¡Acaba ‘Bojack Horseman’! ¿Qué esperar del final de la serie?

El melancólico caballo parlanchín termina su cabalgata este fin de mes, dejando como legado una de las mejores series de animación para adultos de todos los tiempos

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Siempre, las etiquetas más sencillas para describir qué es Bojack Horseman han sido “depresión” y “comedia”.

Al borde del inminente final de uno de los mejores productos de Netflix, es difícil precisar el contenido de la serie. Sin duda, la tristeza y los chistes han sido el pavimento de seis emotivas temporadas pero, en su crepúsculo, Bojack Horseman pareciera lanzarse hacia las existenciales preguntas sobre la redención.

Repasemos.

Veinte años después de su fama en televisión, Bojack es un caballo borracho que, a diferencia del rey Midas, todo lo que toca lo destroza. Cada vez que apunta a dejar sus vicios, Bojack vuelve a hundirse y no en solitario, sino que arrastra a quien tenga al lado para reducir el impacto de su caída.

Pero en el inicio de su temporada final (Netflix lanzó la primera mitad de los episodios en noviembre; ahora acabará el 31 de enero) da la impresión que Bojack ahora sí va en serio y por primera vez, en seis años, una luz se asoma.

Contrarreloj por el bienestar

Sin dudas Bojack es una representación del Sísifo del siglo XXI, pero la primera parte de la temporada final dejó abierta la oportunidad de cortar de una vez por todas el cordón que lo amarra a sus malas decisiones.

Eso sí, aunque Bojack parece encaminarse a su propia redención, la serie no perdona sus decisiones y deja en claro cómo el resto de personajes que han estado en contacto con el caballo parlanchín aún sufren fuertes traumas. Véase el último episodio en emitirse que muestra a todos esos personajes cuaternarios que apenas y conocieron a Bojack y ahora padecen consecuencias que pareciesen irreparables. El daño está hecho.

Justo por esa intención es que la primera parte de esta última temporada le dedicó bastante metraje al entorno de Bojack, en especial a los personajes que datan desde los inicios de la serie. Las historias de Princess Carolyn y Diane son las que más filo toman para el ocaso de la serie.

En el caso de la querida gata persa, desde un principio ha sido de los personajes con más precisión en su desarrollo. La adopción de su hijo no es más que el final de una historia simbólica sobre quienes están a la ribera de la fama.

También Diane vuelve a tomar el protagonismo que tanto se esperaba, después de superar su desgastada relación con Mr. Peanutbutter, el perro que siempre sonríe (o eso creíamos). Aún así, su nuevo romance no hace más que dejarla como uno de los personajes con más aprietos para el cierre de la serie: ¿logrará, finalmente, ser feliz? No se mira sencillo.

Otros personajes gravitan por el peso propio de su carácter, a pesar de que desde hace algunas temporadas atrás su camino en la serie es morderse la cola. El propio Mr. Peanutbutter, así como Todd, apenas y han sobrevivido al paso de una serie que se carga de personajes terciarios con mucha facilidad. Curiosamente, esa distancia les deja un poco más sencillo alcanzar un posible bienestar para los episodios que restan.

Pero, ¿verdaderamente Bojack Horseman le dejará espacio a la felicidad después de seis años de frustración y depresión? Ese pequeño aliento optimista hace que sospechemos como audiencia que, si todo está bien, es porque algo malo puede suceder.

Su legado

Cualquiera podría poner las manos al fuego asegurando que Bojack Horseman será recordada como una de las mejores series de animación adulta.

Primeramente, por su retrato sin concesiones sobre la depresión. La culpa no es la salida fácil que toma su creador Raphael Bob-Waksberg, sino que la serie muestra cómo la suma de las partes de una vida provoca las conductas de las personas, aunque eso no los exima de responsabilidades.

Además, Bojack Horseman se coronará como uno de los grandes títulos de la animación por su utilización de recursos dramáticos y humorísticos. Por ejemplo, el sexto episodio de la quinta temporada es únicamente un monólogo de Bojack que no pasa del contraplano, pero su diálogo es tan poderoso que no requiere de nada más. Igualmente, y una temporada atrás, el capítulo bajo el agua fue una gran demostración de cine mudo que tuvo todo para convertirse en un ícono inmediato.

Para estos capítulos finales, los guionistas continúan demostrando su grandeza: la multiplicidad de imágenes de Princess Carolyn cuidando a su hijo, el pasaje en que todos se esconden en la casa de Mr. Peanutbutter...

Sin importar el desenlace, lo que sí nos promete Bojack Horseman es una despedida. La despedida. El adiós a una serie de personajes que, por más retorcidos y absurdos que fueran, nos hicieron vernos al espejo como un caballo, una gata y un perro.