Difícilmente Ágatha Ruiz de la Prada pasa desapercibida. Por donde transite, la diseñadora española deja su estela de color, estilo y extravagancia, los valores que la popularizaron hace 37 años cuando irrumpió en la industria de la moda.
La madrileña está de visita en el país como invitada para la sexta edición del Mercedes-Benz Fashion Week San José, que inició el miércoles 2 de mayo y concluirá el sábado 5. Ella se presentará este viernes con una colección que recopila un poco de todo lo que ha producido en su carrera.
Ruiz de la Prada está por tercera vez en Costa Rica, pero hasta ahora sus coloridas y artísticas piezas desfilarán en una pasarela costarricense.
En el 2015, ella fue una de las expositoras del Festival Internacional del Diseño (FID); poco después regresó de vacaciones y, ahora, vuelve –con sorpresa y expectativa– para participar en la Semana de la Moda de San José.
Con su particular energía, su rostro pintado de color, y vistiendo cómodamente una camiseta rosa, una enagua azul con corazones rojos y zapatillas blancas, la europea conversó con Viva este jueves.
Durante la entrevista habló de la explosiva experiencia que vive desde hace cinco meses, tiempo que ha transcurrido desde que decidió abrir una cuenta de Instagram para compartir sus locuras con su público.
También habló de cómo llegó a vincular su trabajo en moda con otras manifestaciones de las artes, que llevó al Ministerio de Cultura de España a galardonarla con el Premio Nacional de Diseño de Moda, en el 2017.
Esta es una la entrevista con Ruiz de la Prada, conocida en el mundo como la “marquesa de la ropa feliz” por sus atrevidas y singulares confecciones.
¿Qué espera de este reencuentro con el público costarricense?
No me lo podía creer que iba a estar tres veces en Costa Rica. Mi primera vez fue emocionante, me invitaron al Festival Internacional del Diseño y me quedé alucinada con esa actividad porque estaba tan bien organizada, como podría ser en París o en Nueva York o incluso mejor que en esos lugares. El nivel del FID fue extraordinario y tuve mil aventuras en ese viaje.
¿Conoce algo de la industria de la moda de Costa Rica o sobre algún diseñador de aquí?
No, pero sí estoy muy impresionada de la grandeza de este Fashion Week. Nunca me imaginé que iban a ver tantos periodistas internacionales. Es increíble como está organizado.
Su pasarela está entre las más esperadas ¿Qué va a presentar?
Estamos en un momento de bastante locura. En 10 días he presentado nueve desfiles en tres continentes y, encima, la inauguración del ballet La bella durmiente en Uruguay (en la cual estuvo encargada del vestuario), entonces dentro de esa locura presentamos lo que podemos. Este fin de semana mis hijos han estado en un desfile en Murcia que creo que ha salido muy bonito. Mi hijo se va mañana a hacer un desfile a Suiza donde posiblemente hubiera ido yo, pero pensé que era más importante estar aquí (en Costa Rica) que allá. Estamos enloquecidos con esos desfiles porque cada uno es diferente.
Entonces en su pasarela de aquí recopilará su trabajo de años…
Sí. Es la primera vez y, a lo mejor, la única vez que tengo la oportunidad de venir a Costa Rica, entonces la idea es mostrar un poco de todo. Me acuerdo una vez que hice unos desfiles en República Dominicana y me encontré con Jean Paul Gaultier (diseñador francés) que es bastante amigo mío y estaba él con 40 baúles (maletas) y me quedé alucinada. Era un poco exagerado y a lo mejor tenía razón él (de llevar tanta maleta) pero recuerdo una vez que hice una exposición que fue de un museo de Panamá a México y solo ese trayecto costó más de $20.000 el transporte, ese día dije: ‘¡Dios mío, nunca más vuelvo hacer cosas así!’
¿Cómo ha sido sobrevivir a los embates de la industria actual donde está el consumo antes del arte? ¿Qué define sus confecciones?
Estoy muy contenta porque esta nueva época de las blogueras me ha ido muy bien. Me he convertido en una gran instagramer. Mi Instagram es bastante divertido, estoy fascinada con mi cuenta, me divierte y vivo mucho para mi Instagram.
Involucrarme con las redes sociales me ha ayudado mucho, me ha rejuvenecido. Lo empecé hace cinco meses.
