En un afán genuino de hallar paz interna y espiritual; la practica del yoga, la meditación, la conexión con la naturaleza y, por supuesto, la música; son ingredientes que actualmente no faltan en la vida del cantante costarricense Mechas. Para el artista el balance es fundamental, por lo que combina el arte con una vida de respeto y conexión, que se ve reflejado en sus canciones.
En esa línea, sus temas Santería y María son un reflejo fiel de la forma de vida que ha adoptado.
Mechas es reconocido no solo por su faceta en solitario, sino que es uno de los cantautores ticos más queridos por la escena del rock gracias a su trabajo con la banda Kadeho. Sin embargo, la vida de rockstar quedó un poco de lado desde hace varios años cuando el cantautor decidió dar un giro completo.
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Buscó hogar en La Fortuna de San Carlos, donde adoptó el yoga y la meditación como herramientas para tratar de encontrarse a sí mismo. “Estaba destinado a esa búsqueda. Hace muchos años estoy cuestionándome cosas, por eso muchos piensan que me pierdo. Tenía mucho tiempo de estar con esa incomodidad, necesitaba encontrar respuestas con más sentido, por eso me moví a La Fortuna para tener contacto con otros seres como la montaña, la lluvia o el volcán. Ver al volcán todos los días y pensar que si se le ocurre explotar solo nos van a recordar, eso nos recuerda que somos vulnerables”, explicó el músico sobre parte de sus cambios personales.
Mechas divide su tiempo entre San Carlos y Heredia. En La Fortuna trabaja entre semana tocando en un hotel y los fines de semana se moviliza a Heredia para cumplir con el resto de sus compromisos musicales.
“El yoga me ha relajado un montón, me ha hecho aprender que tengo un cuerpo al que debo de entender, que somos un complemento de ciertas cosas desde la vida espiritual, que este cuerpo es un avatar que sirve de transporte para vivir una del montón de vidas que vamos a tener”, agregó.
En ese viaje de descubrimiento y aceptación, es obvio que Mechas ha cambiado. Y ahora, que recién sintió que había llegado el momento y luego de dos años de tenerlas en el baúl, lanzó al mundo Santería y María, como un grito revelador de lo que hoy experimenta.
Aprendizaje y aceptación
Durante un viaje que Mechas realizó a Cuba, con la intención de hacer turismo y tocar por allá, conoció a una persona que dice haberle abierto la la mirada. Este ser le mostró al artista una serie de opciones de vida, que el artista ni siquiera había considerado para su vida.
“Conversé con alguien que me explicó lo que significa para ellos la Santería, sobre los dioses africanos que disfrazamos con nombres de dioses latinos. Entre todo eso me dijo que yo había llegado a Cuba para encontrarme con la musa de la música como un ente, como un ser espiritual, como una figura. Me dijo que aunque había tocado toda mi vida no era consciente de ello, de los conceptos de la energía en tarima, que no lo visualizaba como algo sagrado”, explicó.
Mechas contó que durante ese viaje a Cuba no pudo dormir por al menos cinco días y que hasta después de conocer a esta persona al fin pudo conciliar el sueño. Precisamente, durante esa tarde que dormía, el artista soñó con una canción, tenía la melodía en su cabeza y al despertar comenzó a escribir.
“Al día siguiente unos amigos me consiguieron un estudio y grabamos la canción, como por arte de magia unas músicas de un grupo muy importante allá se sumaron a grabar. La pieza se hizo en una tarde, con pocas tomas para no perder la esencia”, recordó.
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Hablando sobre los sueños, ese es otro tema que Mechas interioriza de una manera diferente. El artista contó que tiene la posibilidad de experimentar sueños lúcidos. “Cada vez que me duermo de pronto los sueños me siguen. Sueño con personas y les escribo para contarles que soñé con ellos y ver si están bien. A veces les escribo o les hablo en el momento indicado porque resulta que necesitaban hablar con alguien”, comentó.
Otra práctica que lo ha ayudado a encontrarse y entenderse es la biodescodificación. “Tenemos que descodificarnos de lo aprendido, porque si seguimos haciendo lo mismo el resultado siempre será igual. Más allá de ideales o religiones hay una codificación que tenemos en los registros del cuerpo que tienen que ver con la genética. Somos el producto de varias generaciones que nos enseñan a través de la genética ciertos comportamientos”, explicó.
Con este tema, precisamente, tiene mucho que ver la canción María. En dicho tema, Mechas le canta al empoderamiento de la femineidad. “Esto lo he trabajado mucho en mi proceso. Descubrí a alguien que como es común en la cultura Centroamericana, tenía muchos principios machistas o inseguridades que cargamos como las micro homofobias. María le habla a ese poder femenino que ahora es más fuerte, aunque siempre lo fue, pero ahora se ha acomodado donde merece porque durante siglos hemos visto la femineidad como algo débil”, agregó.
El video de esta pieza lo trabajó Mechas con Eloy Mora y, en la producción, se visualiza ese mensaje de fortaleza y resiliencia a través de la danza.
“Queríamos lograr despertar ese sentimiento de dolor que nos provoca cuando vemos a una mujer en su belleza y magnificencia, pero de pronto llega una energía que la tira al piso y le pone el pie encima. Quisimos verlo desde otro ángulo, entender que estamos siendo la parte abusadora y quienes que no decimos nada”, aseveró el músico.
Cambios para crecer
Dice Mechas que todos esos cambios que ha experimentado en su vida le han servido para descubrirse a él mismo, para vivir en armonía con todo lo que lo rodea y también para expresar aún más intenciones y emociones a través de su música.
“En el 2019 empecé un proceso muy fuerte en mi vida, que fue buscarme a mí mismo. En ese año me divorcié y fui a buscarme, a tratar de encontrar quién era yo”, narró.
“La pandemia fue la limpia que le pedí al Universo que me diera. En ese tiempo hablaba de resetearme y tenía muy claro que necesitaba empezar de cero para poder conocerme yo”, dijo.
El músico confirmó que el proceso ha funcionado bien y que tiene una nueva visión de la vida, una perspectiva diferente. “Soy un ser que no me interesa lo que venga a juzgarme, ya rompí ese paradigma de hacer algo porque me lo exigían. Cuando se logra eso se entiende el respeto a uno mismo, a ser el número uno aunque suene egoísta, pero al fin y al cabo es lo que me hace feliz”, concluyó.
De todo este proceso de aprendizaje, Mechas guarda más canciones que pronto irá compartiendo con sus seguidores. Por el momento resta disfrutar de María y Santería, de apreciarlas desde diferentes perspectivas y gozarlas libremente, así como lo ha hecho su autor.