En moto y de madrugada llegó el primer fanático de Pearl Jam

El trayecto entre Guadalupe y La Sabana se recorre rápido sobre una moto scooter, a las 4 a. m. De eso da fe Miguel Abarca. A esa hora, aún en tinieblas y con la brisa fría de la madrugada, él se convirtió ayer en el primero de los fanáticos de la banda Pearl Jam en hacer fila para el concierto del domingo.

Con su camiseta negra con el nombre de la agrupación, el joven de 26 años, explicó que desde 1998 espera que se haga realidad su sueño de ver cantar en vivo a Eddie Vedder y compañía.

Por eso, ahora le preocupa poco que alguien lo critique por instalar una tienda de acampar en la entrada noreste del Estadio Nacional , o por pasar un par de días sin trabajar para lograr su meta.

“Lo que me digan por estar acá no me preocupa; nadie tiene que meterse en lo de uno, esto es lo que me gusta. Saqué vacaciones, mi plan es sacarle todo el provecho que se pueda y, después del chivo (concierto), descansar”, aseguró.

Con el avanzar de las primeras horas del miércoles, otros entusiastas se sumaron al guadalupano. Ariana, de 20 años, vecina de Pavas y quien no quiso dar su apellido, llegó para vivir con intensidad el concierto de la banda de la que se enamoró cuando su hermana mayor escuchaba Jeremy.

Para conservar el lugar, ella y otros nueve amigos se organizaron de manera que se turnen en la misión de vigilar el codiciado puesto en la fila, para el sector de gramilla frente a la tarima, el más codiciado y costoso (¢52.000).

Ella tiene el turno de la tarde, luego que salga de clases de matemáticas para bachillerato, luego cuando caiga la tarde, llegará su prima y así hasta el sábado, cuando organizaron una parrillada para pasar la noche.

Lamentando entre bromas el no ser el primero de la fila, pero con igual entusiasmo, así estaba ayer Marcelo de 28 años, vecino de Jacó, quien tampoco dio su apellido.

“Llegué ayer (martes) a las 7 p. m., me iba a venir de una vez a hacer fila pero me agarró perecilla. Me quedé donde mi mamá acá en San José. Me vine antes porque este es un concierto único”, explicó este josefino, radicado en el Pacífico.

La clave para sobrevivir es la organización; de eso sabe muy bien Abarca. La moto será el medio para estar viajando una vez al día a la casa para ducharse y comer.

“Hoy me traje un pancillo, al almuerzo seguro ir a un chino por medio cantonés, todo es organizarse para no pasar penurias”, aseguró.

Montaje. Mientras los jóvenes terminaban de instalarse en las afueras del estadio, en el interior 60 operadores de la empresa Aditec daban forma a la tarima que albergará a los de Even Flow.

Don Stockwell, quien apoya la producción del evento junto a la productora del evento RPMTV, explicó que el montaje avanzaba a toda máquina. Ayer, concluirían de levantar la tarima y hoy comienzan a instalar luces y sonido.

Como una de las novedades, explicó que la tarima tendrá una pasarela lateral; esto permitirá que los músicos, y en especial Vedder, pueda estar más cerca del público.

Stockwell añadió que los que asistan pueden estar seguros que no fallarán ni la luz, ni el sonido, como ocurrió en el concierto de Shakira. Esto lo aseguró luego de detallar que instalarán tres plantas de respaldo, por cada planta eléctrica necesaria para el concierto.

El productor dijo que aún hay unas 10.000 entradas disponibles; se pueden adquirir en el sitio www.laboleteria.co.cr , en los puestos de Credix, ubicados en Ferretería EPA, tiendas Octubre 54, tienda On the Road, el quiosco de RPMTV, y sucursales de La Nación o al teléfono 2549-5030.