Entre amigos y hologramas, Malpaís celebró 20 años de música en Parque Viva

El Anfiteatro Coca-Cola de Parque Viva fue escenario de una celebración sin igual en la que el grupo tico no se guardó ni un as bajo la manga.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Malpaís es una banda que durante 20 años se ha encargado de romper esquemas. A inicios del milenio, cuando estaba en ascenso el rock alternativo y la electrónica, tomaron guitarras, violín y piano para formar un grupo que cantara sobre la pampa guanacasteca y de golpe se ganaron el corazón del público.

Quien lea esta crónica, de seguro tiene alguna memoria asociada a la música de Malpaís, a la voz de Fidel Gamboa grabada en un disco o a alguno de los conciertos de Malpaís, que siempre dejan huella.

Su presentación de aniversario este sábado 27 de julio en el Anfiteatro Coca-Cola, de Parque Viva, marcó otro capítulo en la historia de un grupo que se ha sostenido por el cariño del público. A falta de uno de sus miembros, el grupo decidió proyectar un holograma de este, en una hazaña fantasiosa que dejó boquiabierto al público.

Durante su carrera Malpaís se ha encargado de conquistar varios espacios icónicos del país. La Aduana en San José, el Estadio Nacional, el Palacio de los Deportes en Heredia y ahora Parque Viva se ha unido a la lista de recintos con los que Malpaís y su público tienen una conexión especial.

Unas 4.000 personas compraron su boleto para ser parte de esa historia.

Detallitos

Malpaís es ante todo detallista y eso se notó desde que el público llegó a Parque Viva, en donde los recibió la cimarrona San Lorenzo con todo y mascaradas. La gente hacía filas para tomarse fotos con las figuras tradicionales.

El concierto inició a las 7:20 p.m. con la voz sola de Iván Rodríguez interpretando Más al norte del recuerdo. En las pantallas de Parque Viva aparecieron fotografías del fallecido cantante del grupo, Fidel Gamboa, ya fuera en conciertos o caminando por Europa.

“Hay mucho por decir y por recordar y vamos a empezar esta primera parte del concierto hablando un poco de cada integrante; y bueno, le tocó a Fidelito ir de primero, porque él nunca dejará de estar aquí”, dijo al público Jaime Gamboa. “Ahora me toca hablar de mí…”

El compositor contó que muchas canciones nacieron de sus propios poemas, musicalizados por su hermano Fidel, y procedió a recitar las palabras de la canción La chola. Luego la banda procedió a interpretar Boceto para esperanza, otro tema del primer disco, Uno (2002) de nuevo con Iván en la voz principal.

Para su introducción, Rodríguez tocó, junto a Jaime Gamboa, Compañera de Adrián Goizueta a quien denominaron una figura clave en sus carreras, puesto que el argentino fue su profesor en el Conservatorio Castella. El público les acompañó cantando el famoso coro.

La banda siguió con el tema instrumental Zapateao, en el que se notó que en el piano no estaba Manuel Obregón como de costumbre, sino el tico Wálter Flores.

En un video transmitido, el pianista explicó que se encontraba en el Amazonas de gira, pero eso no evitó que su “espíritu” se manifestara en el anfiteatro.

Dos hologramas de Obregón aparecieron en el escenario a tocar piano y marimba para la introducción de Como un pájaro. Esta aparición emocionó al público que podía ver y escuchar al exministro interpretar cada instrumento.

Cuando apareció un tercer holograma tocando acordeón, el público arrancó en gritos y se levantaron cientos de celulares tratando de capturar el momento. Ya se dijo pero hay que repetirlo: Malpaís se luce siempre en los detalles.

Buenas compañías

Después de una dinámica guiada por Tapado, el percusionista, llegaron al escenario Bernardo Quesada; Ricardo Ramírez, de Éditus, así como un grupo de cuerdas y metales que le dieron un toque orquestal a Muchacha y Luna.

Luego siguió el turno del baterista Gilberto Jarquín, que invitó al escenario a los miembros de Andrés Cordero Trío, a Cordero (bajista) y Édgar Sequeira (guitarrista), quienes interpretaron la canción Es muy tarde.

Jarquín se mostró orgulloso de presentar esta composición propia frente al público de Malpaís, quienes aplaudieron la propuesta musical que recién conocían.

