En noviembre del 2009 el grupo nacional Zópilot convocó a 90 personas a la grabación en video de uno de sus conciertos. La cita era en un lugar anónimo en el centro de San José, sobre la calle 1, en medio de la avenida Central y la avenida Primera.
Esto fue antes de que se señalizara la ciudad y justo antes de que se hablara de San José como un espacio efervescente para la cultura.
Desde afuera, el edificio tenía una fachada en piedra con amplios ventanales, parecía sacada de otro tiempo. no tenía ningún rótulo o seña que indicara que ahí había un bar. Al entrar, el piso de piedra confirmaba que era una edificación vieja, pero inmediatemente, unas gradas empinadas invitaban a subir a un espacio distinto, moderno.
Adentro, el espacio del concierto tenía un piso de madera Por encima de los músicos y el espacio del público, había un mezzanine .
Seis años después de aquel concierto, el piso de madera que recibió a los invitados del concierto persiste, pero ahora lo engalana una tarima. El mezzanine del lugar ahora tiene unos sillones y se ha utilizado en varias ocasiones como espacio de exhibición de diseño y fotografía local.
El edificio aún tiene una fachada anónima, sin rótulo, pero en pleno 2015, jóvenes universitarios, artistas, Dj , bandas en ascenso y consolidadas, taxistas, guachimanes y vecinos de San José saben dónde queda el bar El Steinvorth, que cerrará sus puertas el próximo 20 de diciembre.
Inicio. El Steinvorth nunca tuvo una apertura oficial, según cuenta el gerente del espacio, Julián Mora Sáenz; el proyecto partió del impulso y del gusto de los involucrados, “de una comunidad”, como la llama él, que se compuso de colaboradores cercanos y de personas que propusieron eventos.
“En realidad el espacio no se planteó como bar al inicio; de hecho, ni pasaba por mi cabeza lo que podría llegar a suceder en ese espacio”, comenta Sáenz.
A finales del 2009, el recinto tuvo sus primeras actividades: la Fiesta del Bigote, el concierto de la banda Zópilot y una exposición colectiva de fotografía.
Era una opción nueva y necesaria, una experiencia nueva para los involucrados:
“Recuerdo que teníamos que ir a comprar el hielo a una fábrica en Aserrí todos los días, alquilar los parlantes a un chavalo en Vargas Araya y prepararnos, porque ni siquiera existían las barras como existen ahora. ¡No teníamos equipo! ”, recuerda Mora sobre los primero días del lugar.
En el 2010 el espacio acogió uno de sus más grandes eventos: la primera fiesta del colectivo de Dj DNCFLR.
Mora recuerda cómo ése fue uno de los grandes eventos en la historia del Steinvorth:
“Llego todo el mundo, San José estaba lleno de gente que nunca se hubiera acercado a ese espacio ni por accidente, era un lugar seguro, la gente se había apropiado de él, estábamos haciendo ciudad.”, comentó.
La posibilidad de tener un bar distinto en medio de San José fue agradando al público y con eventos similares. El Steinvorth se distinguió como un espacio de vida nocturna e incluso vespertina en la capital, un lugar emblemático que dio cabida a las propuestas musicales que empezaron a pulular en el 2010.
En ese año, una propuesta de remodelar el Edificio Steinvorth ganó el certamen Salvemos nuestro patrimonio , del Ministerio de Cultura y Juventud.
En el 2011 el espacio se estableció como bar con todas las de ley.
Legado. Las reacciones ante el cierre de El Steinvorth han sido variadas, pero muchas voces coinciden en que dejó huella.
El baterista Franco Valenciano, quien se presentó en El Steinvorth con bandas como Las Robertas, Monte y Zópilot!, recuerda aquel concierto a finales de 2009 y El Steinvorth como el espacio ideal para darlo.
“En ese momento (con Zópilot!), quisimos empezar a hacer nuestros propios conciertos y queríamos una ventana para que gente que buscaba cosas diferentes llegara y nos viera, y yo creo que el Stein siempre ha dado esa base a personas que hacen cosas diferentes”, comentó Valenciano.
Para Henry Bastos, quien dirige el programa GAM Cultural, El Steinvorth sirvió de invitación a los jóvenes para ver otra cara de la capital.
“Provocó a una generación joven; provocó un interés real por el centro de San José y sus dinámicas urbanas y fue, definitivamente, líder innato en esa convocatoria”, comentó.
“Se consolidó también como un punto genuino de convergencia entre la gente del oeste y el este, todo alrededor de una escena nocturna, con todo el temor que existía de venir al centro”, dijo.
“El éxito de este proyecto hay que atribuírselo a la gente, a la ciudad. La ciudad y su escena consolidaron el espacio”, recalcó Julián Mora.
Mora confirmó que el espacio no quedará abandonado, no dejará de alquilarlo, pero que aún no tiene planes concretos.
“A mí lo que me gusta es que cada uno de los actores que han estado involucrados van a hacer cosas nuevas.”, comentó Valenciano, cuya banda Zópilot anunció su retiro recientemente.
“Las cosas mueren, es una parte inevitable de todo proyecto. Pero hay cosas más memorables que otras y El Stein es un espacio memorable”, finalizó.
Actualización (24/11/2015, 10:20 a. m.):
En un comunicado pro medio de Facebook, la organiozación del bar comentó los motivops del cierre: “El Stein nació ante la necesidad de un espacio alternativo en San José y sentimos que hemos cumplido con nuestro objetivo, consolidando una generación de jóvenes comprometidos con regenerar la escena josefina”.