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21junio2012 Bar el Observatorio. Concierto Gandhi, 25 aos VIVA. /Juliana Barquero (Juliana Barquero A.)
Nunca un lugar pequeño se hizo tan grande como anoche. Nunca, cientos sonaron como si tratara de un millar. Pero algo así pasó anoche cuando Gandhi se tomó, como quien toma el toro por los cuernos, a El Observatorio.
El bar, ubicado en el josefino barrio La California, estaba llenito cuando Massimo Hernández, Abel Guier, Federico Miranda Luis Montalbert-Smith ocuparon el escenario.
Los silbidos iban saliendo de las bocas de un pequeño mar de gente mientras Gandhi, rompiendo por
Comenzaba la banda, con Luis en la voz y en los teclados, con el que fue su tercer álbum ese concierto con el que anoche se hacía, sonora y aún más visiblemente, parte del festejo de los 25 años de la revista
Y de lo tercero, Gandhi se fue a lo primero:
Y así, con un Gandhi abordando una canción fundamental, Abel, Luis y Federico se alinearon formando esa fila frontal a la que Gandhi tiene tan acostumbrado a su público. Y cuando en el cierre de
Como quien no tiene tiempo ni para respirar, Gandhi lanzó
¡Sí, ahí estaba de nuevo
Y es que Gandhi había dicho que esta noche se complacería a sí mismo y lo hizo: a
“Vamos a matizar nosotros también”, manifestó Luis y se apareció
Y de esa sensación que es como salir a jugar, que dan los
La balada que ha hecho del desencanto una hermosa historia de fuerza sonó potente con un Federico ocupando en un extenso solo el frente del escenario, mientras Luis entraba en juego, atrás, con Massimo.
El Observatorio hizo entonces lo que tenía qué hacer cuando la
Apareció luego
Y en su intro, Luis se envolvió en la bandera de Costa Rica. Y con un Gandhi enérgico y vestido de los tres colores patrios, El Observatorio cantó a pulmón potente: “quisieras morir para saber lo que es vivir”.
Fue hasta pasado aquel paseo por los tres primeros discos de estudio que llegó el turno de enfrentar lo que es hasta ahora el último trabajo de la banda. Del
Y aquella canción salida del álbum donde Gandhi saca todo lo visceral que tiene al tocar dejó el ánimo arriba. Lo suficiente como para que entrara golpe a golpe, fuerte, fuerte, Massimo desde la batería.
Al vuelo, la gente supo que era lo que venía: el
Llego en aquella canción el momento para que Luis se colocara el sombrero largo y rayas, que lo ha acompañado en muchos de los 20 años de vida de Gandhi.
Una vez que aquella canción hizo lo suyo, como lo hizo años atrás, cuando le valió a la banda ser consigna de una campaña centroamericana contra las armas, fue aplaudida.
Llegó entonces
Con ese tema y tras una hora y diez minutos de tocar sin descanso, Gandhi hizo una pausa en el escenario.
Había dividido en dos partes su concierto.
O sea, la banda se retiraba solo para tener unos minutos para respirar, pero en El Observatorio a la cosa le quedaba para rato.
Mañana podrá leer en
Concierto:
Parte 1
Parte 2