Sabores del Oriente Medio seducen el paladar tico

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Con una presencia de 22.000 libaneses viviendo en Costa Rica y más de 10 restaurantes dedicados a la gastronomía de ese país, la comida del Oriente Medio se abre paso con fuerza en el paladar de los costarricenses.

Más allá del popular hummus (una especie de puré de garbanzos que se come con pan árabe), Líbano ofrece a los comensales un amplio abanico de platillos que combinan ingredientes frescos con preparaciones sumamente saludables.

“Al libanés le gusta comer bien y de forma abundante; además, nuestros platos no le hacen daño a tu cuerpo, puesto que no cocinamos con grandes cantidades de grasa, solo con aceite de oliva”, manifestó Albert Karam Kayssm, cónsul general honorario de la Embajada de Líbano en Costa Rica.

El diplomático comentó que los ingredientes principales de la gastronomía del Líbano son el trigo, el cordero, la canela, el orégano y diferentes tipos de pimientas (blanca, roja, negra, entre otras).

Para darle sabor a sus comidas también se utilizan una amplia variedad de aliños como ajo, cebolla, perejil, orégano y la hierbabuena.

Karam dijo que a la hora de comer, en la mesa de los libaneses hay complementos que no pueden faltar. El pan, las aceitunas, rábano y hierbas son parte de los acompañamientos.

El cónsul comentó que la amplia variedad de platillos y fusión de sabores se explica en la importancia que tiene la comida dentro de la cultura de su país.

“La gastronomía libanesa es milenaria; tiene por lo menos doce siglos y medio de vida. Al libanés le gusta comer; de hecho, nosotros primero comemos, luego vestimos y luego viajamos, por eso cuando llegas a una casa allá, aunque sea humilde encontrarás una gran cantidad de comida”, aseguró.

¿Vamos a probarlo? Con más de una década de haber llegado al país, la familia Zaghloul es una de esas estirpes interesadas en compartir su cultura con los costarricenses.

Como parte de esta tarea, las hijas de la familia se han dedicado a impartir clases de danza árabe, organizar encuentros de esta cultura, e incluso abrieron su propio restaurante especializado en comida libanesa.

Se llama Al Muluk. Antes estuvo ubicado en las inmediaciones de la calle de la Amargura, en San Pedro, y desde hace tres años, en Pinares de Curridabat.

Con su experiencia, en este centro de comidas Teddy Zaghloul, propietario del restaurante, hizo sus propias recomendaciones para que los costarricenses probemos algo más que hummus.

Como parte de sus sugerencias, el experto recomendó a los comensales, especialmente a quienes nunca han tenido la oportunidad de disfrutar de esta comida, probar platos como en baba ghanouj (pasta a base de puré de berenjena) y ensaladas como el tabule (combinación de tomate, cebolla y trigo, entre otras combinaciones).

Si se trata de platos fuertes no se pueden dejar pasar la oportunidad de probar el cordero. En el caso de Al Muluk dos de las especialidades son las costillas y pinchos.

Quienes quieran probar recetas más radicales pueden probar el labneh (una especie de crema de yogurt, elaborado con leche de oveja, vaca o cabra), así como recetas como el Kebbe Naye (carne molida cruda mezclada con trigo, hierbabuena, cebolla y olores) y el Kafta Naye (también carne sin cocinar, solo que combinada con perejil y especias).

En cuanto a las bebidas, Zaghloul recomendó a los interesados cerrar siempre sus tiempos de comida con un buen café libanes; una bebida, que a diferencia de como se prepara en el continente Americano, está hecha con granos que ellos mismos tuestan y muelen en el momento que se va a consumir.

Un detalle importante es que por la intensidad de su sabor, debe ser consumido siempre en cantidades pequeñas.

A la hora del postre, el especialista sugirió dejarse tentar por un Knefe (hecho con queso mozzarella, hojuelas de maíz y miel de azúcar. También sugirió probar el famoso backlawa, un pastel de pasta mil hojas, relleno de pistacho y nueces, bañado en miel de azúcar.

Se dice que la gastronomía del Líbano tiene más de 1.000 recetas propias. Con toda esta variedad no queda más que responder a la provocación de sus olores, sabores y texturas ¡Buen provecho!