No hace ni un mes que Carlos Ramírez, propietario de un gimnasio en su natal Pérez Zeledón, vio alterada su rutina de un momento a otro. Un Topillo corresponsal en la hermosa tierra de San Isidro de El General se las ingenió para hablar largo y tendido con Carlos, de 34 años, casado y padre de dos hijos, quien a todas luces es un muchacho sencillo, descomplicado, con un ágil sentido del humor pero siempre enmarcado en la ubicación y el respeto.
Como ya se sabe, la fotografía de Carlos se hizo viral hace unas semanas cuando empezó a comparársele con el popular y respetado doctor Daniel Salas, ministro de Salud y quien ha liderado la lucha contra la pandemia de covid-19. Contrario a lo que se podría pensar, a Carlos ni por la mente le pasó que tenía algún parecido con el Dr. Salas durante los primeros días en los que, como todo el país, empezó a consumir las conferencias de prensa donde un también entonces apenas conocido ministro empezaba a fijarse en la retina de todo el pueblo de Costa Rica y allende fronteras.
A la semana de las constantes apariciones del Dr. Salas en los medios nacionales, Carlos recibió por Whatsapp un foto-montaje de un amigo en el que aparecía el ministro, con su corbata y demás, pero le habían sustituido el rostro por el de Carlos. El amigo le decía “¡Mae vea cómo se parece usted a él!”. “Esa fue la primera vez que alguien me dijo, yo no me había percatado, ya ahí se armó un vacilón entre compas y fue cuando decidí ponerme los lentes y subir la foto a redes. De hecho yo no uso lentes, pero alguien me prestó unos parecidos a los de don Daniel y bueno, yo la publiqué a modo de broma, lo que no me imaginé es que de pronto se había vuelto viral y en cosa de pocos días pasé de tener 2.000 amigos en Facebook a saturar la capacidad, ya no puedo tener un amigo más”, contó Ramírez, relajado y tomándose a bien, como un pasaje agradable y anecdótico, pero nada más, todo este jaleo con el tema del “clon” del ministro.
Él quizá no se percata, pero tiene un ‘mood’ bastante parecido al de Daniel Salas, pues habla sin muchas inflexiones en la voz, conversa con seguridad y lo último que se le percibe es un ride como de “agrandado”. “Para mí ha sido sorpresivo, agradable, obvio no es que me ha cambiado la vida, yo al señor Ministro le tengo un gran respeto... no sé si él ha visto las publicaciones y todo esto del clon, sé que está muy ocupado velando por la salud de todo el país, eso es lo importante y evidentemente para él es totalmente prioritario, quien sabe si ha tenido tiempo de ver algo de todo este vacilón, yo lo que esperaría es que no le genere ninguna molestia, todo surgió espontáneamente y yo desde el primer momento he hecho bromas en el sentido de que yo soy la versión ‘wish’ de él, y una que otra bromilla de buen gusto, ante todo el respeto y la gran admiración por lo que ha hecho desde el momento en que le correspondió enfrentarse a algo tan serio”, afirmó Carlos.
Él ya reabrió su gimnasio en Pérez Zeledón, pero a un 50 % y con todas las de la ley, en estricto apego al protocolo que dicta su “clon”. Consultado sobre si esta situación le ha generado más clientela, Carlos dijo que en vista de las restricciones, se mantiene trabajando al 50%, pero igual manifestó que toda esta fama súbita es pasajera y que él esperaría que en el futuro, cuando volvamos a la “nueva normalidad”, los clientes lleguen a su gimnasio atraídos por la calidad del servicio en general, y no por su parecido con nadie.
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Según nos soplaron a estos Topos, don Daniel sí ha tenido conocimiento del cuento del clon y, aunque está totalmente enfocado, minuto a minuto, en lo concerniente a la lucha contra el covid-19, sí se echó unas cuantas sonrisas de esas que no le conocemos porque siempre aparece más serio que pleito de machetes (no es para menos). Por su parte, Carlos está viviendo el momento como una experiencia más, sin creérsela, como dice él, pero sí agradecido, por ejemplo, con la gran oportunidad que tuvo al figurar en una ingeniosa campaña de Burger King (“Ocupo que coman carne a la parrilla, no a la plancha”) y que tuvo un gran alcance en redes.
Más allá de esta simpática coyuntura, Carlos Ramírez reitera su admiración por la gestión del Ministro Salas y, tras solicitarle un mensaje a la población, no dudó: “Diay, que le hagamos caso. Pero eso es algo que debemos recomendar y obedecer todos, no tiene nada que ver con el vacilón por el supuesto parecido”, puntualizó Ramírez.
La pregunta del millón (y ahí sí se permitió una bromilla blanca) −Si llegara a conocer al ministro Daniel Salas ¿ha pensado qué sería lo primero que le diría? − (Risas) Sí, ya lo he pensado. Si algún día lo conozco creo que lo primero que le voy a decir es “¿Es cierto que usted está contento porque le dicen que se parece a mí? Ja, ja, si hay ambiente, eso le diría ¡ojalá que no se enoje, porque como es tan serio!”.
Y bueno, así transcurren algunas anécdotas simpáticas que, de alguna manera, nos aligeran y alivianan un poco el transitar del día a día a la espera de salir bien librados del enemigo mundial, el nuevo coronavirus que, de rebote, nos hizo conocer tanto a don Daniel Salas como a don Carlos Ramírez. He dicho.