Sequeira se quedó en el escenario para acompañarlos en Marina, tema en el que se lució Daniela Rodríguez. Luego ella invitó a los integrantes de su viejo grupo de jazz para interpretar el tema Federica. Ellos se quedaron en escena para acompañar a Malpaís en El marino y la mulata.

El grupo continuó con Natal, de su último álbum, y luego invitaron al escenario a Max Goldenberg, tío de Jaime Gamboa, quien llegó el escenario junto a una cimarrona.

En la veterana voz de Goldenberg interpretaron La cofradía y La cumbia de La Llorona, dos temas en los que el público soltó gritos guanacos y acompañó con las palmas. Durante La cumbia, Goldenberg olvidó una parte de la letra, pero con expertise, colmillo y unos buenos pasos de baile, el nicoyano se ganó al público en cuestión de segundos.

Familia

Bernardo Quesada regresó al escenario con la orquesta mencionada anteriormente en esta crónica. Gamboa presentó a Quesada como director musical del concierto y así, interpretaron juntos su canción Fuiste más de lo que imaginé. El tema romántico le puso un tono más tranquilo al concierto, que continuó con un profundo solo de piano de Wálter Flores.

Este solo dio pie a Epitafio, otra de las favoritas del público. En los intervalos en los que Rodríguez se alejaba del micrófono para hacer un solo, su hija Daniela y Bernardo Quesada se encargaban de vocalizar cada nota que salía del violín.

“Esto es una familia", dijo Quesada al público, mientras el guitarrista Edín Solís y el violinista Ricardo Ramírez, del trío Éditus, llegaban al escenario. Ellos, junto a Tapado Vargas, interpretaron su canción Tokú, en la que Vargas se lució en la percusión e Iván Rodríguez se les unió con el violín.

Malpaís continuó con su clásico Contramarea, que cuenta la historia de un amor que se desarrolla a los dos lados del río San Juan.

El simbolismo de ese tema, y los sentimientos que afloran cada vez que se toca en vivo, no han cambiado desde que se interpretó, por primera vez, en La Aduana hasta la noche del sábado en que se cantó a todo pulmón en Parque Viva.

Con esa canción, Malpaís le recordó a todos los presentes por qué es que se dice que han dejado huella en la música nacional: por sus composiciones sentidas y letras que solo pudieron haber nacido entre Peñas Blancas y Paso Canoas.

Y ante todo, se sintió el público, que sin sus voces Contramarea jamás habría tomado vuelo para sostenerse como un clásico.

Cierre apretado

Continuando con Los Tenores como invitados, el cuarteto tomó el escenario y calentaron las voces cantando el Nessum Dorma, un tema sentimental, pero que se sintió forzado dentro de un repertorio de música popular. La cosa cambió cuando sus poderosas voces interpretaron Presagio, una de las canciones de Malpaís favoritas del público.

Luego llegó al escenario Gandhi, quienes cantaron junto a todo el público su éxito Estréllame, acompañados del violín de Iván y la guitarra de David Coto de Malpaís. Fue una mezcla particular, pero bien lograda para retomar la energía del concierto.

Este combo de Gandhi y Malpaís continuó con Otro lugar y el cariño del público hacia ambos fue patente. Ver al grupo de rock tan cómodo en el escenario planteó una duda, ¿Será que Gandhi se anima a hacer su propio concierto en Parque Viva?

Cuando la banda salió del escenario se oyó decir a Daniela Rodríguez “nos quedan 20 minutos”, algo que el público recibió con sorpresa. Los intermedios para presentar se habían comido el tiempo efectivo y entró la duda de qué podían tocar. Tocaron Abril, sin extender los pasajes instrumentales, y luego se llamó al escenario a los de Son de Tikizia, pero no aparecieron.

La incertidumbre en el escenario era palpable, pero resolvieron llamando a todos los invitados para estrenar un tema llamado Amigos, compuesto años atrás por Fidel y Jaime Gamboa.

De golpe entraron los de Son de Tikizia -ahora sí-, Bernardo Quesada, Max Goldemberg y el resto. En el camino hubo algunos problemas de sonido por la premura, pero de nuevo el colmillo de músicos prevaleció y todo fue arreglado.

“Esta es la última”, dijo Iván Rodríguez antes del tema Malpaís, canción con la que anunciaron su salida. Fue un final apretado que dejó varias canciones de la agrupación por fuera, pero que dejó buen sabor a un público que durante tres horas conoció más de la dimensión musical de cada uno de los integrantes del grupo.