Life in Color: Pintura, música y pastelazos inundaron Parque Viva

La franquicia celebró su quinta edición y su festival más grande en su historia en el país. DJs como Steve Aoki, Deorro y Disto fueron parte de la gran fiesta.

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No hubo un rincón en el Life in Color en el que no se encontrara al menos un churrete de pintura. En el Parque Viva, se vieron desde líneas que semejaban hilitos olvidados en el piso, hasta camisas blancas que parecían pintadas por el enérgico Jackson Pollock y que contenían todos los colores del arcoiris y hasta más.

El sábado 23 de setiembre se celebró la quinta edición del festival Life in Color, que tuvo lo mismo de siempre (pintura y música) pero fue más grande que nunca.

Parque Viva, en La Guácima de Alajuela, acogió a unas 12.000 personas que bailaron los temas de moda del EDM, un género musical que toma el golpeteo fuerte de la música electrónica y le da melodías de pop.

Con tres ambientes musicales diferentes, una zona de comidas y las inevitables filas para ingresar al baño, Life in Color se vio y se sintió como un verdadero festival de música.

Sacarse el clavo

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Para la organización y en alguna medida, para el público, tanto disfrute fue una forma de “sacarse el clavo”. El año pasado no se hizo en un lugar techado y la lluvia no perdonó.

“El año pasado llovió un montón y mucha gente no pudo pasarla a gusto, eso es algo que no me gusta, porque la gente está pagando por una buena experiencia”, dijo Adrián Gutiérrez durante el festival.

Gutiérrez dirige Jogo, una productora reconocida por organizar fiestas privadas en Halloween o inclusive el Festival Picnic, que en abril convocó a más de 10.000 personas.

“La idea es que todos nuestros eventos se conviertan en festivales y si bien el EDM aquí es el gancho, podemos hacer que distintos géneros música convivan”, dijo Gutiérrez.

Además del escenario principal, dedicado a la electrónica, cerca al área de food trucks había una tarima en la que sonaban reguetón principalmente, también techada.

Al adentrarse en las áreas verdes de Parque Viva se encontraba un escenario alternativo, con una oferta de house y techno. Allí, DJs como Fernando Melo, María Wabe y el dúo Faceblind mostraron otra cara de la música electrónica. Por su parte los DJs Matt Keelan y Khriztian también sorprendieron con temas de hip-hop.

La tarima del bosque, con capacidad para 1.500 personas, no descansó desde las 6 de la tarde y hasta ya terminada la presentación de Steve Aoki, el plato fuerte de la noche y el último DJ del escenario principal.

Adentro del centro de convenciones, se ubicaba el escenario principal y un palco vip conocido como la zona Jogo. En medio de las dos estructuras estaba la zona de guerra, por decirlo así. Era el espacio en el que la pintura salpicaba en todas direcciones y la música rara vez bajaba las revoluciones.

Como aún no salían con las mangueras a chorrear pintura de colores, el público hacía lo propio y entre todos se lanzaban pintura con botellas que les dieron en la entrada o que compraron para terminar de armarse.

No faltó música

Los DJs nacionales fueron los encargados de ponerle la banda sonora a esa batalla de colores. Kharlos, Chan y Dj Maxx fueron los primeros en poner a saltar el público de Parque Viva.

A ellos les siguió el experimentado Jurguen Dörsam, quien nunca falta en las fiestas organizadas por Jogo.

El nacional inició con un tema suave, Fix You, de Coldplay. El público detuvo los saltos y el lanzamiento de pintura para cantar a todo pulmón. Cuando terminó el coro, la canción empezó a tomar velocidad y a mezclarse con un tema de música electrónica.

Los saltos regresaron y Jürguen se ganó al público con temas como I Don’t Care, de Icona Pop y Charli XCX, Wake Me Up de Avicii --joven DJ que falleció este año-- y I Like it de Cardi B junto a Bad Bunny y J Balvin.

A Jürguen le siguió su colega Tocuma, que se dedicó a atizar la nostalgia millennial.

A ocho minutos de su set ya estaba poniendo versiones instrumentales de canciones de Luis Miguel, y luego reprodujo Still Dre de Dr. Dre, Rise Up de Yves Larock y Love Generation de Bob Sinclair, temas que de una forma u otra tienen recuerdos asociados.

El panameño Gian Varela (hijo del presidente Juan Carlos Varela) también tiró algo de nostalgia al presentar su remix de El Gato Volador y hasta una parte de De música ligera de Soda Stéreo, pero fue más que eso. Su selección de EDM fue mucho más intensa que la de los que habían pasado antes y sus transiciones mucho más agresivas.

Varela subió varias veces a la mesa en la que tenía sus herramientas con el fin de mezclar para bailar y motivar a la gente a que saltara con él.

De pie en la mesa, puso Pon di Floor de Major Lazer y empezó a hacer el baile del backpack kid. En pocas palabras, su presentación fue muy extra.

Le siguió Disto, quien regresó a Life in Color firmado por Afrojack. Tras varios meses de giras y de ver de cerca el trabajo de su mentor, la expectativa estaba alta, pero él no defraudó.

Quizá antes se enfocaba más en trap, pero en esta ocasión Disto trajo un poco más de EDM y por supuesto, los temas que ha compuesto junto a Afrojack, como My City.

Otro que llevó al público una propuesta variada fue Deorro, un nativo de Los Ángeles de padres mexicanos. Esa mezcla cultural se notó en su set, que puso desde Pumped Up Kicks de Foster the People y God’s Plan de Drake, hasta la parte de Ozuna de Te Boté.

El gran final, por supuesto, se le encargó a Steve Aoki, que llegó al escenario con sus tema de EDM, sus colaboraciones con Elvis Crespo y también temas de Daddy Yankee.

Su show fue el más ostentoso, hubo champaña, artistas de telas (que luego bajaron a bañar con chorros de pintura al público), pasando por sus famosos lanzamientos de queques.

Aoki tomó la idea de lanzar pasteles después de ver el video de Turn Up the Volume del productor Autoerotique, en el que queques explotan en cámara lenta. Para promocionar el tema de su protegido, Aoki llevó queques durante toda su gira y cuando llegó el momento de retirar la canción, lanzar queques se había vuelto parte de su marca.

Hace 4 años fue la primera visita de Aoki a Costa Rica y aún así, los lanzamientos de queque no se han puesto viejos. Una nueva generación se acercó a ver cómo un queque se estrellaba en la cara de alguien que así lo había pedido. Llevar lustre en la cara era como una medalla de honor.

Cerca de las 2 a.m. Aoki finalizó su tercera presentación en el país y Life in Color cerró una edición para los libros.