Nicole y Nadia Aldana a 20 años de ‘A Todo Dar’: “Había tanta exposición, que se perdía la privacidad y la tranquilidad“

Nicole y Nadia saltaron a la fama siendo unas jóvenes de 19 y 21 años, respectivamente. Han pasado casi dos décadas y ahora se concentran en sus roles como mamás, esposas y empresarias. Así ven la vida ahora las Aldana.

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Una es rubia y colocha, la otra tiene cabello negro y lacio. Una prefiere las tenis, la otra los tacones. Una vive en Curridabat, la otra en Heredia. Nicole y Nadia son polos opuestos, pero la química que existe entre ambas es tal que juntas han construido una carrera desde que eran unas jovencitas.

Nadia y Nicole Aldana son dos caras conocidas entre las personalidades de Costa Rica: han crecido con toda una generación, la misma que disfrutó del extinto programa de A Todo Dar, la exitosa propuesta de Repretel a inicios de la década de los 2000.

Para aquel entonces Nadia tenía 21 años y Nicole 19. Hoy su rimo de vida es muy diferente al de aquellos años: ambas son mamás, esposas y empresarias; además tienen un segmento de asesoría de imagen en el programa Divas pero divinas, de Multimedios.

Y aunque muchas cosas han cambiado, mantienen su esencia: son divertidas, perfeccionistas y amantes de su trabajo y de su familia.

En entrevista con Viva, las hermanas Aldana cuentan cómo ha sido su vida desde que dejaron la televisión y su regreso con este pequeño segmento.

Han pasado varios años del boom de A Todo Dar ¿Todavía las reconocen en la calle?

Nadia (Na): A pesar de que tenemos varios años de no estar en tele, en un programa de televisión, la gente siempre nos recuerda, nos identifica. Y nunca falta el comentario de ‘¡ay yo me acuerdo cuando salía en A Todo Dar!’. Nunca falta la foto y yo diría que siempre se mantiene ese apoyo y cariño de la gente, y creo que es porque también han visto nuestro trabajo con el negocio y admiran esa parte.

Nicole (Ni): A veces, la gente llega y nos dice: ‘¡Ay qué bonitas que son!', o ‘¡Son más lindas en persona!’. O cuando llegan a la tienda y una las atiende dicen: ‘¡Ay que bonito que me atienda usted!’.

¿Cómo recuerdan esa etapa en A todo Dar?

—Na: Para mí es como el amor de mi vida en cuanto a trabajo. Yo que tuve la oportunidad de estar tanto tiempo (tres años y medio) fue una experiencia muy bonita en mi vida, fue una etapa muy enriquecedora. Fue una etapa inolvidable. Hicimos cuadernos, discos, revistas.

—Ni: Fue muy bonito sentir el cariño de la gente y todo lo que hicimos. Yo estuve dos años, pero creo que fue cuando estuvo mejor porque el grupo era muy bonito y era cuando íbamos a giras a Puntarenas, hacíamos calendarios, cantábamos y todo. Hasta hice un baile terrible, el del canguro, que fue después de la mosca.

—Eran muy conocidas y muy jóvenes. ¿Cómo manejaban en ese momento la fama?

—Na: Definitivamente, sí cambia un poco la libertad, ya uno no es libre de andar donde quiera, con quiera y hacer lo que quiera porque ya uno está en el ojo público; entonces sí, uno lo piensa dos veces antes de hacer algo y sí sacrifica su privacidad, pero uno aprende a lidiar con todo eso. Era cansado pero al mismo tiempo, tiene sus cosas bonitas porque uno recibe mucho cariño de la gente.

—Ni: Yo era más joven y sí era muy difícil porque uno no tenía paz a donde iba, entonces sí trataba de cuidarme. Y bueno, de mí decían que yo era más odiosilla pero ya cuando me conocían se daban cuenta que no. Muchos dicen que a uno se le sube la fama, pero a veces por mi cara dicen que yo soy así pero ya cuando hablo cambia.

—¿Se arrepienten de haber estado en A Todo Dar?

—Na: Nunca nos arrepentiríamos: si volviéramos a nacer, volveríamos a participar. Disfrutábamos mucho lo que teníamos que hacer, casi no lo veíamos como un trabajo… Estamos esperando el ATD 20 años después.

—Ni: Yo tampoco, porque a mí bailar, hacer coreografías, sonreír y salir en cámara me encantaba. Y que lo maquillaran y le alistaran la ropa a una era muy bonito.

—¿Cuál fue el mayor aprendizaje que les dejó?

—Na: Creo que ser agradecida con las oportunidades y aprovecharlas al máximo. Y yo que estuve tantos años, vi muchas chicas entrar y salir; entonces, uno decía: ‘hoy estoy acá y tengo esto pero mañana no sé’, y de hecho un día se acabo para todas. También fue muy importante tener los pies en la tierra porque hoy me va muy bien, soy reconocida y me llaman las empresas, pero esto no es para siempre.

