San José (Redacción). ¿Una buena noche? Esa frase quizá se quede corta para describir la forma en que Slavon concretó su trabajo como número de apertura, anoche, para la argentina Rata Blanca. Lo que le pasó a la banda costarricense de heavy metal , en lo que además fue su regreso a escenarios tras cinco años de pausa, fue más que bueno: fue emotivo y arrancaron ovaciones y mares de manos alzadas en apoyo.
La banda, que había prometido una buena descarga de rock , cumplió su palabra, y generosamente. A las 8:53 p. m., siete minutos antes de lo anunciado, Víctor Chungaleta Soto, Rafael Guzmán, Esteban Calvo, Alberto Durán, y Pablo Bogarín tomaron el escenario. Fueron, desde ese primer momento, recibidos con sonoro aplauso.
Sálvenme , del demo Días después publicado en 1998, fue el tema de apertura. Y no iba la canción ni por la mitad cuando ya el gentío, que casi llenaba la planta baja del club Pepper’s, levantaba sus manos a puño cerrado apoyando la actuación de los nacionales.
De seguido, Slavon empezó a recorrer su disco Just a Dream , publicado en el 2001 y calificado dentro de las tendencias del power metal , al tocar Romano ( Roman ) y Al este de Israel ( East Of Israel ),
Luego tocó la banda Corceles negros y, por supuesto, el tema que prestó su nombre para su álbum: Just a Dream .
No hubo canción en que el público dejara de aplaudirle a Slavon o dejara de levantar sus manos, y fue en Excalibur donde la cuestión subió aún más. “Este tema no necesito presentárselos”, dijo Pablo Bogarín. El cantante lo aseguró con pleno conocimiento de causa que bien quedó comprado con la reacción del público: desde los primeros acordes la gente reconoció aquella composición, clásica para los efectos de Slavon, y siguieron su coro al pie de la letra.
Intensos y extensos solos de guitarra por parte de Víctor Chungaleta Soto arrancaron aplausos, lo mismo que, las notas altas que salían de la garganta de Pablo Bogarín.
Como pocas veces suele verse en los conciertos internacionales, en general, la actuación de Slavon tuvo un hecho que fue notado por el público: un sonido nítido, brillante y de volúmenes bien balanceados. Ese fue un trabajo del sonidista Andrés Sequeira lo cual permitió que Slavon mostrara su música con toda claridad y propiedad.
Slavon tocando, Rata entrando. Llegó el momento de que los nacionales se fueran despidiendo al irse acercando los 35 minutos que tenían para su show . Así que la banda ejecutó Armagedon .
Y fue justo cuando Armagedon estaba entrado en su punto más alto, y eran las 9:30 p.m., que Rata Blanca en pleno ingresó al lugar. Entraron por una puerta lateral y rodeados de agentes de seguridad; pocos fans se percataron del hecho y los argentinos tomaron la escalera para ir al segundo piso. No quedaba de otra: para pasar de extremo a extremo del lugar –estaban al lado izquierdo de la tarima y en lado derecho estaba el camerino–, Rata Blanco tuvo que pasar – en fila todos sus miembros– por atrás de Slavon.
Entonces a las manos levantadas que ya apoyaban la actuación de los ticos en Armagedon se sumaron muchas más cuando los fans se percataron de que Rata Blanca pasaba por las espaldas de los Slavon. Esa mezcla que fue el apoyo a los ticos más la ovación para los Rata fue un tanto: épica.
Slavon dejó el escenario bañado en aplausos y la gente le gritaba: “¡otra, otra, otra!”
No había terminado aún la actuación de Rata Blanca, a las 11: 55 p.m., y desde la barrera que separaba el vip algunos fanáticos le gritaban a Bogarín: “muy buenos ustedes. En serio, los felicito” y el cantante se acercó a estrechar manos. Así fue la noche en que Slavon regresó a dar pelea.