La soprano costarricense Íride Martínez enfrentará un difícil reto esta noche cuando asuma el rol de Marie, en La fille du régiment , un papel que tuvo que preparar en cuatro días y que presentará en la reconocida Ópera del Estado de Viena.
La tica participará en cuatro funciones de esta obra el 26, 29 octubre y 1.° y 4 noviembre.
Marie, rol que anteriormente cantó la famosa Natalie Dessay, había sido asignada a la austriaca Daniella Fally . Ella no pudo participar por motivos de salud y ahí apareció la oportunidad para la tica.
En escena, la artista compartirá con reconocidos intérpretes como el tenor peruano Juan Diego Flórez, el barítono español Carlos Álvarez y la soprano neozelandesa Kiri Te Kanawa.
En la dirección musical estará Bruno Campanella, quien ha dirigido ensambles en los más famosos escenarios como La Scala de Milán (Italia); el Metropolitan Opera House (Nueva York, Estados Unidos) y la Ópera Nacional de París (Francia).
Antes de subir a escena, la tica habló con Viva .
¿Cómo se prepara para esta importante presentación en Viena?
Soy parte de la compañía de la Ópera de Viena desde hace un año y La fille du régiment es una ópera que ya he cantado varias veces, en otros montajes. Supe de esta sustitución hace seis días, así que apenas he tenido cuatro días para prepararme, lo cual ha sido bastante duro. Aunque la obra es hermosa, el rol es sumamente atlético y tiene diálogos muy difíciles en francés.
”Es un trabajo duro; luego del primer acto, salgo sudando como si hubiera estado en un gimnasio 50 minutos. Pese a eso, la producción es muy linda y los colegas son maravillosos. Carlos Álvarez es un gran cantante malagueño y con Juan Diego Flórez, se canta maravilloso, por eso es la persona que es. El maestro está muy contento con mi trabajo y yo también”.
Las emociones deben estar a flor de piel. ¿Cómo se siente? ¿Qué pensamientos vienen a su mente?
¡De todo! Una semana antes de la premiere le pasa a uno de todo por la cabeza y hay una cierta presión de que uno tiene que trabajar. Como decía San Francisco de Asís, voy a hacer lo necesario y lo posible; del resto, se encargará Dios. Yo sé lo que tengo que hacer, cómo me gusta hacerlo, pero la reacción del público es una lotería.
Vuelve en el rol de Marie, papel que usted había interpretado con éxito en Israel. ¿Cómo asume esta nueva interpretación?
Esta es la tercera vez que lo interpretaré. Esta ópera me gusta mucho; el rol es muy alegre, muy lindo y sentimental. Marie es una muchacha muy fresca y me divierte mucho hacerla.
Cada cantante asume el mismo papel de formas diferentes. ¿Cómo es la Marie de Íride Martínez?
Muy tica. En esta producción, Marie hace todo tipo de trabajos en el regimiento. Marie es un poco masculina porque le gusta jugar con rifles, con carros y tanques y, al mismo tiempo, plancha, lava y pela papas; es contrastante. La sorpresa es que cuando se enamora por primera vez, encuentra su propia feminidad.
Ha cantado en La Scala de Milán y en la Royal Opera House. ¿Qué diferencias hay entre estas casas de ópera y la Ópera de Viena?
En un teatro, el trabajo en sí es el mismo: igual trajín de ensayos, incluso mismos colegas en un lugar y otro, pero no solo cantantes, sino jefes de escena y el grupo de trabajo tras bambalinas, que es de primer nivel.
Después de cantar en estas grandes casas de ópera, ¿cuál será su siguiente objetivo?
Estoy satisfecha con mi carrera así como está. He hecho todos los roles que he querido, en los teatros que he querido; no tengo nada que envidiar. Me encantaría cantar en el Metropolitan Opera House, pero es una cuestión de naturaleza. Soy una muy buena cantante, lo sé; pero tengo una voz que no es muy grande y un teatro como el Metropolitan es para unas 4.000 personas; para presentarse ahí uno tiene que tener una cierta naturaleza de voz, que no es la mía.
”Tengo una voz muy ágil, que tiene la posibilidad de hacer coloraturas; tengo muchos sobreagudos, pero no es una voz muy potente y esa posiblemente sea la razón por la cual nunca llegaré a cantar en el Metropolitan. Sin embargo, eso no me significa una derrota; sé que soy una buena cantante y que lo puedo hacer muy bien. Es como comparar a atleta de 100 metros con uno de 10.000; están en especialidades diferentes.
”Estoy contenta y, contra la cantidad de voz no puedo hacer nada, esa es mi naturaleza, eso es lo que soy, y estoy orgullosa de hacer con ella lo que podía. Sé que para cantar en el Metropolitan hay que tener un tipo de voz que no tengo, es inútil; pero para nada estoy triste acerca de ello. Yo comparo el Metropolitan con otros teatros y otras producciones en las he participado y me digo ‘está muy bien’”.
¿Qué viene luego de esta oportunidad en Viena?
Tengo exclusividad con la Ópera de Viena y hasta que el teatro no me diga no, aquí seguiré.