Directo al corazón. Ahí fueron a parar las canciones con las que el músico venezolano Franco de Vita puso a suspirar y bailar a miles anoche en el estadio Ricardo Saprissa.
Él fue el primero de los dos artistas internacionales que se hizo presente en la amorosa cita con el público costarricense. Tras su presentación le llegaría el turno al italiano Claudio Baglioni, sin embargo al cierre de esta edición, De Vita acababa de terminar su actuación y el escenario se alistaba para recibir a Baglioni, otro que prometía hacer vibrar al estadio.
Fue a las 8:06 p. m., cuando sonaron las primeras notas musicales, y se apagaron las luces para dejar claro que De Vita iba a salir .
La fría noche no fue impedimento para que a los seguidores de la música romántica se les derritiera el corazón al compás de sus temas.
“Buenas noches, San José”, fue el saludo del artista venezolano que generó aún más griterío entre el público que llenó el lugar.
Una pantalla al fondo con imágenes de corazones heridos, entre otros, acompañó al artista que escogió el tema
Después de saludar a todos los sectores del estadio, llegó el momento de uno de sus clásicos, el tema
Además, con esta canción el público empezó a acompañarlo con su canto, sin olvidar los gritos. La mayoría, celulares en mano, trataban de guardar un recuerdo.
Las luces del escenario tiñeron de rojos y amarillos el escenario e iluminaban al venezolano quien vestía pantalón de cuero y chaleco negros y camisa blanca.
La gente no se guardó nada y se entregó con euforia, tal fue el caso de
“Gracias por esos coros”, gritó el músico y pidió que le encendieran las luces para ver a la gente.
También se disculpó por no poder bailar, porque tiene una lesión en un pie, por jugar beisbol. “Solo va a haber música, no puedo bailar”, advirtió, mientras se trasladaba de un lado al otro del escenario.
“Gracias San José, por ser parte de este sueño, porque siempre que, vengo nos la pasamos bien, gracias a ustedes”, afirmó.
Uno de sus clásicos,
Con
Luego se dio una sorpresa con el tema
Una pequeña lluvia empezó a caer sobre el estadio, la cual fue aprovechada por los vendedores de capas que casi no dieron abasto.
Su trayectoria de más de 25 años le impide tocar todos sus temas, así que para solucionarlo recurrió a un popurrí con piezas como
A pesar de que la gente coreaba sus temas, De Vita les pidió más y hasta que les dijo que estaban un poco tímidos, igual, el público respondió con más aplausos.
Tras presentar a su banda, el músico se despidió, pero ante los gritos volvió para complacer con