Malpaís, Gandhi y unos 50 músicos nacionales llevaron mensajes de inclusión al cierre del traspaso de poderes

Colaboraciones entre grupos locañes abundaron en el histórico encuentro en la plaza de la Democracia.

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Un histórico concierto gratuito con más de 50 músicos nacionales cerró con broche de oro las actividades del traspaso de poderes en la plaza de la Democracia.

La música, se ha dicho varias veces, es una de las pasiones del nuevo presidente, Carlos Alvarado, y fue la música el vehículo con el que se envió al pueblo un último mensaje de unidad nacional.

Las presentaciones arrancaron a las 4 p. m. con la canción A través del amor, de Coalición Costa Rica, colectivo que apoyó la candidatura de Carlos Alvarado y promovió la participación cívica.

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El tema lo entonaron desde el escenario los cantautores Miguel Solari y Amanda Rodríguez, y desde el público lo corearon decenas de jóvenes pertenecientes a la agrupación, con banderas.

En el bloque dedicado a los músicos de la Coalición, la compositora Flor Urbina participó con el tema Un nuevo día y Mike Joseph, con Paz y amor.

Seguidamente, músicos nacionales como Felipe Pérez, de 424; Daniela Rodríguez, de Malpaís; Luis Montalberth-Smith, de Gandhi, y Kumary Sawyers, de Un Rojo, cantaron Ticos por igual, de Arturo Pardo y Jaime Gamboa.

La unión de muchos talentos en el escenario marcó un concierto histórico desde su inicio.

“Desde el traspaso se vio que la intención era dar un mensaje de unión y de querer acercar a la gente las distintas expresiones políticas y artísticas”, comentó Amanda Rodríguez tras su paso por el escenario.

“Como sector cultura creo que recibimos un jalón de orejas que nos puso a pensar y nos terminó uniendo en estas canciones y finalmente en este espacio. Terminó siendo algo constructivo”, señaló Felipe Pérez.

En la plaza de la Democracia había unas 2.000 personas al inicio del concierto y todas ellas celebraron con vítores la entrada a escena de los grupos y músicos nacionales participantes, entre ellos Master Key, María Pretiz, Malpaís, Claroscuro, Gandhi y Bernardo Quesada, quien también participó en la organización del espectáculo.

Este colectivo de más de 30 músicos interpretó El día de las crayolas, canción que celebraba la revolución realizada desde las urnas.

De la misma forma, el grupo de mujeres Claroscuro celebró el desarrollo de las elecciones con una canción nueva, para la que invitaron al conjunto Master Key.

Claroscuro tocó canciones como De color injusto, en el que tratan temáticas de género.

“Las mujeres de rosado, los hombres de celeste / A ellos trabajos mejor pagados, y a nosotras que nos cueste”, cantaban al unísono las 11 mujeres en el escenario.

Cada grupo tenía 20 minutos para mostrar su propuesta artística y, en la mayoría de los casos, los tiempos fueron respetados.

Música para todos

A las 5 p.m. siguió el turno de Master Key, que celebró en el escenario que llegaba al poder ejecutivo “una hermana afrodescendiente”, Epsy Campbell, la nueva vicepresidenta y canciller.

Las ocho voces de Master Key ofrecieron mensajes de perseverancia y también de fe con canciones como Cree solamente.

María Pretiz, por su parte, dedicó su primera canción, Jardines, “a aquellos como Carlos Alvarado, que dicen jardines como hacer cosas”.

La cantautora interpretó junto a un bajista, una baterista y su fiel compañero el piano otros temas reconocidos de su repertorio, como En braile y Háblame, para el cual invitó a Bernardo Quesada a hacer un dueto.

Quesada quedó plantado en el escenario para interpretar canciones suyas, como Tareas, junto a Manuel Obregón e Iván Rodríguez, quienes tocaron el acordeón y el violín, respectivamente.

La siguiente canción mantuvo las consignas políticas de la actividad, pues Quesada la dedicó a distintas víctimas de feminicidios e incluso dijo los nombres de algunas de ellas durante la presentación. El público le respondió con vítores y aplausos.

A las 6 p. m., ya caído el atardecer, llegó al escenario Gandhi. El guitarrista Federico Miranda inició el concierto con una versión eléctrica de la Patriótica costarricense.

El público que había estado sentado en la plaza corrió a acercarse a la tarima, mientras el grupo iniciaba con Gran ciudad.

El grupo cambió de golpe a su clásico Quisieras, cantada tanto por los jóvenes presentes como por los hombres encorbatados que ya peinaban canas.

En ese momento empezó a caer una lluvia leve en el lugar, que más que espantar al público, lo invitó a bailar y cantar con más energía.

Continuaron el popurrí con Arigato y, al finalizar, Luis Montalberth-Smith le dedicó unas palabras al público.

“Gracias por celebrar esto y gracias a todos por ser parte. Ojalá que esto sean puras buenas noticias de ahora en adelante y que la buena noticia es que vamos a trabajar juntos todos”, dijo el vocalista.

Gandhi terminó interpretando Estréllame y Otro gol. Para esta última invitaron al escenario a Tapado Vargas, Juan Carlos Pardo y Bernardo Quesada, como percusionistas, y a Manuel Obregón como pianista.

En medio de un solo de guitarra, Carlos Alvarado llegó al escenario de la plaza de la Democracia acompañado de su equipo, después de cruzar la avenida central. La respuesta del público fue ensordecedora.

El presidente tomó la palabra y le encomendó a la gente "disfrutar de la música y la cultura hoy y, después de esto, trabajar, trabajar y trabajar".

La canción continuó y allí se vio a los vicepresidentes y otros miembros del gabinete bailar al ritmo de la música. Para ese momento eran más de 4.000 personas las que bailaban en el sitio.

El gran cierre estuvo a cargo del cantautor guanacasteco Max Goldenberg y luego la agrupación Malpaís, que interpretó éxitos suyos como Otro lugar, Canela y miel e Hila y reta.

"Gracias por acompañarnos en esta celebración de la vida, de los derechos humanos y de Costa Rica", dijo el bajista Jaime Gamboa. El concierto terminó a las 7:40 p. m., ante el clamor de un público que les pedía más música.

La presentación terminó con una segunda interpretación de El día de las crayolas. Unos 20 músicos en el escenario y los miles en el público cantaron juntos: "Para cambiar la historia, no empuñaron un fusil, sino una simple crayola".

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