Crítica de música: El rock de Foo Fighters fue un privilegio

El espectáculo del sexteto merece sumarse a la lista de mejores conciertos en Costa Rica

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Foo Fighters es una de esas bandas que, durante mucho tiempo era difícil imaginarla tocando en Costa Rica. Ahora, en cambio, va directamente a la lista de artistas que han ofrecido de los conciertos de rock más significativos que ha visto el país.

Todavía en promoción de su disco Concrete & Gold (2017), la agrupación de Seattle ofreció un repertorio centrado en éxitos que se han escrito y publicado a lo largo del último cuarto de siglo. Ahí se incluyen sus últimos sencillos que, a estas alturas, están más que certificados como temas insignes.

El brillante repertorio deja en evidencia varios asuntos por tratar. Lo primero es que los temas escritos por Dave Grohl y compañía están compuestos con tal eficacia que tienen solidez en cada una de las partes de su estructura.

Run, por ejemplo, que empieza con arpegio a dos guitarras y una voz suave, resulta inspiradora al comenzar. Luego, con la entrada de la batería, advierte que lo que sigue no será una balada; se le suma la guitarra distorsionada y, antes de que llegue al primer minuto, un riff introduce un verso intenso y crudo.

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Más adelante, el coro potente e inolvidable le da razón a la composición; cerca del final un solo de teclado acerca al clímax, para darle paso a un cierre cargado de furia que completa el círculo. Nada sobra, todo está puesto donde debe estar. Todo aporta, todo emociona.

En concierto, la secuencia de canciones consigue lo mismo. El grupo ofrece prácticamente un tratado de cómo descargar energía hasta la última gota. Esa pasión que se percibe desde tarima, gracia a los seis músicos, genera credibilidad, motiva y se contagia.

Foo Fighters consigue hacer creer que, aunque están interpretando piezas de larga data, las están disfrutando como si fuera la primera vez que las comparten al público.

Curiosamente, a la vez, el conjunto da la impresión de que está despidiéndose de cada canción, como si estuvieran destinados a no tocarlas una sola vez más y, por eso, dejan todo en cada nota, haciendo significativo cada compás. Se vive una generación de éxtasis musical prolongado.

La simpatía de Grohl, su dinámica de amor fraternal con el baterista Taylor Hawkins (¡por cierto, qué nivel de músico!) y la compenetración con el resto de la banda son parte del éxito de su puesta en escena. Su dinámica es informal, con interrupciones jocosas y un tratamiento distendido; esto ayuda a generar cercanía con la audiencia. Prima el disfrute del presente cuando todavía quedan emociones de la pieza anterior, pero, a su vez, se vive expectativa por la siguiente pieza.

Hay quienes se molestan cuando se habla de Foo Fighters como una rareza de su generación. Si se dice que Grohl es de las últimas leyendas verdaderas del rock, algunos se perturban, como si esto hablara en detrimento de otros célebres músicos que ocupan esa posición estratosférica. El líder de la banda ha demostrado en su extensa carrera porqué es tan respetado por leyendas que lo anteceden. Su discografía lo respalda, pero, además, después de verlo en directo, se disipa cualquier duda.

El concierto en el Estadio Nacional fue un privilegio y –a juzgar por las palabras del artista– el privilegio no fue solo para el público, sino también para la kilometreada banda. A la ocasión hay que sumar también a la oportunidad de ver Weezer que, como telonero, supo sacarle el jugo a un tiempo reducido. Su selección de canciones hizo recordar que su listado de éxitos no es breve y, también, que deberíamos escucharlos más seguido en nuestros playlists personales.

Por un tema de tiempos, el grupo estelar se vio obligado a recortar algunas piezas de su cancionero previsto originalmente. No obstante, la satisfacción queda con todo lo que se escuchó. Ya no importa si alguna vez dudamos que Foo Fighters pudiera tocar en Costa Rica; nunca es tarde si la dicha es buena.

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El concierto

Artista: Foo Fighters.

Invitado: Weezer.

Fecha: 5 de octubre de 2019.

Lugar: Estadio Nacional.

Organización: Move Concerts.