28/12/12. Estudio de La Nacin, Llorente de Tibas. El bajista costarricense Max Esquivel. foto: eyleen vargas (Eyleen Vargas Davila)
El bajista costarricense Max Esquivel es de esos músicos que son fruto de una mezcla que reúne horas incontables de estudio, una cuota de talento y una pizca de buena suerte. Él es uno de esos pocos músicos ticos que, a sus 22 años, tuvieron la suerte de irse de gira con una leyenda viva del jazz , como lo hizo junto al trompetista Arturo Sandoval, cofundador de Irakere .
Ahora, a sus 25 años, ve otro sueño hecho realidad, al tener en sus manos el disco Max Esquivel Quintet , fonograma con 10 tracks compuestos en su mayoría por él.
El jazz es la médula de este disco, y el bajo, sin duda, que lleva la voz cantante. En esta producción, el instrumento de Esquivel no esta alto en un podio, y todos los demás son meros acompañantes. ¡No señor!
En este material lo acompañan figuras de amplia trayectoria y con aportes que serán un deleite al oído de los amantes de la “música de los músicos”, como se le suele llamar al jazz .
Wálter Flores se encargó del piano; Felipe Fournier ( nominado a un Grammy Latino por su trabajo con Charlie Sepúlveda & The Turnaround), del vibráfono; Orlando Ramírez, en la batería y el estadounidense Cody Rowlands, como trompetista invitado.
El disco es un reflejo de Esquivel; en este muestra desde jazz , en un estilo muy tradicional, hasta propuestas donde el sabor del latin jazz y el funk son perceptibles.
“Estas obras dicen quién soy yo como compositor y artista; qué es lo que me interesa y las influencias que dan forma a mis composiciones”, explicó Esquivel.
Para presentar el disco compacto en sociedad, los integrantes del quinteto darán un concierto, el 15 de enero, en el bar josefino El Steinvorth. Ese día también estará a la venta en el lugar.
Satisfecho. El disco se grabó en julio, en Bamboom Studios, gracias al fondo Dotación Anual para Música Inédita, de la Asociación de Compositores y Autores Musicales ( Acam ).
Pese a que Flores es un reconocido productor costarricense, en este caso decidió mantenerse al margen y dar oportunidad para que Esquivel y Alejandro Salazar tomaran las riendas.
El resultado final dejó muy feliz a su autor, en especial porque Wálter Flores, a quien considera un maestro, le aseguró que la grabación sonaba muy bien.
Los planes a futuro cercano para el bajista son regresar a Nueva York, y finalizar sus estudios superiores en New School of Jazz and Contemporary Music .
Además, acudirá a contactos para que en un par de meses estar tocando sus obras en clubs de jazz de esa ciudad estadounidense. También quiere tocar puertas para presentar el disco en vivo, en algunos festivales de jazz .
El sueño de Esquivel continúa; en este se ve cómo un bajista completo, con capacidad para abordar cualquier ritmo, puede salir de gira con artistas y dar rienda suelta a su veta de compositor.