—Ni: En mi caso fue ser humildes. A veces costaba un poco porque uno tenía tanta gente encima de uno y uno no quería que nadie se le acercara. También el valor de la amistad, la relación entre compañeras era muy bonita.

—¿Se imaginaron que se iban a convertir en figuras públicas?

—Na: Nunca pensamos en eso; sin embargo, yo desde pequeña empecé a participar en concursos de belleza y a los 18 empecé a trabajar como modelo y de hecho A Todo Dar se dio porque la agencia de modelo en la que yo estaba fue contacta por Repretel, pero nunca fue un sueño, nunca pasó por mi mente esa posibilidad. Sin embargo, sí descubrí ahí que eso es lo que más me gusta.

—Ni: A mí no me gustaba, pero yo empecé a ver a Nadia que participaba en esas cosas y de un momento a otro yo le decía: ‘por qué no me propone a ver’, y cuando ella entró a A Todo Dar, al tiempo se fue una y estaban buscando reemplazo y me preguntaron a mí y yo dije que sí, porque a mí me gustaba mucho bailar.

—¿Cómo manejaban la fama en ese momento?

—Na: En nuestro caso siempre hemos sido nosotras, obviamente cuando estuvimos en A Todo Dar, que había tanta exposición, sí era un poco difícil porque a cualquier lugar al que uno iba se perdía la privacidad y la tranquilidad.

”Y yo me acuerdo que mi mamá siempre me decía: ‘¿Nadia usted va a salir así, sin maquillaje? Arréglese un poquito’. Y es que yo soy supersencilla y andar maquillada o con tacones no me gusta, y sí me daba pena pero así soy yo, no soy la mujer perfecta que siempre anda el cabello arreglado y maquillada.

”A mí me pasaba mucho cuando trabajaba en tele que a la gente se le olvidaba que una era una persona igual que todas, y que a veces uno andaba feliz y a veces no; a veces una andaba indispuesto por algo, pero cuando una es figura pública, sobre todo cuando está en un programa de tanta exposición, eso casi que no es permitido: la gente lo juzga mucho y dicen que una es una pesada, porque no siempre anda con una sonrisa de oreja a oreja, pero somos seres humanos como todos”.

—¿Cómo hacían en sus malos días?

—Na: Uno trataba de disimular en los mismos programas. A veces uno no se sentía bien y ya iba a arrancar el programa y uno tenía que empezar a sonreír, a bailar y a divertirse aunque por dentro uno no se sintiera feliz.

—Ni: Nos tildaban de pesadas o el típico: ‘ya se le subieron los humos’ porque andábamos con mala cara y es que a veces no se podía evitar.

—¿Cuándo es que ustedes deciden poner un negocio juntas?

—Ni: Antes del negocio yo le vendía ropa a algunas amigas y así, y mi esposo fue el de la idea. El decía que aprovecháramos que estábamos muy vigentes y que éramos conocidas, a pesar de que teníamos algunos años de haber salido del programa.

“Iniciamos en Los Colegios, en Moravia, en el 2006, estuvimos en Paseo de las Flores, en Heredia, y luego abrimos en Lincoln Plaza y cerramos Los Colegios y Paseo de las Flores. El año pasado encontramos un negocio en Tibas y estamos solo ahí.

—¿Qué ha significado para ustedes la tienda?

—Ni: La tienda es superimportante y uno le llega a tener demasiado cariño y a veces es desgastante porque hasta uno se va de vacaciones y siempre está como pendiente.

—Na: Tener un negocio propio implica muchísimo sacrificio, mucho trabajo y mucha responsabilidad y cumplís tu horario y ya, en este caso uno no puede hacer eso, siempre hay que estar en todo y controlando todo. Es como parte de la vida de uno y esto es a lo que nosotros nos dedicamos, es nuestra principal ocupación.

”Solo nosotras sabemos lo que nos ha costado porque empezamos desde cero. Nosotras estudiamos Administración de Negocios y en el camino hemos ido aprendiendo muchísimo de lo que implica tener una empresa y realmente cuesta muchísimo mantener una empresa en Costa Rica”.

—¿Cómo se dio la oportunidad de Divas pero divinas?

—Ni: A nosotras todo lo que viene de la moda nos gusta mucho y poco a poco con lo de la tienda se fue dando lo de la asesoría, porque nosotras siempre hemos asesorado a los clientes y les hacemos un diagnóstico de imagen a la persona.

”Entonces nos hemos capacitado ambas en este tema y el año pasado empezamos a promocionar el tema de imagen personalizada haciendo un diagnóstico de imagen según el tipo de cuerpo que tiene, los colores que más le lucen y se le hace un estudio para que ya la persona utilice las prendas que más le favorezcan por su tipo de cuerpo.

