Ayer, hace un año, las balas apagaron en Guatemala la vida de Facundo Cabral. Víctima “accidental” de un atentado contra el empresario Henry Fariñas, el cantautor argentino emprendió ese día su camino a convertirse en leyenda.
Percy Llanos, mánager de Cabral y su compañero en aquel fatídico viaje, conversó ayer con la periodista Gilda González, de ADN Radio (90.7 FM). Desde Madrid, España, Llanos habló sobre los últimos instantes de Cabral, desde el concierto en Quetzaltenango, hasta el inconcluso trayecto hacia el aeropuerto internacional La Aurora.
“Todo fue fruto de la casualidad y de la fatalidad. La noche anterior, cuando regresábamos de la última función de Facundo en el Teatro Roma, el empresario Estuardo Castañeda nos informó que, como teníamos que salir el domingo a las 4 a. m., no iba a poder despedirnos. Al regresar al hotel, Facundo se encontró con Henry Fariñas, y cuando le comenté que teníamos que buscar otro transporte para ir al aeropuerto, Fariñas escuchó y se ofreció a llevarnos”, recordó el periodista de origen argentino.
Llanos aseguró que conoció a Fariñas una semana antes, pero como Facundo le tenía un aprecio al empresario –un fanático confeso del artista– no vio problema en que los llevara en su Range Rover.
“Lo recordaba como un chico atento y muy amable, solícito, que atendía los mínimos requerimientos que le hacía Facundo; era un empresario normal que cumplía con todo lo estipulado. Era un tipo sociablemente encantador”.
A las 4:30 a. m. de ese 9 de julio, los tres abordaron el vehículo. Fariñas conducía, Llanos iba en el asiento trasero y Cabral, en el del copiloto, como acostumbraba hacerlo en los viajes cortos.
“El trayecto del hotel al aeropuerto dura unos 10 minutos. El ataque ocurrió en el Cuartel de Bomberos, a los seis minutos de haber salido. Con Facundo no alcanzamos a hablar más allá de lo que él me preguntaba; quería saber cómo íbamos a hacer el trasbordo en Panamá, porque él tenía que tomar un avión a Buenos Aires y yo otro a Caracas. Hablaba muy cerca del oído izquierdo de Facundo, hasta que empezamos a oír los disparos”, recordó el mánager.
Para Llanos, es altamente probable que el artista argentino no pudiera percatarse de que eran víctimas de un atentado que acabaría con su vida.
“Fariñas no tenía idea de que corría peligro, porque no dijo nada mientras sentía el sordo golpeteo de las balas en el costado izquierdo. De lo que sí estoy seguro, y menos mal, que dentro de todo lo malo, Facundo no se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo, porque estábamos conversando absortos, metidos en nuestro problema. Uno de los disparos atravesó el papel polarizado y permitió que una sola bala le ingresara hacia el cuello con salida en el cerebro y le provocara la muerte inmediata”, contó.
En ‘shock’. Durante los minutos siguientes, Fariñas intentó seguir conduciendo pero se desplomó sobre el volante y chocó el vehículo contra una unidad de bomberos que salía a cumplir con un servicio. Tras la colisión, los sicarios emprendieron la huida, perseguidos por los guardaespaldas del empresario nicaraguense.
“Ellos son lo que nos cuentan lo que pasó, nos dicen cómo se acercó la camioneta, y un sicario sacó el torso por la ventanilla derecha y empezó su concierto de balas sobre el carro de Fariñas”, explicó.
Solo dentro del vehículo, con su amigo muerto y el chofer mal herido, Llanos comenzó a comprender la magnitud de lo ocurrido.
“El mundo se vino abajo. Dije una interjección. ‘¿Qué hago? ¿Qué digo, si no he visto nada? ¿Soy testigo de qué?’. Sabía que en cinco minutos más, el periodismo del mundo iba a estar ahí. Tenía un hematoma muy fuerte en un ojo, esquirlas en los brazos y un shock casi robótico porque no podía ni caminar”.
“El pánico que tenía era tremendo; sabía que mi amigo se había muerto y no sabíamos por qué. Un hombre que amaba la paz muere en medio de la balacera más horrible; un hombre que amaba la libertad, muere en la avenida Liberación; un hombre que hizo de Argentina un culto, moría un 9 de julio, fecha en que se celebra el aniversario de la Independencia”, añadió.
Un año después, aunque comprende que ese día la muerte “no estaba en su agenda”, Percy Llanos sigue considerando injusto que un hombre con tantas virtudes haya muerto de esa manera.
“A partir de esa muerte con violencia, de ese holocausto horrible, Facundo Cabral terminará siendo lo que es ya, una leyenda que impulse a las juventudes que no lo conocieron y lo conocerán a partir de ahora; a hacer de él un ser a seguir, un ejemplo de libertad, porque si hubo un hombre libre en el mundo fue él”, sentenció.
Como amigo de Cabral durante décadas y sobreviviente del atentado que le quitó la vida, Llanos escribió junto con su hija Gabriela un libro sobre los últimos siete días del artista. El texto se publicará en los próximos meses y recoge un sinfín de recuerdos inéditos que Cabral compartió con su mánager.
“Se titula Mudanza y eternidad , dos palabras que Facundo siempre decía: ‘No hay muerte, hay mudanza, todos nos encontraremos en ese lugar donde realmente somos eternos”, concluyó Llanos.