Silvio Rodríguez hoy tiene una cita con los ticos y su concierto hizo aflorar recuerdos entre quienes lo vieron en su visita de setiembre de 1989 . Federico Torres es uno de los costarricenses que guarda singulares anécdotas de este cantautor.
Lo particular de Torres es que él, prácticamente, vivió una semana a la sombra del intérprete de La gaviota . El nacional fue uno de los escoltas responsable de la seguridad del artista, durante los días que permaneció en Tiquicia.
“Recuerdo que nos tratamos de tú a tú. Tomamos café y una cerveza. Estuve bastante cerca de él en todo momento, porque coordinaba sus salidas, mantenía vigiladas la entrada al teatro (...). Estuve hospedado cerca de la habitación de Silvio, desde donde coordinábamos”, rememoró Torres.
En 1989, el costarricense practicaba activamente el karate; además, tenía conocimientos de defensa personal. A eso se sumó que tenía experiencia en seguridad en actividades; por estas razones, uno de los organizadores le pidió sus servicios.
“En esa época Centroamérica estaba un poco convulsa; imagino que los organizadores temían algún tipo de agresión contra Silvio. Generaba algún temor por tratarse de un cubano afín al gobierno de Fidel Castro ; sin embargo, no se dio ningún incidente o riesgo”, detalló Torres.
Anécdotas. Sin excentricidad, durante los días en que veló por la seguridad del caribeño, visitaron una librería en el corazón de la capital. También lo acompañó a un estudio fotográfico para que le revelaran unos negativos.
Incluso, el karateca estuvo muy cerca del cantautor durante sus conciertos; fueron tres presentaciones en las que estuvo sobre el escenario, como si se tratara de un técnico más del equipo artístico.
“Conversamos mucho de la vida, temas familiares. Me invitó a que lo buscara si algún día visitaba Cuba . Fue una semana muy amistosa; diría que él es una persona amable, humilde, bastante sencilla de un trato afable”, añadió.
En el plano personal, él conserva un afiche firmado por el artista. También algunas fotos al lado del invitado; sin embargo, se le fueron perdiendo al prestarlas a algunos conocidos.