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Electropop y baladas es lo que ofrecen los tres discos de Mena. Javiera Mena para LN
Javiera Mena es una de las figuras más reconocidas de la nueva ola de pop chileno. El próximo 27 de febrero, ella será la única intérprete del país anfitrión del Festival Viña del Mar 2016.
Mena, primera cantante chilena abiertamente lesbiana, es una mujer empoderada: su espectáculo y la forma en que maneja su carrera lo comprueban. Conversamos con la compositora por vía telefónica.
¿Cómo ha cambiado tras diez años de ser parte de la industria de la música?
Lo que más he hecho en estos diez años y lo que más he cambiado es que partí sin pensar nada de la industria, simplemente quería hacer música y tenía muchas ganas.
”Poco a poco tuve la oportunidad de hacer mi propia estructura, mi propia empresa (Meni) para manejar una carrera tan movida como la mía. Cada día he aprendido más sobre cómo llevar una carrera musical de manera independiente en Latinoamérica, que no es fácil, pero sí cuando yo empecé era algo virgen.
Con su último disco, Otra era (2014), ¿pretendía llevar su música al plano internacional? ¿Quería que fuera más accesible?
Otra era tuvo un sonido más latino, porque fue mezclado por Javier Garza, quien ha trabajado con gente como Ricky Martin, pero desde mi primer disco, Esquemas juveniles (2006) empecé a salir, fui a Argentina y con Mena pude ir a España.
”Tengo influencias de lo anglo y lo latino, meto esas influencias en una juguera y desarmo todo y lo armo, entonces puede ser de cualquier lado pero a la vez es muy local. No sé cuáles son los elementos más universales, pero sé que puede gustar en Latinoamérica, en España y en Japón, donde he editado mis tres discos, también.
”Siempre he querido hacer música original y no parecerme a nada, o parecerme a mi manera. Creo que he llegado a lugares antes que otras personas y eso me encanta, porque para mí es cumplir un objetivo.
¿Cómo se tomó estar en el mismo día que Don Omar y Wisin en Viña del Mar?
En el Festival de Viña al público le dicen el monstruo, entonces ellos te pueden sacar del escenario si no les gusta.
”El primer día que me lo dijeron me puse un poco nerviosa, porque quizá al público de Wisin y Don Omar no les iba a gustar lo que íbamos a hacer y mucha gente me lo empezó a decir; entonces, me fui en esos pensamientos.
”Pero, una vez que ya me fui a ensayar con mis bailarinas y practiqué el show, me pareció una gran oportunidad, porque encantar a la gente que le gusta Wisin y Don Omar es un gran desafío.
”A mí me gusta mucho Don Omar, sobre todo su primer disco, lo encuentro un pionero en la música, pero es un gran desafío y creo que lo que aportará mi show será lo femenino, el otro lado.
”Si bien me gusta mucho el reguetón, también tiene un lado en el que el hombre manda y la mujer está a su servicio, y mi política va a todo lo contrario: solo hay mujeres en el escenario mostrando el poder que tenemos, entonces creo que vamos a ir para el otro lado de la balanza, pero también a aportar música para bailar.
”Así que ahora estoy muy confiada de mostrar quién soy, creo que va a estar súper bien”.
Se dice que la nueva ola de pop en Chile traía contenido político dentro de su música. ¿Cree que esto se ha perdido?
Para mí, toda manifestación es política, porque te está mostrando y te está diciedo algo, sea romántico o sea protesta; todo es una propuesta. Al menos lo que yo hago tiene mucho contenido para ponerse a pensar: esa idea de mostrar lo femenino, mostrarse libre, hacer videoclips con mucha libertad sobre temas como amor entre chicas; todo me parece muy político.
”Al menos en mi caso, creo que la gente se ha puesto a pensar después de escucharme; pa'mí eso es superpositivo y creo que es lo que andaba buscando en un sentido, pero tampoco (me expreso) protestando, sino trato de generar empatía hacia la felicidad que puede provocar el ser libre, creo que eso la gente lo ha valorado. Sin ser de protesta, me considero un cantante política”.