”A Nadia la invitaron a cubrir unos días a Glenda y yo me imagino que por eso y por ver que estábamos promocionando esto, el productor llamó a Nadia y le dijo que estaba interesado en tener un segmento de moda”.

—Na: Y ha sido una experiencia superbonita, sobre todo por la respuesta de la gente. Hemos tenido historias muy bonitas de tal vez señoras que nunca han tenido la oportunidad de ir a un salón de belleza, que nunca han tenido una experiencia como esta, donde se le hace un cambio de look completo a la persona y ha sido muy enriquecedor tanto para nosotras como para ellas.

”Muchas gente nos escribe y ha sido muy bonito porque aparte de posicionar esta parte de asesoras de imagen hemos mostrado la parte humana de las mujeres que no tienen posibilidades económicas de recibir algo así e incluso mujeres muy inseguras de sí mismas, mujeres con depresión que nos escriben que están deprimidas y que les gustaría una asesoría.

”Es una bendición poder ayudar a las mujeres a verse y sentirse bien”.

—¿Extrañan la televisión?

—Na: Como que lo extrañe no, pero sí me gustaría trabajar en televisión, sobre todo porque podría combinarse con las otras facetas y también porque nosotros seguimos con la cámara y siempre tenemos mucho contacto con la gente y los seguidores.

”Pero uno sabe que aquí no hay mucha opción y uno es como realista con eso”.

—Ni: A mí me gusta mucho la televisión pero no es como que tenga pasión. Es decir, si sale algo está bien pero sino, no. No es como Nadia que sí le apasiona.

—Ambas tienen más de 100.000 seguidores en Instagram, son influencers. ¿Sienten alguna responsabilidad con lo que publican en redes sociales?

—Na: No hay comparación con otras personalidades en el país y no nos creemos superinfluencers pero sí agradecemos muchísimo el interés en nosotras, en nuestras vidas y en lo que hacemos y, definitivamente, tenemos que pensar muchísimo lo que decimos o publicamos porque es gente que nos sigue, que nos admira y hay un nivel de responsabilidad.

—Ni: Yo sí me siento responsable por las cosas que pongo, porque a mí me gusta subir cosas de ejercicio y de nutrición y a veces la gente me manda mensajes positivos y ahí es donde siente uno que está siendo un ejemplo para las personas.

—Han pasado 20 años desde que se dieron a conocer en A Todo Dar ¿Ven la vida diferente ahora?

—Ni: Sí, hace 20 años yo pensaba solo en mí y ahora solo pienso en mis hijos, Mía (de ocho años) y Tomás (de tres años), en que no les falte nada, en que estén bien. Ahora una tiene responsabilidades como mamá y como esposa, hay que pagar cuentas y eran responsabilidades de un hogar que antes no tenía.

—Na: Ahora es totalmente otra vida. En aquel momento eramos solteras, estudiábamos, trabajábamos y casi que no teníamos responsabilidades económicas. Ahora es una gran responsabilidad de criar a los niños, más que la parte económica, es en la parte de formarlos a ellos como personas, de que sean niños seguros, felices y estables emocionalmente. Es otra mentalidad y otras prioridades, pero siempre hemos tratado de ser responsables y centradas.

—¿Qué es lo que más disfrutan ahora?

—Na: A mis hijas, las gemelas Sara y Sofía, que tienen siete años. Mi más grande anhelo siempre fue ser mamá y siempre soñé con tener mi propio negocio y poder compartir con mis hijos, porque mi mamá siempre trabajó y yo siempre la extrañé mucho y siempre dije que yo quería estar con ellos.

”Quiero poder disfrutarlas a ellas, no perderme sus diferentes etapas, verlas crecer, hacer tareas con ellas y estudiar con ellas”.

—Ni: A mí me encanta estar con mi familia. Me gusta jugar con mis hijos y me encanta cuando mi hija tiene que ir a competencias de gimnasia.

”Pero también disfruto mucho mi trabajo, ver la ropa, hacer fotos, hacer ejercicio y hacer marketing digital”.

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—¿Que consejo le darían a sus hijos?

—Na: Que mantengan su relación con Dios, con la fe y la obediencia a lo que él nos pide. Hay que tener respeto, tolerancia y amor pero primero a Dios.

”Y siempre les digo a mis niñas que sean agradecidas, porque a veces a uno se le olvida; y a ellas nunca les falta la comida, la cama, la salud, pero hay otros niños con realidades muy diferentes y entonces yo trato de que sean muy agradecidas”.

—Ni: Yo le hablo mucho a mi hija del estudio y siempre le digo que tenga un buen corazón, que no sea chismosa, que no le haga caso a las chiquitas que pelean en la escuela y también que mantenga esa relación con Dios.

—¿Cómo es su relación con Dios?

