El lugar pactado para el encuentro estaba lleno desde una hora antes, entre los asistentes era sencillo reconocer a músicos nacionales que no querían perder la visita de estos tres.
A las 10 p. m., legó la hora de la música, Henderson salió con sus amigos, un par de pequeños ajustes en sus amplificadores y de inmediato comenzó la música.
Los ojos de los presentes no se alejaban de las maravillas del guitarrista; era impresionante como sus manos parecían ir de aquí para allá por ente los trastes de su guitarra.
Claro, para lograrlo contó siempre con el aporte de un sólido bajo y una batería precisa.
Ellos no estaban ahí para hacer gala de ser estrellas, estaban para demostrar cómo se hace la buena música y por los aplausos entusiastas del público, lo conseguían demostrar fácilmente.
Las casi dos horas de concierto fueron aprovechados por los invitados, desde el blues, hasta las baladas, desde luego, todo con el sello propio de sus apellidos. Entre los temas interpretados estuvieron Actual Proof, de Herbie Hancock;
Fee Fi Fo Fum, de Wayne Shorter y Tears In Heaven de Eric Clapton, desde luego, todas al estilo de estos muchachones de la música.
Escuchar