Pasaron 16 años desde la última vez que estuvieron juntos en el mismo escenario, pero para los integrantes del Sexteto de Jazz Latino, el mismo que brilló con Rubén Blades y Editus, todo sigue igual.
Tienen los mismos espíritus alegres de los compañeros del Conservatorio de Castella, que un día soñaron con tocar jazz fusión y vivir de ello; los virtuosos músicos quedaron inmortalizados en los discos Tiempos y Mundo , ganadores de premios Grammy en los años 2000 y 2003, respectivamente.
Ahora Walter Flores, Gerardo Lalo Rojas, Carlomagno Araya, Carlos Tapado Vargas, Ramsés Araya y Marco Navarro superan los 40 años. Cada uno de ellos construyó su propia senda, dan clases en conocidos centros de enseñanza de la música en Estados Unidos, y han tocado al lado de importantes artistas como Armando Manzanero, Paquito de Rivera, Gilberto Santa Rosa y Néstor Torres, entre otras propuestas.
Sus caminos se vuelven a juntar, esta vez en el concierto Latin Jazz Sinfónico , que dará la Orquesta Sinfónica Nacional hoy y mañana, en el Teatro Nacional, bajo la batuta del experimentado Marvin Araya. En ese mismo escenario se volverán a encontrar con sus amigos de Editus.
El talento se ha incrementado de la mano de la experiencia, pero las emociones volvieron a ser las mismas de hace 20 años. El respeto que sienten unos por otros continúa en el mismo lugar, los recuerdos están a flor de piel.
“Yo conocí a Walter cuando tenía 14 años y desde entonces somos superamigos. Lo que nació aquí (entre el grupo) fue una amistad, pero con profunda admiración, mis músicos favoritos eran ellos; para mí, el mejor pianista de todos era Walter y éramos amigos”, aseguró Lalo Rojas, quien recordó los primeros pasos del grupo.
Sucedió una noche en la que él y Walter se fueron por una cerveza. Ambos tocaban en conocidos grupos de música popular, pero no era suficiente para ellos.
La noche se hizo larga; tras la plática, tomaron el carro de Walter, un Honda Civic, rojo, modelo 82, conocido como el Súper Ratón y se fueron conversando hasta que llegaron a Puntarenas.
Esa madrugada nació el dúo Imágenes, el antecesor de lo que sería el Sexteto de Jazz Latino.
“Recuerdo que renuncié a los días y esa vez dijo Walter: ‘ahora sí es en serio’. Nos compramos un equipillo y nos fuimos por todos los bares a buscar trabajo”, recuerda.
Tiempo después, el Centro Cultural Costarricense Norteamericano los invita a dar un concierto. Para dar un mejor espectáculo invitan a más compañeros. Ahí nace el formato del Sexteto de Jazz Latino.
Los invitados fueron rotando hasta que la alineación fue la que ellos quisieron: se sumó Tapado, los hermanos Araya y Marco.
Desde sus inicios, el grupo fue una comunidad libre, donde sus integrantes podían continuar con sus proyectos dentro y fuera del país sin problemas. Era un grupo de amigos que se unía para tocar y disfrutar la música, describió Carlomagno Araya.
Tiempo después, Editus los invita a participar en la grabación del disco Calle del viento , un proyecto que les abrió las puertas para tocar con Blades, pues luego de escuchar uno de sus ensayos, el panameño decidió invitarlos a la grabación y gira del disco Tiempos.
“Eso fue algo muy particular y podría decirse que única, porque todos nos conocemos desde muy pequeños, crecimos juntos escuchando discos de Rubén Blades, tuvimos los mismos sueños y que 20 años después tuviéramos la oportunidad de conocer y tocar para Rubén fue increíble. Recuerdo que en la gira encontramos amigos de otras bandas y nos decían: ‘Lo que ustedes están viviendo es único. ¿Cuánto daría por andar con mis amigos de gira por todo lado?’”, recordó Tapado.
Siguiendo sus principios de libertad, los del Sexteto siguieron cursos separados al finalizar una de sus giras con Blades, en el 2007.
“Esa fue una dinámica del sexteto desde el principio, porque uno se cansa de lo que toca y de lo que los compañeros tocan; llega un momento en el que uno se vuelve inmune a los solos, a las ideas; ya uno no siente lo mismo, era hora de tomar otro camino. Entonces, Walter se hizo más latino; Ramses y yo queríamos tocar swing y jazz tradicional; Tapado se metió más con todo lo étnico; Marco y Carlomagno en educación y ya no teníamos propósitos juntos”, aseguró Rojas.
Ahora que el destino los une, de nuevo aprovecharán el aquí y ahora, pues saben que el futuro los juntará una vez más.