Un juego de dominó le enseña a los niños cuáles son las diferentes especies de animales que se pueden encontrar en el Parque Nacional Rincón de la Vieja y, de paso, enseña sus nombres en inglés, para que los pequeños practiquen el idioma.
Un par de zapatos estilo guarachas hechos a mano con materiales ecoamigables y hasta máscaras de los borucas elaboradas de la manera tradicional por una indígena heredera de esta cultura; todo eso y más puede encontrar este fin de semana en la quinta edición de la Feria Hecho Aquí, que se llevará a cabo en La Nave de Ladrillos, ubicada en la Antigua Aduana, en San José.
Diseño y calidad costarricense se reúnen en la ya tradicional feria, donde participarán más de 130 artesanos y pequeños empresarios nacionales que ofrecerán una amplia variedad de productos con sello tico.
De acuerdo con información del Ministerio de Cultura, organizador de la feria, se ofrecerán productos elaborados con técnicas tradicionales como la cestería, la cerámica, la talabartería, la talla de madera, así como el diseño y los oficios contemporáneos que investigan temas de identidad natural o cultural, para plasmarlos en productos utilitarios y también decorativos.
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Los artesanos y productores que estarán en la Feria Hecho Aquí llegan de diferentes partes del país, como la Gran Área Metropolitana, la Región Brunca, Guanacaste y San Carlos, entre otros. Fueron seleccionados por el ministerio por sus estándares de calidad, identidad nacional, originalidad e innovación.
Así las cosas, el público que asista a la feria tendrá la opción de adquirir, por ejemplo, juegos tradicionales educativos para los más pequeños de la casa, artículos decorativos, ropa, accesorios y zapatos.
Esta es una excusa perfecta no solo para adelantar un poco las compras de los regalos navideños, sino también para conocer más sobre nuestra cultura y apoyar al productor nacional en sus empresas.
Además de la feria, también se llevarán a cabo actividades culturales con música, bailes típicos, teatro de títeres, presentaciones de swing criollo, cuentacuentos, mascaradas y cimarronas.
Para todos los gustos. Este año la feria se dividirá en seis categorías, para facilitar la ubicación de los productos.
La primera de ellas es “Juego y leyenda” que incluye artículos como mascaradas costarricenses, tazas, esculturas y juguetes tradicionales.
En esta categoría podemos encontrar los juegos que elabora Senderos: se trata de un dominó con imágenes de pizotes, monos y guatusas. También ofrecen el conocido “memoria”, con cartas de parejas de animales y un rompecabezas con piezas en formas de cubos; cada cara forma una imagen diferente de pizotes, dantas y tepezcuintles. Las piezas de estos juegos están hechas de madera de pino de plantación.
“No usamos maderas preciosas ni en peligro. Cada juego tiene las imágenes impresas digitalmente sobre el material”, explicó Hazel Mayorga, representante de la empresa que tiene sede en Curubandé de Liberia.
Si lo que busca es ropa y accesorios los podrá encontrar en el apartado “Me lo pongo”; ahí encontrará camisetas, camisas, medias, vestidos, bolsos, pañuelos, bisutería y zapatos.
En el stand de Shanarani hay guarachas y sandalias artesanales de cuero. “Aprendí el oficio desde que era muy pequeño en el taller de un tío. Ahora utilizamos materiales de reciclaje como sobrantes de telas o de cuero para realizar las piezas que van en los diferentes diseños. Todo es original”, explicó Alberto Sequeira, quien comentó que el nombre de su emprendimiento significa caminante en el dialecto indígena mexicano purépecha.
Si es amante de lo tradicional y la identidad costarricense puede buscar el espacio llamado “Origen indígena” donde hay máscaras, textiles, bolsos, impresos con grabado, bisutería y jícaros.
Allí es donde estará Higinia González, heredera de la cultura boruca que llevará máscaras alusiva al juego de los diablitos y textiles hechos a mano con telar de cintura y tintes naturales.
Las máscaras son de madera de balso, pintadas ecológicamente con las caras de los diablitos o de los animales que representan la danza tradicional.
Los padres de Higinia eran indígenas y desde que ella era pequeña aprendió las diferentes técnicas para tejer y pintar.
“Me casé muy joven, mi esposo es agricultor, así que había que aportar al hogar. Siempre hilaba el algodón, empecé a vender fajitas y mantelitos para llevar algunos colones a la casa. En este pueblo hay que buscar la forma de ganarse el pan así que también aprendí a pintar”, contó doña Higinia.
En la actualidad, sus hijas y nietas también aprendieron el oficio, así que el negocio familiar se hizo más grande y estarán el fin de semana en la feria.
Otras secciones son “Decoro mi hogar”, “Imagen e ilustración” y “Tradición mestiza”.