EscucharCrítico de televisión Claridad y fuerza. Nuestra Presidenta ha figurado en las pantallas de CNN con total propiedad. Fue clara, contundente, se mostró inteligente y segura de sí misma cuando habló de la invasión del ejército nicaraguense. Doña Laura, bien vestida, bien maquillada, bien hablada y en su papel de comunicadora telegénica, es una figura de lujo para nuestro país en el contexto internacional. La preparación que tuvo ella y que mostró en los debates ahora los ha capitalizado para hablar en momentos de tensión. Estuvo estupenda y creo representa al país con toda propiedad.Debe hacernos sentir orgullosos que nuestra Presidenta tenga claridad y facilidad de expresión. Ella domina los acentos de la voz, la firmeza de los silencios, el movimiento seguro de las manos. Ya lo había demostrado ante la televisión española en un contexto de mayor tranquilidad y ante preguntas hechas para favorecer su entusiasmo y positivismo. Ahora sucede lo mismo en una presentación completamente distinta; lo hace estupendo ante momentos de tensión y, donde una frase, una mueca, un pequeño desliz puede generar un eco masivo de proporciones no deseadas. Porque es así, el país necesita del apoyo internacional para superar este atropello y lo hace respondiendo a preguntas directas con declaraciones concisas, pero haciendo grandes aportes, explicando realidades, relacionando valores con acciones, exigiendo con firmeza, pero siendo amable y, sobre todo, ofreciendo calma en medio de la situación tan delicada. Ella lo hace perfecto frente a un presidente como Daniel Ortega, que nunca ha dado una conferencia de prensa durante su mandato ni acepta preguntas de los periodistas cuando habla en público. Entonces, con la imagen adecuada de nuestra Presidenta, que fue uno de los factores para llegar a la silla presidencial, el país tiene ventaja en un momento internacional donde el liderazgo emitido a través de la televisión vale su peso en oro. Cualquier persona que haya visto la entrevista de doña Laura en CNN quedó bien informada y gratamente impresionada con su presentación. La tele es, en ese sentido, una alidada de las posibilidades comunicativas de nuestra Presidenta. Porque claro, la tele siempre está abierta a colaborar si hay talento delante de ella. Es triste decirlo, pero con la tragedia, con el impacto de la devastación y con las historias asociadas, la tele recupera su gran presencia social en el país. Así es, la tele, llamada caja boba con desprecio, que es blanco de tantos ataques injustificados y excusa de cuantos males sociales alguien quiere inventar, es también la fuente de toda nuestra atención cuando el país se paraliza, se inunda o se mueve hasta sus cimientos. En esta tragedia como en todas las demás, la tele tiene un gran impacto y una gran función social. Y si me permiten decirlo, todos los canales merecen un reconocimiento por la cobertura de la devastación del huracán Tomas, porque cada uno, dentro de las posibilidades, supo atender la tarea de describir la magnitud y reportar en sitio la angustia de los damnificados. Incluso los corresponsales, más acostumbrados a perseguir el carro chocado o el asesinado aislado, tuvieron repuesta inmediata con imágenes reveladoras. Todavía carecen de entrenamiento para hacer noticias más elaboradas, para contar historias, para reportar con autoridades locales autorizadas en un contexto puramente periodístico, pero la estrategia de corresponsalía de los noticieros, una idea del productor Carlos Montero que sonó en los 70, se nota hoy con todo su potencial en un momento de tanta expectación.Teletica tuvo como siempre gran reacción y llegó primero con un registro amplio de la catástrofe. Repretel demostró que ahora no es como antes, cuando en cada momento de alta tensión nacional, la gente prestaba más atención a Teletica. Ahora Repretel se lanzó a una cobertura extensa, completa, dinámica y en un excelente balance entre información y emotividad. El equipo de Canal 7 demostró su oficio de líder, su poder de reacción en la organización logística y los periodistas hicieron valer su experiencia y su seguridad en cámara para dar una imagen de control informativo en medio del caos mismo de la emergencia.
