Hacer y Deshacer: Ellos son los protagonistas detrás de El Tripazo

Ricardo Cerdas y Boris Sosa son los creadores de El Tripazo, un proyecto que les permitió disfrutar el Mundial de Rusia 2018 en seis países diferentes

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En 37 días tomaron 13 vuelos, cruzaron cuatro veces el Atlántico y visitaron 6 países. La aventura se inició en Serbia y finalizó, el pasado domingo 15 de julio, en Francia. Todo a propósito del Mundial y motivados por la Sele, Ricardo Cerdas y Boris Sosa protagonizaron El Tripazo, un proyecto de aventura, deporte y amistad que esperan mantener vigente así no esté jugando la Selección Nacional.

¿Qué es El Tripazo? Previo a la hexagonal final rumbo al Mundial de Rusia, Ricardo y Boris decidieron juntarse para crear un proyecto mediático que acompañara a la Sele en todos sus partidos, tanto dentro como fuera del país. Fue así como tuvieron la oportunidad de viajar a los partidos eliminatorios de Costa Rica en países como México, Panamá, Estados Unidos y Trinidad y Tobago.

Pero venía el Mundial y querían vivirlo de manera distinta. Y distinto era no hacer lo que la mayoría de aficionados harían: ir a Rusia, así que junto a La Productora y patrocinadores decidieron vivir la Copa del Mundo en los países rivales de Costa Rica y empacaron para estar el 17 de junio en Serbia, el 22 de junio en Brasil y el 27 del mismo mes en Suiza.

Cuando nació la idea de viajar a varios países, el sorteo de la Fifa ni siquiera se había hecho, por lo que la expectativa por la ruta que tomarían era altísima, así como lo que sucedería luego de que Costa Rica quedara eliminada de la competencia. Pero debían tomar decisiones y luego de la fase de grupo eligieron viajar a Bélgica, Portugal y Francia, donde la apuesta les salió perfecta y pudieron celebrar con los locales en París el triunfo en la final ante Croacia.

Lo mejor de sus 37 días de viaje quedó recopilado en fotos y videos colgados en redes sociales y también en La Revista Mundialista de Teletica Deportes, donde expusieron cómo fue vivir el Mundial fuera de Costa Rica y de Rusia.

Este es el resumen de lo que Boris y Racha vivieron durante el último mes “como aficionados comunes haciendo cosas fuera de lo común”, como ellos mismos lo describen.

Ricardo Cerdas

¿Por qué le dicen Racha?

Racha me lo pusieron en un paseo de Estudios Sociales, en cuarto grado. No sé por qué. Fue como que un amigo dijo: ‘Racha la remolacha’ y ahí quedó.

Cuando le preguntan a qué se dedica, ¿qué responde?

Genéricamente, si no conozco a la persona, yo solamente digo que soy productor audiovisual, pero si no, yo le explico a la gente que yo hago producción audiovisual, contenidos web y de todo un poco.

¿Qué estudió?

Estudié en la Universidad Véritas, en la Escuela de Cine y Televisión. Puede decirse que soy director audiovisual. Yo estudié derecho y no me gustó. Mi papá es abogado. Pero le dije que quería estudiar cine y mi hermana gemela estaba estudiando cine en ese momento, entonces me pasé a cine después de estudiar dos años derecho. Me apasiona contar ideas.

¿Pero no ha hecho películas?

Me di cuenta de que yo no quería hacer películas, quería hacer más contenidos como los que hago con Boris, más de la vida real. Consumo ficción, pero no he llegado a ese punto en el que yo crea que puedo crear ficción, me hace falta vivir más.

¿En qué invierte el tiempo libre?

Ahora estoy empezando a hacer ejercicio y lo disfruto, esto no lo hubiera dicho nunca. Paso mucho tiempo con mi novia y veo muchas series. No tengo género de series, pero me gusta el audiovisual inglés, todo lo que sea BBC yo me lo echo. Me encantan los documentales de naturaleza como para final del día. Pero de África. Los elefantes, los leones, el jaguar... eso me fascina.

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La creatividad de Racha, quien tiene 30 años, se ha visto reflejada en grandes y pequeños proyectos, delante y detrás de cámaras. Ha trabajado como director de comunicación, ha dirigido publicidad para televisión y escribió durante un tiempo en La Nación una columna de opinión. Y para muchos es conocido por su personaje de Beto en la serie web Dele Viaje, un proyecto en el cual también estuvo detrás de cámaras.

“Escribí en La Nación por un tiempo, de situaciones cotidianas. No volví a escribir desde que conseguí novia. Y mi novia dice que ella se enamoró de mí porque descubrió un blog que yo tenía y ahí me empezó a stalkear. Se llamaba Al Chicle”, recuerda.

Y en su currículo destaca también su trabajo en Subite al Chunche. Por eso lo de los viajes y el mundial de la Fifa no es novedoso para él, pues formó parte de Subite al Chunche durante Brasil 2014. Todas esas experiencias y la química que desarrolló con Boris lo tienen ahora al frente de El Tripazo.

