Crítica de música: Melendi parece repetido

La propuesta del español no tiene diferenciadores que le den un carácter artístico propio

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En muy pocas oportunidades se está en la presencia de un concierto en el que el público grita con excitación exacerbada durante todas y la introducción de cada una de las piezas.

Desde que lanzó su primer álbum, hace 15 años, la cantidad de éxitos radiales que ha cosechado el artista asturiano Melendi alcanza para cubrir un recital completo, sin que medien temas de relleno que no generen el mismo furor en su devota fanaticada.

La emoción provocada por sus temas de seguro tenía relación con el hecho de que el español nunca se había presentado antes en el país con un concierto de esta escala. También creo que se debe a que sus letras son de fácil digestión y tienen una clara empatía con temas como los enredos amorosos, la indecisión romántica o la devoción latente que hay en las parejas.

Me llamó la atención cuando, teniendo a cuestas casi 20 piezas, Melendi advirtió algo antes de su siguiente canción: “Vamos a ponernos un poco románticos”. ¿Cómo, otra vez? ¿Si lo de la hora y media anterior no era romántico entonces qué es lo que habíamos estado escuchando?

El amor y el desamor son el origen del grueso de sus obras. A veces lo presenta con un poco de empalago, otras con buenas dosis de humor y otras con una cotidianidad cruda de fácil identificación. Sus letras se caracterizan por estar adornadas con mucha referencia de cultura popular, una que otra broma de doble sentido y figuras literarias con altas dosis de cursilería. En resumen, el cancionero de Melendi es como el menú del restaurante que usa los mismos ingredientes para todos sus platos, pero varía en la presentación.

A nivel musical es muy similar. Cada canción me hacía pensar si no era un tema que ya habíamos escuchado más temprano. Esto se lo achaco al hecho de que los arreglos instrumentales son estridentes, con guitarras saturadas (a veces con cuatro guitarras tocando lo mismo) y un piano que no hace más que marcar los acordes base. En conjunto, provocan una masa sonora poco agradable.

En sus arreglos en vivo, al menos, no había mayores elementos independientes que apreciar, el instrumental entero reventaba en la cara de la audiencia y el bombardeo de las luces era igual: intenso, pero sin mayor atención al detalle.

Entre lo positivo sí destaca el acercamiento del artista a su público, que se siente auténtico y lo hace verse como alguien simpático, interesado en ser transparente y en ofrecer un recital ameno. Su voz es potente y con muy buen sostén en las notas largas, tiene buena vocalización y es evidente que no busca exigirse más allá de lo que su grave rango vocal le permite, en su exploración musical que incluye pop rock, baladas y a veces algunos acercamientos a la rumba. Su propuesta, si bien le ha deparado un buen combo de éxitos en su ya prolífera carrera, no es suficiente para que, como compositor e intérprete, se salga de un mismo molde de un montón de artista más. Melendi parece repetido.

EL CONCIERTO

EL ARTISTA: Melendi

ARTISTA INVITADO: Rodrigo Laguna

Lugar: Parque Viva

Fecha: 11 de mayo

Organización: Primo Entertainment