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Usted sobrevivió a la Movida madrileña, ¿qué pasa con la creatividad de la España de hoy?
Ahora mismo, la creatividad es muy fuerte. Nunca habíamos sido tan creativos
¿Qué conclusiones hace de su trayectoria que roza ya los 40 años?
Tengo 37 años de carrera. Lo bonito es que te tienes que adaptarte a las nuevas circunstancias y tienes que disfrutarlas. Yo estoy disfrutándolas como nunca en mi vida.
¿Alguna vez se imaginó diseñando otra cosa que no fuera vestido, calzado o carteras?
Desde el principio porque mi papá era arquitecto. Pero nunca mi trabajo ha sido más divertido como ahora.
¿Qué siente cuando ve que su color y sus ideas desbordan en tantísimos objetos y productos alrededor del mundo?
Ahora pasan fugaces. Ahora los veo yo y los ve muchísima gente más al mismo tiempo. Esto está más divertido que nunca. Mi primer desfile fue en 1981, tres años después presenté mi primera colección de medias, luego fueron sábanas y luego una vajilla. La vajilla tuvo un éxito bestial, estuvo en todas partes.
¿Cuáles son los objetos más extraños que ha diseñado?
Puertas blindadas, tumbas, enchufes. He hecho cosas impensables.
¿Cómo es el proceso de trasladar esa visión suya a tantos productos?
Al principio era yo la que buscaba, ahora la verdad es que me buscan a mí porque no me da tiempo de buscarlo. Además es mejor que te busquen. Siempre he estado cómoda con mi estilo.
A usted le dicen la marquesa de la ropa feliz, ¿cómo hace para trabajar en aquellos momentos donde su alegría está eclipsada?
Que gozada que tengas un trabajo que te ayude. Cuando he tenido problemas lo primero que hago es no dejar nada. Soy una persona que jamás me rajo por tener problemas.
¿Cuál es el color infaltable en una colección suya?
El fucsia.
Usted es enemiga del negro...
No lo uso. El otro día lo usé un poco porque vestía una chaqueta con plástico reciclado del oceáno que era prácticamente negra, pero hice una excepción por ese tema (el del reciclaje) que para mi es tan importante como el medio ambiente. Pero la única forma que me ponga negro es para ir a un funeral, no me gusta para nada ese color. En estos países no es así, pero en Europa la obsesión por el negro es demasiado.
¿Qué le falta por hacer?
La verdad es que he sido tan afortunada de hacer tantas cosas que no me podía ni imaginar, por ejemplo, diseñar un autobús. Debo ser la única diseñadora en el mundo que tiene un autobús y lo bonito de este autobús es que va por todo Europa.
¿Qué significa que celebridades como Miley Cyrus, por ejemplo, vistan con su marca?
Después de tantos años de trabajar, es impresionante que gente joven se esté atreviendo con cosas que llevo haciendo desde hace 35 años o más, y que antes decían que nadie se lo iba a poner. Miley Cyrus es una de ellas y por eso es que yo le estoy tan agradecida.
¿Cuál es su pieza predilecta?
Es muy importante en la moda ir cómoda porque el día a día es vital. Soy muy feminista que es otra de mis grandes luchas y entonces pienso que para poder hacer todo esto necesariamente hay que estar cómodo. Si me van a dar un premio me pongo tacones y los aguanto bien, pero hace poco tuve una noche en Sevilla y la pasé maravilloso porque llevaba unos zapatos cómodos. Los veo en unas fotos y me digo que sino los hubiera llevado (los zapatos), no la hubiera pasado tan bien.
¿Qué consejos le da a las nuevas generaciones de creadores?
Que disfruten porque esta es una profesión muy bonita, pero si te haces falsas expectativas lo puedes pasar mal.
Usted ha recorrido prácticamente todo el mundo, de este lado ¿qué le ve al diseño latinoamericano que cree que pueda sobresalir?
Aquí hay mucha ilusión, mucha energía positiva, la gente está viviendo la moda con una gran pasión. Es una maravilla como se vive la moda en Latinoamérica.
¿Cuánto compromiso tiene con el diseño responsable y sostenible?
Es un compromiso que lo tengo desde que empecé y que ya lo tenía mi abuelo. Costa Rica se puede decir que en eso es el país número uno del mundo y, solo por eso, me tenías a vuestros pies.