Las luces se apagan, todo queda en oscuridad. Escucho el crujir de un vidrio y, seguidamente, percibo como el agua empieza a inundar un cuarto de hierro ¡Mi cuarto!
Las luces se encienden, estoy en una especie de submarino en el fondo del océano. El agua empieza a inundar mi vehículo, una alarma me indica que el tanque de oxígeno empieza a agotarse.
En 40 minutos seré hombre muerto. Por suerte no estoy solo, conmigo se encuentran otras tres personas. Juntos tendremos que completar una misión: reclamar un tesoro olvidado en el sumergido templo de Osiris.
LEA MÁS: Realidad virtual ofrece un paseo desde una San José colapsada hasta una ciudad amigable
Hay caos. Nadie se pone de acuerdo y todo parece perdido hasta que un compañero se tropieza con una pista, por fin, un hilo de donde tirar. Nos motivamos, entendemos la dinámica y cada uno empieza a aportar a su manera hasta que el misterio termina por desplegarse frente a nuestras inundadas narices.
Pero mientras todo eso ocurre. Mi cuerpo está en un cuarto vacío de seis metros de ancho y otros seis de largo. En mi cabeza llevo unos audífonos gruesos y unos lentes de realidad virtual.
Esta es la experiencia que ofrece el VR Box, un negocio que combina la realidad virtual y los escape rooms. Estos dos conceptos pueden ser novedosos para usted, así que vamos por partes.
Un escape room es un pasatiempo que nació en Japón en el 2007 y su popularidad se extendió como un virus hasta llegar a Europa.
Este peculiar hobby se popularizó entre grupos de jóvenes estudiantes estresados o colegas que asisten a estas salas para fortalecer los vínculos laborales, el teamwork.
Este pasatiempo se ha vuelto tan popular que se han desarrollado guías turísticas que giran alrededor de estos cuartos. Madrid, Tokio, Estocolmo y Amsterdam se han convertido en ciudades abanderadas por su amplia oferta de salas de escape. En la capital de España hay más de 120 juegos.
En Costa Rica esta moda está empezando a crecer, por ahora existen cinco salas de escape, ubicadas en Heredia, San José y Puntarenas.
Por otro lado, la realidad virtual es una tecnología que ha incursionado en los videojuegos desde hace unos dos años. Sin lugar a dudas el futuro para estos aparatos es brillante pero, por ahora, los altos costos y el proceso de adaptación de los gamers ha mermado el despegue de esta tecnología de entretenimiento.
Un set completo para adentrarse en la realidad virtual puede ahondar entre los $500 a $2.000. El VR Box utiliza un equipo HTC VIVE, desarrollada por la prestigioso estudio Valve.
Una aventura en pareja.
La idea de abrir el primer escape room de realidad virtual en Costa Rica fue idea de Rodrigo Fuentes y de Laura Pujol. Para este proyecto se invirtieron unos $40.000 que salieron de los ahorros del joven matrimonio.
“Mi esposa y yo hemos probado varios escape rooms y es una mecánica que nos encanta. La manera en la que se interactúa en equipo y la forma en la que se desarrollan los acertijos. Sin embargo, sentíamos que muchos lugares abusaban del método de los candados, como que usaban muchas llaves. Entonces nos dimos cuenta que con la realidad virtual, las opciones son amplias, casi infinitas”, enfatizó Fuentes.
La pareja complentó sus talentos y estudios para involucrarse en esta aventura. Laura estudió administración en la Universidad Internacional de las Américas (UIA), donde obtuvo el grado de bachillerato. Por su parte, Rodrigo se graduó en informática y gerencia de proyectas en la Universidad Latina. Además de este negocio, tanto Laura como Rodrigo tienen una hija de apenas seis meses y, además, cuentan con un trabajo de tiempo completo.
Actualmente, ambos trabajan para una compañía a tiempo completo y los dos tienen que aprovechar a máximo el tiempo para que tanto el negocio como la familia salga a flote.
En VR Box se forman equipos de hasta cuatro personas. Cada integrante cuenta con un visor de realidad virtual conectado a un dispositivo que se coloca como una mochila (que reproduce los movimientos) y un control de mano. Los participantes deben trabajar para salir de una situación desafiante: resolver un enigma, cumplir una misión o escapar de diversos peligros.
Por ahora el escape room cuenta con tres escenarios: El primero se desarrolla en la estación espacial Tiberia y la misión de los jugadores es evitar que un meteorito destruya el planeta Tierra. Por otro lado, el templo sumergido de Osiris obligará a los entusiastas de los videojuegos a resolver una serie de acertijos para dar con un tesoro olvidado. Estas dos experiencias se pueden prolongar a lo largo de 40 minutos.
Por último, VR Box le ofrece a los jugadores una experiencia terrorífica que se desarrolla en una hospital embrujado. Eso sí, este modo de juego no cuenta con acertijos y es más que todo una experiencia visual que tiene un tiempo de 15 minutos.
Fuentes recalcó que no es un videojuego donde se matan zombis. “A quienes disfrutan el gaming les gustará, pero si no son aficionados de los videojuegos también se divertirán”, enfatizó el emprendedor.
“Lo más retador es cumplir con nuestros respectivos trabajos, con la niña y empujar el proyecto. Nos complementamos muy bien”, dijo Pujol.