No son días fáciles para la corona británica, en especial para la reina Isabel II, quien ha debido lidiar con polémicas y escándalos en los últimos meses.
Tras las acusaciones de abusos sexuales contra su hijo Andrés y la dimisión de los duques de Sussex, Meghan y Enrique, ahora la reina ha atestiguado la separación de su nieto mayor, Peter Phillips, quien se divorció de su esposa Autumn Kelly. Ambos llevaban casados 12 años y tienen dos hijas.
Phillips es el mayor de los ocho nietos de la soberana, y es el primero en divorciarse (también fue el primero en casarse). Medios ingleses rumoran que se podría repetir el patrón que sufrió la reina con las separaciones de sus tres hijos mayores: Carlos, Ana y Andrés.
Peter, de 42 años, y Autumn, de 41, informaron a los medios que su divorcio se realizó de una forma tranquila y que desde el año pasado se encontraban separados. Actualmente, ambos se encuentran en la residencia de Gloucestershire con su hijas Savannah, de nueve años, e Isla, de siete.
“Tanto Peter como Autumn no son miembros de alto rango de la familia real y por eso no se consideró necesario anunciar formalmente su separación el año pasado”, indicó Gerard Franklin, portavoz de la familia, según replicaron medios internacionales.
“Después de informar a Su Majestad y a los miembros de ambas familias el año pasado, Peter y Autumn acordaron separarse. Habían llegado a la conclusión de que esto era lo mejor para sus dos hijas y su relación. La decisión de divorciarse y compartir la custodia se produjo después de muchos meses de conversaciones y aunque triste, es una decisión amistosa. La prioridad de la pareja seguirá siendo el bienestar y la educación de sus hijas Savannah (9 años) e Isla (7 años). Ambas familias se mostraron tristes por el anuncio, pero apoyaron plenamente a Peter y Autumn. Piden privacidad y compasión para sus hijas mientras la familia continúa adaptándose a estos cambios”, se lee en un comunicado emitido por la familia real.
Peter Phillips es el nieto mayor de Isabel II y el primogénito de los dos hijos que tuvo la princesa Ana con el capitán Mark Phillips.
Phillips y su hermana Zara han llevado su vida lejos del frenetismo de la corona, pues no tienen títulos de realeza ni reciben dinero de los contribuyentes. Tampoco son tomados en cuenta para las actividades que realiza la familia real.
Este escándalo se suma a la sacudida que sufrió la corona el mes pasado, cuando el príncipe Enrique y su esposa Meghan Markle dimitieron de sus labores y títulos reales. Esta decisión sacudió al mundo después de una serie de polémicas entre el pueblo británico y la pareja, quienes finalmente acordaron con la reina dividir su tiempo entre Canadá e Inglaterra para no perder contacto con la corona.