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Excelente, pero de primer nivel, la iniciativa del empresario Don Stockwell, quien a principios de esta cuarentena y con lo activo y proactivo que es, tuvo una genial idea, aprovechando sus contactos y sus amistades con artistas extranjeros de primer nivel y otros que son parte de la crema y nata de las figuras del espectáculo o del quehacer periodístico del país.
Como ha sido de conocimiento público desde hace varios lustros, Stockwell es amigo de toda la vida de Esaí Morales, uno de los actores estadounidenses de origen latino que abrió brecha en la meca del cine junto con otro grupo de titanes hispanos, y se mantiene al día de hoy como uno de los actores más consolidados de la meca del cine hollywoodense. Morales se dio a conocer como Bob en La Bamba, icónica película de 1987 y, a partir de entonces, ha construido un prestigioso prontuario que culminó últimamente con un papelazo en Ozark (Netfix) y, justo hace dos días trascendió la noticia de que Esaí sustituirá a Nicholas Hoult como el próximo villano de la exitosísima saga de Misión: Imposible.
Justamente su primer Instagram Live fue una cálida conversación con Esaí, quien recorrió varios rincones de su casa mientras hablaba con Stockwell y fue como mágico ver la intimidad de una estrella de ese calibre, sobre todo porque en todo momento se refirió a Don como un “hermano de años” y Stockwell nos hizo transitar por anécdotas y vivencias del ser humano, más allá de la estrella que es.
A partir de ahí, Stockwell pensó en aprovechar los tiempos de confinamiento de varios de sus amigos famosos, dentro y fuera del país, y en las últimas semanas ha hablado con celebridades como Chumlee (El precio de la historia), Julián Gil, Fanny Lu y Gilberto Santa Rosa, quien por cierto nos desbarató el alma --en el mejor sentido-- al cantarnos un trocito de uno de sus éxitos, Que alguien me diga, a capella... También han pasado por el confesionario de Stockwell figuras nacionales como Édgar Silva y Alex Costa, también en sabrosas tertulias aderezadas por esa forma de ser tan particular de Don, que es como un niño-grande y sus intercambios con sus “compas” famosos son totalmente improvisados, divertidos, ocurrentes y profundos.
Hay que estar pendientes del Instagram de Don, quien anuncia con antelación la fecha y la hora de sus encuentros virtuales con figuras conocidas y, de verdad, logra una interacción con un tono pocas veces visto, sobre todo porque se da un “tú a tú” entre los internautas y los famosos, y esto no deja de ser surrealista, al menos estos Topos quedamos fascinados tras “hablar” con Chumlee. Aplausos de pie para Don Stockwell, estaremos atentos porque, a no dudarlo, vendrán grandes sorpresas con los nuevos invitados.
En una nota no tan alegre, pero sí llena de esperanza, le enviamos todos nuestros parabienes y deseos de recuperación a Carlitos Ramos, nada menos que el ya legendario Porcionzón, quien ha lidiado con una mala racha en las últimas semanas, cuyo epílogo fue el accidente que sufrió el domingo pasado en Atenas, y en el que lamentablemente falleció una persona.
El Porcio ha estado acostumbrado toda su vida a lidiar con pobreza, carencias y diversas situaciones, recién también fue cesado temporalmente de Omega, por un tema de costos, y cuando todo se veía mal, siempre pudo empeorar.
El accidente de Carlos pudo haber representado una fatalidad pero, como él mismo dice, aunque está fregado del tobillo y no es un tema menor, solo le queda agradecer por una nueva oportunidad de vida. En este post del pasado jueves el humorista que lleva décadas haciéndonos reír a mares (a muchos, no a todos, allá cada quien con sus gustos), asume todo lo que le ha ocurrido siempre de forma positiva y, con su humor y sus apelativos tan propios de él, ofrece una pincelada de gran fe, positivismo, y esperanza:
"Menecos aquí voy de vuelta. Aún no me han podido operar ya que los doctores están esperando que sanen un poco las heridas. Se podrán imaginar el dolor que se siente de tener el tobillo despedazado, pero es parte de esta etapa que espero superar con la ayuda de DIOS. Una vez mas agradezco todas sus muestras de apoyo y cariño, que DIOS les bendiga. Especialmente a mi familia que ha estado incondicionalmente.
"Hoy más que nunca doy gracias por todo lo que esta sucediendo en mi vida. Solo el hecho de pensar que si no me hubiesen bajado las placas del otro carrito probablemente no estuviera contando el cuento.Yo no veo lo malo, mas bien aprovecho para ver lo bueno y en estos días han pasado cosas muy buenas.
Aprovecho para agradecer a todas las personas que trabajan aquí en el Hospital del Trauma sin duda es gente con vocación y ángeles para mí ya que me han tratado a cachete explotado".
A cachete explotado... no podríamos cerrar esta columna con semejante salida del Porcio. Esperamos, de corazón, que pronto esté a ‘cachete explotado’ y que siga haciendo lo mismo con nosotros, sus fans que lo queremos tanto por sencillo, genuino, ingenioso, sabio y valiente. ¡Grande, Porcio!