.
Aretha Franklin será reconocida por su inolvidable interpretación de Respect. El éxito, compuesto por Otis Redding, le hizo ganadora en 1967 de sus primeros dos premios Grammy de los 18 que obtuvo durante su carrera.
Su voz sensual y poderosa influenció a muchas divas estadounidenses, desde Whitney Houston hasta Beyoncé, pasando por Mariah Carey y Alicia Keys, entre muchas otras.
Nacida en Memphis, Tennessee, la cantante también estuvo íntimamente vinculada con el movimiento por los derechos civiles.
Noticia en desarrollo.