Na: Es todo y es lo más importante para nosotros. Lamentablemente uno es muy humano y, en mi caso, no le doy a Dios el lugar que se merece, pero sí lo tengo claro y siempre es como un propósito en mi vida, porque es gracias a Él que estoy aquí. Yo aprendía a verlo detrás de todas las cosas. Nosotros crecimos siendo católicas, mis papás son católicos, nosotros ahora somos cristianas.

—Ni: Uno a veces dice que está con Dios, pero es por encimita y gracias a Él pude cambiar muchas cosas en mi vida. Dios me rescató de muchas cosas que no estaba haciendo bien.

—¿Siempre han sido unidas?

—Na: No, yo le llevo tres años a Nicole y cuando éramos adolescentes la edad sí se sentía mucho. En ese momento eramos polos opuestos, teníamos gustos, amigos y personalidades totalmente diferentes y cada una andaba por su lado y chocábamos mucho. Pero ya cuando estábamos en ATD ya no había opción, y ya trabajando juntas aprendimos más. Yo era como la mamá.

—Ni: Sí, hemos tenido diferencias y discusiones pero no pasan de un día. Creo que para nosotros el valor de la familia es muy importante y nos apoyamos mutuamente. Ahora siempre nos apoyamos como mamás, nos aconsejamos, en los proyectos adicionales siempre estamos tratando que la otra esté mejor y que tenga sus oportunidades de ir mejorando o creciendo. Nunca nos hemos visto como competencia.

”Somos un complemento, hay cosas que ella hace mejor, y otras en las que yo soy mejor. Nos apoyamos mucho la una a la otra y nos respetamos mucho también. Creo que hacemos un buen equipo.

“Y bueno, aparte de que trabajamos juntas, también nos vemos los fines de semana porque los chiquillos se aman y nuestros esposos se aman más que nosotras dos. Entonces hacemos paseos, vamos a la playa y cosas así”.

—¿Cómo hacen para romper la rutina en su matrimonio?

—Ni: A mi esposo y a mí nos encanta salir solos, o ir a cenar para no perder la rutina de todos los días y hablamos mucho, y vamos solos a la playa. Creo que esa es la clave de nosotros: tener ese espacio juntos.

—Na: Nosotros buscamos los espacios de pareja, pero en la casa también el tiempo en familia es ameno, mi esposo siempre hace bromas y se siente como un ambiente bonito en la casa, no es como una rutina.

—¿Cuál es su mayor defecto?

—Na: Yo soy muy temperamental y me enojo muy fácilmente, soy muy explosiva y creo que ese es mi peor defecto, que no es bonito y no lo quiero para mis niñas.

—Ni: Yo tengo un defecto feo y es que soy muy gritona y no me controlo y de verdad que lo he tratado de controlar un poco, pero los niños a veces me sacan... y yo me defiendo gritando.

—¿Cómo se definen?

—Na: Yo diría que soy una mujer sencilla, centrada, perseverante, muy optimista y disciplinada.

—Ni: Creo que yo soy una mujer luchadora, trabajadora, amorosa, perfeccionista. A mí me gusta luchar por mis cosas y si me propongo algo lo cumplo. También soy una mujer muy vanidosa, imagínese que hasta para ir al gimnasio me maquillo.

—¿Cómo ha sido esa transición a los 40?

—Ni: Yo tengo 37 años, a mi todavía me falta, pero yo sí creo que ya no se puede comer como antes, a mi sí me gusta verme bien y pretendo ir al gimnasio hasta que Dios me lo permita por salud también.

—Na: Yo sí tengo 40 y no me ha golpeado tanto porque los 40 son los nuevos 30. Gracias a Dios yo no aparento mi edad, pero obviamente sí hay cambios y uno se los nota.

”He notado mucho mi energía: yo sí me canso muchísimo con mis niñas y mis quehaceres.

“Pero, por otro lado, creo que esta es una década muy linda para la mujer, donde uno sigue siendo una mujer joven, muy productiva, pero con un grado de madurez muy diferente y con un pensamiento muy diferente de la experiencia que tiene uno. Me parece una edad muy interesante en donde la mujer puede ser atractiva pero con experiencia y madurez”.

—¿Le temen a la vejez?

—Na: No le temo a la vejez, le temo a una vejez sin salud. Creo que el estilo de vida que uno tiene de tanto estrés y carrera repercute en una vejez sin salud, pero no soy de esas mujeres que esperan ser jóvenes, bellas e impecables siempre.

”Quiero envejecer con dignidad e ir aceptando cada una de las etapas de mi vida. Quiero ser muy ubicada en mi edad y en mi momento de vida, no quiero ser de esas mujeres que pasan metidas en el quirófano”.

—Ni: Yo tampoco le temo, pero yo seguiré siendo vanidosa y si me tengo que hacer retoques me los hago pero no demasiado.