30/11/2011. San Jos. Teatro Melicop Salazar. concierto de rosario flores. /Pablo Montiel (Pablo Montiel)
Muy poco le importó a Rosario Flores que el público se le entregara desde que diera un paso en el escenario del Melico Salazar, la noche del domingo. Ella venía a dejarlo todo en la tarima, como si fuera su primera vez en el país.
Como cuentan quienes ya la han visto antes, la española llegó y se apoderó del Teatro Melico Salazar. Sacudió su cabellera, movió sus caderas, bailó y agitó sus piernas al ritmo de su rumba flamenca, y dejó claro su cariño por el pueblo tico.
Como dice en su sencillo
La artista, vestida completamente de negro, empezó con una mezcla de temas nuevos y viejos, entre los que estuvieron
La primera canción que le dedicó a los presentes fue
La nota romántica siguió con
“Sé que esta siguiente canción les gusta mucho aquí”, dijo Rosario, como una dedicatoria especial antes de entonar
Luego volvió a dar una descarga de ritmo con
“Hay canciones que cuando uno las escribe, jamás se imagina cuánto van a llegar y esta es una de esas”, dijo la intérprete, como introducción para un tema escrito por ella:
El final de la primera parte del espectáculo llegó con
Era el momento de
Continuó con otro de sus temas nuevos,
En un nuevo repaso por sus temas más conocidos, la cantante recordó uno de sus mayores éxitos,
Uno de los momentos más intensos de la noche fue cuando interpretó la canción
“No podía despedirme sin cantar este tema, que es un himno de amor que escribió mi hermano Antonio. Vamos a cantar hasta el cielo, para que él la pueda escuchar y para pedir por un mundo mejor”, dijo como introducción de
El público se apuntó al canto y obtuvo a cambio un sentido “Gracias, Costa Rica”, de parte de la artista. Ella se hincó a un lado del escenario y levantó las manos en señal de triunfo, y luego hizo lo mismo al otro lado de la tarima.
La gente gritaba y aplaudía. Rosario no pudo contener más la emoción y se hincó una vez más para besar el suelo del teatro, y con eso logró que la audiencia se pusiera, nuevamente, de pie, en medio de una gran aclamación.
“San José, olé, olé y olé”, se despidió colocando una mano en su corazón y de inmediato empezaron los gritos de “otra, otra”. Minutos después, volvieron sus músicos, seguida pasos atrás por ella.
“Me encanta que me llames así. Esto es Lucía para todos vosotros”, dijo con una enorme sonrisa, antes de interpretar el famoso tema
El cierre definitivo llegaría a las 8:30 p. m. “Yo sé lo que queréis, sois unos marchosos”, expresó, mientras hacía pasos flamencos. Era el momento de
“Muchas gracias, Costa Rica, de verdad que me dais pura vida, me hacéis grande, me hacéis artista; nos vemos pronto, por favor. Hasta siempre”, luego se abrazó a sus músicos para la reverencia final.
“Volvemos pronto, lo prometo. ¡Gracias!”, fueron sus palabras finales, y desapareció del escenario con los ojos llenos de gratitud.
Mientras la gente abandonaba el teatro, algunos pedían más, en especial el tema