Crítica de música: Stick Men

Por segunda vez Costa Rica pudo probar las mieles del virtuosismo de esta agrupación.

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Stick Men es producto de la maravilla, una gran imaginativa y el tránsito musical por un espacio creativo con las fronteras poco delimitadas.

La apreciación en vivo de sus obras amerita una atención total que se evidencia con un silencio perpetuo, producto del asombro. Si se les quiere escuchar con los ojos cerrados, es comprensible; si se les ve con la boca abierta, también podría ser hasta inevitable.

El conjunto tiene un sonido único, producto de la utilización y la interacción entre el emblemático chapman stick de Tony Levin con la touch guitar de Markus Reuter, sumando además la batería del pirotécnico Pat Mastelotto para obtener una propuesta irrepetible.

En su gira actual, el trío sumó a sus filas a David Cross, quien usa su violín eléctrico para saltar recurrentemente a las melodías principales, aunque, su aporte no sea vital en varios de los temas.

Su presencia a la alineación le da un valor más que todo histórico, por su relevancia dentro de una de las formaciones de King Crimson, la agrupación de rock progresivo y art rock, donde también Mastelotto y Levin han participado en diferentes periodos.

De aquel conjunto se interpretan algunos temas en medio del repertorio original, como Satori In Tangier y la explosiva Level Five, donde se plasma la mejor versión de la demencial batería en medio de una secuencia de melodías entreveradas.

Dentro del playlist aparecen temas también inspirados en el histórico conjunto de Robert Fripp (líder de King Crimson), uno de ellos es Shades of Starless, original de Cross e inspirado en la mítica obra Starless (1974). Su interpretación es de naturaleza atmosférica, en lo que uno asume podría funcionar de banda sonora para el tránsito del polvo cósmico.

La discografía de Stick Men es rica en propuestas rítmicas y sus conciertos dan fe de ellos. Sus obras instrumentales inclusive pueden generar experiencias sensoriales.

Hablar de convenciones musicales en términos de esta banda sería falaz; sin embargo, dentro de su repertorio hay temas que quizá se puedan sentir un poco más accesibles. Plutonium es quizá uno de ellos, con un coro identificable antecedido por recortes de temas de otros artistas, entre ellos Yes y Tchaikovski.

La batería avanza de manera “atravesada” en medio de propuestas un poco irreverentes desde los otros instrumentos, que se entrecruzan con una deleitante complejidad rítmica.

La libertad con la que fluye Stick Men se aprecia en la versatilidad innegable de su propio material. Sobra decir que la soltura de la interpretación es uno de los atractivos principales del conjunto que goza de lucidez, atrevimiento y maestría.

Ficha técnica

Artista: Stick Men

Lugar: Jazz Café Escazú

Fecha: 20 de setiembre

Organización: Jazz Café.