“Tuve la posibilidad de participar en Dele Viaje más a nivel actoral, fui creador de Subite al Chunche y ya El Tripazo es mi tercer proyecto y me termina de solidificar como una persona que tiene experiencia y sabe lo que está haciendo”, afirma.

Boris Sosa

Boris tiene 41 años, ha hecho cine, televisión y radio, pero estudió arquitectura, profesión que ejerce medio tiempo actualmente. “Mucha gente me dice que aparento menos edad y yo creo que sí. Hago mucho ejercicio, soy corredor amateur muy fiebre, pero yo empecé a correr roco, cuando tenía 32 años pero aparentaba 60 (lo puedo comprobar con fotos)”, cuenta.

¿Cómo empezó todo esto que no tiene que ver con arquitectura?

Con un blog que se llamaba El Burro de Licha, en el que escribía muchas cosas de lo cotidiano, de lo que yo estaba viviendo y de mis intentos y fracasos en el mundo del atletismo. Luego empecé a subir videos en Youtube, puros intentos fallidos de éxito, hasta que un día subí uno que se viralizó. Hasta ese día no había escuchado esa palabra. Fue un video que se llamaba Pastor que apoya a la Sele. Era un pastor que decía piropos, que se echaba los traguitos, comía chicharrones… Era una mofa al estilo de vida de los pastores. La cosa es que yo subí ese video, que era lo más chafa que se podía hacer y se lo mandaba a mis amigos o se los ponía en el muro de Facebook, eso pudo haber sido 2007 o 2008 y fue tanto el burumbum que me llamó un periodista de Repretel para hacerme una entrevista y luego La Teja entrevistó a un pastor que básicamente me mandaba al infierno. Después hice un segundo video que fue un hit, que fue el que inició algo que cambió mi vida, el video de Los Gladiadores Americanos Ticos y el personaje que más sobresalió fue Oldemarsh de Tierra Blanca, que hasta la fecha sigue ahí vigente. Después apareció Vine, y empecé a hacer los doblajes del pastor, inventé personajes como Yeicol, que es un niño genérico…

¿Y todo esto sirvió para llegar a la televisión y al cine?

Sin yo saberlo Vine fue un casting para mí, porque gracias a esa red social me llamaron a participar en la película Michael Yordan de Viaje Perdido y obviamente la llamada fue muy extraña para mí, me llamaron para hacer un casting y yo ni sabía qué era un casting. Después de esa película ocurrió una serie de eventos muy chivas, como que me llamaron para participar en un programa de televisión que se llama Tu Cara me Suena y eso también fue muy extraño, porque era un programa de gente famosa y yo no era famoso para nada.

¿Y ahora es famoso?

No, todavía no lo soy. Yo tengo un concepto muy extraño de la fama, hay gente que es muy reconocida, y eso se confunde con fama.

¿Pero sí es reconocido?

La televisión tiene un impacto masivo, gigante. Con el primer programa de Tu Cara me Suena logré que la gente se identificara conmigo, a pesar de que yo no era conocido y viví momentos muy lindos y conocí gente maravillosa. Pero también vinieron los comentarios llenos de odio… que yo era un tal por cual y yo decía ‘qué raro, porque yo no soy un imbécil, ni un tal por cual’. Solo era un mae normal aprovechando las oportunidades que seguramente solo llegan una vez en la vida.

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Después de pasar por el cine, la televisión y estar ahora en la radio y en El Tripazo, ya Boris no quiere parar. Uno de sus sueños es tener un programa que se llame La Cocina del Vago y, con todo y su nulo conocimiento en cuanto a cocina, ponerse a preparar y explorar menús de cuatro mil o cinco mil colones, por ejemplo.

Química

Se sorprenden de las cosas más simples, se plantean escenarios absurdos en los que estarían, se retan con preguntas o pruebas límite y se ríen, sobretodo eso. Cuando Boris y Racha están juntos no hay duda de que la pasan bien.

Después de dos años de estar viajando juntos guardan solo buenos recuerdos, incluso de los momentos más aburridos. Y eso es parte del éxito que tiene su proyecto, el cual va más allá de viajar.

Tiene que ver con conocer y aprender, con exponer experiencias únicas y llamativas y compartir con los mismos protagonistas, en este caso de La Sele. Cuentan que de los mejores momentos que han tenido es compartir con los seleccionados, no como periodistas, no como aficionados, sino entablando una relación de confianza que les ha permitido conocer lo que desde una cancha no se ve. “Patrick Pemberton es un chavalazo, Marco Ureña es un chavalazo, Kendall Waston es un chavalazo. Y son amigos, todos los jugadores se llevan bien. La gente se pelea por el fútbol y todos estos maes son super compas”, dice Boris.

El Tripazo, un proyecto de aventura, deporte y amistad no tiene definido su próximo viaje, pero la meta de Boris y Racha es hacerlo crecer con experiencias que tengan, o no, algo que ver con el fútbol o la Sele.