La pandemia se convirtió en la excusa que la actriz Adriana Alvarado estaba buscando para darle un cambio a su vida.
Después de cinco años de formar parte del programa de comedia de Teletica, La pensión, la actriz decidió renunciar pues necesitaba un respiro y a la vez descansar de su rutina diaria, que le estaba generando más estrés de lo normal.
“Siempre he ido contra corriente, igual esto responde a un proceso personal, porque sentía que había cumplido un ciclo. La televisión da muchas posibilidades, por salir en pantalla a una la reconocen y le da ese contacto con la gente, muchos me escriben cosas muy bonitas pero es que yo necesitaba hacer algo diferente, hay tiempos para todo y la pandemia fue ese frenazo que necesitaba”, explica la actriz.
Eso sí, la actriz siente nostalgia de que ahora que se reanudaron las grabaciones, ya no puede compartir con quienes fueron sus compañeros todo este tiempo.
De acuerdo con Alvarado, quien daba vida a Ágatha en la serie, esta fue una decisión meditada y aunque le gustaría volver a actuar sabe que por el momento esto no es una opción.
Producto de la pandemia, la actriz también debió cerrar Casa 210, un centro de eventos ubicado en Barrio Escalante que alquilaba para charlas, cursos, talleres y para que otros artistas ensayaran. Tenía dos años de haberlo abierto.
“Lo teníamos todo equipado con sillas, proyectores, sonido y todo lo demás. Pero cerramos porque no se podía, había artistas que venían a ensayar. Yo creo que yo soy muy positiva y tenaz y creo que en el momento que se pueda reactivar lo voy a hacer”, añade.
Sin embargo, su espíritu creativo la empujó a retomar un proyecto que traía en mente desde hace un tiempo, pero que por su rutina no podía realizar. Se trata de Gallopintico, un negocio de desayunos que se entregan a domicilio y que creó junto con su pareja, Angie Durán.
“Yo siempre he sido emprendedora y quería hacer algo con desayunos. Es decir, a la gente le gusta comer gallo pinto, pero a veces da como pereza poner los frijoles y prepararlo, en eso cayó la pandemia y en los primeros días que nos encerraron a todos, empecé a probar suerte”, explica.
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Alvarado asegura que en un principio no sabía preparar ni un queque, sin embargo, su tía, quien es repostera le ayudó con las recetas y ahora vende todo tipo de repostería tradicional y queque de zanahoria, de chocolate, de naranja y desayunos típicos como gallo pinto, con huevo y plátano maduro.
Esta experiencia le ha dado el respiro que necesitaba, pero asegura que le ha permitido conocer a muchas personas diferentes.
“Yo soy actriz, soy artista y eso nadie me lo va a quitar. Aunque al principio esto comenzó por la necesidad, seguimos caminando y estoy muy contenta de emprender este proyecto. Al principio la gente nos ayudaba por solidaridad y ahora porque les gusta, ha sido una experiencia super linda de la que no me arrepiento”, afirma.
Alvarado asegura que por ahora no piensa en lo que hará después de la pandemia y se concentra en disfrutar esta nueva etapa que es completamente diferente a la que estaba acostumbrada.