“Podría decir que quien a hierro mata a hierro muere. Decir que ojo por ojo igual diente por diente. Podría decir que no hay castigo justo ante lo que ellos se merecen y nada que te diga va a ser nunca suficiente. Podría seguir llenando de violencia tu mirada que se conquista más con sonreír que con espada; que es digno usar la otra mejilla y repetir la bofetada y otras mentiras que nunca sirvieron para nada. Y es que no es tiempo de decir nada, más bien es tiempo de escuchar todo, de hacer, de una vez por todas, lo correcto y si no hay nada inteligente que decir, hacer silencio y escuchar. Y hacer silencio y escuchar”.
El cantautor costarricense Bernardo Quesada le escribió esta carta a su hija Isabel, hace poco más de un año, cuando en una de las visitas a Costa Rica (porque él reside en México) se encontró con que, en menos de un mes, habían asesinado a tres mujeres en el país; el padre preocupado por el bienestar de su hija, hizo lo que mejor sabe: escribir desde el corazón.
Dos años antes, Quesada, quien es compositor, músico, cantante, director y productor musical, había creado la obra Réquiem, un himno en el cual él se coloca en la otredad, se ubica en un lugar diferente para, como le había aconsejado Rubén Blades hace varios años, ver lo distinto. Ahora, en el marco de las situaciones de violencia e inseguridad que viven las mujeres, no solo en Costa Rica sino en el mundo entero, Bernardo presentó el video de la canción Réquiem, haciendo una metáfora en la que él, que en principio tiene los ojos vendados, descubre la realidad de muchas mujeres.
“De repente vi todo nublado y eran lágrimas”, así empieza la canción en la que el artista habla sobre el silencio, el desinterés, el desdén y la ley del hielo que se aplica ante la violencia, y que de igual manera, también suma al problema.
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“Cuando le escribí esa cartita a mi hija quedé con ese pendiente de hablar sobre el tema, porque a final de cuentas, cuando te dedicas a la canción de autor como tal tenés una responsabilidad de que tu música responda a tu entorno. Yo no hago canciones, hago fotografías cantadas, porque son fotos mentales que me guardo y en algún momento afloran; esa es la diferencia con otros géneros, que todos son muy respetables, pero, específicamente, mi argumento para conmigo mismo, para justificar lo que hago, es que responden a que mi función de escribir sobre mi entorno social o político”, explicó Quesada sobre su labor como autor y la temática de Réquiem.
De acuerdo con el compositor, la obra no la escribió pensando en la violencia de género, sino más bien desde el punto de vista de la ignorancia y del menosprecio como una herramienta de esa violencia y así, justamente, es como también presentó el audiovisual de la canción.
El video se grabó en el teatro Melico Salazar con la participación de varias mujeres destacadas de la cultura costarricense, amigas cercanas y familiares de Bernardo, quienes tomaron las palabras del autor y las interpretaron ellas mismas, pero con la voz de Quesada. Entre las protagonistas estuvieron las actrices Nerina Carmona y Arabella Salaverry, además de la cantante Daniela Rodríguez; entre otras.
La canción y el video también contaron con el aporte musical en los instrumentos de cuerdas de las artistas Camila Ramírez, Maricel Méndez, Sonia Bruno y Andrea Umaña. La dirección del visual estuvo a cargo de Sebastián Vega.
“La canción comenzó hablando de la violencia normalizada, de ese instrumento de la violencia que es el desdén, de ese huerto yermo en el desierto de la soledad que es hacer un esfuerzo porque algo florezca, pero aún así lo estás haciendo desde el lugar más cabrón que es la soledad. De eso habla la canción, de cuando estás haciendo un esfuerzo por lograr ese huerto, pero sos ninguneado”, afirmó el artista.
Quesada contó que siempre se ha sentido identificado con su lado femenino, principalmente, porque ha visto la lucha de las mujeres en su casa, empezando por su abuela Clemencia, quien marchó en las calles de San José para luchar por el voto femenino en el país, pasando por el ejemplo de su madre y el amor que le representa su hija.
“Abrazo mi lado femenino, el artístico. Después de todo me di cuenta que yo no estaba hablando del dolor que sentí cuando escribí esa canción, porque estaba hablando de otra persona, hablé de lo que nosotros estábamos causando. Es un ejercicio de abstraerse y ver la realidad desde otro punto de vista”, explicó el compositor.
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Laboratorio
La vida profesional y artística de Quesada se desarrolla en México, pero cada cierto tiempo vuelve a Costa Rica para cantar, crear y también para compartir sus experiencias.
Justamente el compartir experiencias es lo que mantendrá a Quesada en suelo tico por varios meses, gracias a que a partir del lunes 16 de marzo ofrecerá un taller de música. Laboratorio 2020 es el nombre de este proyecto, en el cual Bernardo ofrecerá clases sobre composición, el proceso de la producción, grabación y publicación de las canciones.
“Es un ejercicio de pasar esta experiencia que he aprendido a lo largo de más de 25 años como arreglista, productor y compositor. Es un taller donde la gente que llegue va a tener la experiencia, a partir de una hoja en blanco, de reescribir una historia”, explicó el músico.
Además de Quesada, habrá otros expertos durante el taller, quienes compartirán sus conocimientos: el director de cine costarricense Gustavo Fallas, que expondrá una clase maestra sobre la narrativa; la experimentada profesora de canto Keren Rodríguez, que enseñará técnicas de vocalización y canto, entre otros.
El laboratorio se llevará a cabo durante seis semanas, y en ellas se hará todo el proceso para grabar y publicar una canción, desde la composición, la grabación en estudio hasta la masterización.
Para mayor información sobre el taller puede enviar un mensaje al número celular 7156-2343.