El cuento del hombre que lo sacrificó todo

Esta es la historia de una arriesgada campaña publicitaria y un atleta contestatario cuyas líneas temporales se entrelazaron para dar un contundente mensaje político y, por supuesto, vender zapatos en un país que sufre una alarmante crisis de violencia.

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Es muy probable que usted ya haya visto el rostro pecoso de Colin Kaepernick en una fotografía en blanco y negro con el lema: “Cree en algo, aunque signifique sacrificar todo”.

Obvio que lo ha visto, pues en cuestión de dos semanas la cara del atleta le ha dado la vuelta al mundo y ha puesto a Estados Unidos de cabeza. Pero, ¿cómo llegamos a esto?

Esta es la historia de una arriesgada campaña publicitaria y un atleta contestatario cuyas líneas temporales se entrelazaron para dar un contundente mensaje político y, por supuesto, vender zapatillas deportivas.

Todo arrancó hace 41 años. Fue en una mañana de enero en Utah, cuando Gary Gilmore salió por última vez de su celda . Un custodio lo colocó contra un paredón y al frente de un pelotón de fusilamiento.

Seguro de su propia e inminente mortalidad Gilmore –culpable de dos asesinatos a sangre fría– miró a sus verdugos y lo último que dijo fue: Vamos a hacerlo ( Let’s do it). Esta escena se popularizó en la novela La Canción del Verdugo , publicada por el periodista Norman Mailer en 1979, la cual sería llevada al cine por el director Lawrence Schiller.

Tiempo después un joven publicista llamado Dan Wieden tendría sobre sus hombros la campaña de la marca deportiva Nike, la cual necesitaba vender más implementos que su más fuerte competidora en ese entonces, Reebok.

Curiosamente en 1988, la zapatillas para hacer ejercicio cumplían más un rol de moda que el papel para el que fueron creadas en un principio.

Wieden cambió eso y se inspiraría en las últimas palabras de Gilmore para dar con la frase Just do it. Así lo confesó en una entrevista realizada por la revista Dezeen.

“Por alguna razón me pregunté: ¿Cómo uno hace eso? ¿Cómo uno acepta un último desafío, uno que probablemente sea imposible, pero aún así lo acepta ? Bueno, entonces pensé que no me gustaba como sonaba Let’s do it, así que lo cambié al final por Just do it”, enfatizó el padre de la campaña que salió a la luz hace 30 años.

En su momento ni la agencia publicitaria ni Nike le tenían fe a Just do it, pero el publicista insistió. “Confíen en mí para esto”, recuerda Wieden. Fue un todo o nada. Por suerte para la carrera del comunicador el lema fue todo un éxito en ventas.

Nike pasó de acaparar el 13% del mercado de zapatos deportivos en Estados Unidos a un 43%, en tan solo diez años después de haber salido la campaña.

Evidentemente, Wieden no se inspiró en el asesino ejecutado, sino en sus últimas palabras.

La campaña Just do it se caracteriza por presentar a gente común y corriente ante un desafío que parece imposible, pero aún así lo asumen con una determinación que raya en lo heroico.

Desde entonces, hemos visto a los atletas más grandes de nuestra era salir frente a la cámara y retarnos a nosotros, los simples mortales, a enfrentarnos a cualquier adversidad con el fin de alcanzar nuestras metas o en las cosas que creemos, aunque signifique sacrificar horas de sueño, ocio, el físico o, bueno, una carrera.

Ahí es donde entra la cara de Colin Kaepernick, una de las figuras más polarizadoras del fútbol americano, y de Estados Unidos: el exmariscal de campo de los 49ers de San Francisco.

De rodillas

Kaepernick es el rostro principal de la conmemoración del aniversario número 30 de Nike de su emblemático eslogan Just do it.

Al respaldar a Kaepernick, a quien la compañía ha patrocinado desde 2011, Nike realizó una apuesta arriesgada e hizo algo que muy pocas marcas se atreven a hacer: tomar una posición política.

Colin no juega fútbol americano desde la temporada 2016. Ese año, comenzó a arrodillarse durante el himno nacional para crear conciencia sobre la brutalidad policial contra los afroamericanos y otras injusticias raciales. Decenas de otros jugadores también comenzaron a unirse a Kaepernick, y se ha convertido en un símbolo de líneas divisorias sobre la raza en Estados Unidos.

“No me voy a poner de pie para mostrar orgullo por una bandera y un país que oprime a gente negra y de color. Para mí, esto es más importante que el fútbol, y sería egoísta de mi parte mirar hacia el otro lado. Hay cuerpos en la calle y hay personas que se están saliendo con la suya en esos asesinatos”, dijo el lanzador en el momento de justificar por qué se quedó en la banca.

Las protestas han dividido a la liga, a menudo enfrentando a una base conservadora de propietarios blancos contra los jugadores afroamericanos que son mayoría en la NFL.

En ese entonces, Donald Trump tomó partido y criticó fuertemente al atleta protestante.

En una manifestación en Alabama el año pasado, Trump dijo que los dueños de los equipos deberían "sacar a ese hijo de perra del campo" si un jugador se arrodillaba en protesta por la injusticia durante el himno.

Al final de la temporada 2016, Kaepernick culminó su contrato con los 49’s y quedó como agente libre; desde entonces ningún equipo no ha querido contar con sus servicios. Lo irónico es que es el mariscal de campo no es un mal jugador. En el 2012 jugó el Super Bowl, el cual perdió ante los Ravens y su juego se caracteriza por su acarreo de yardas.

En el 2017, presentó una queja contra la NFL, alegando que la liga conspiró para mantenerlo fuera debido a sus protestas. A la fecha Kaepernick sigue sin equipo.

Efectos del Just do it

La gente que no estaba de acuerdo con Kaepernick empezó a quemar sus zapatillas deportivas.

Los usuarios molestos subieron fotografías y videos en redes sociales de sus tenis hechas carbón, todo esto bajo el hashtag #JustBurnIt.

La campaña significó para muchos usuarios de la cadena de ropa deportiva una especie de “traición” a los símbolos patrios.

El apoyo público de Nike a Kaepernick también provocó la ira del presidente Donald Trump, quien le dedicó más mensajes al atleta y a la marca deportiva.

“Al igual que la NFL, cuyas cuotas (televisivas) han bajado mucho, Nike está siendo absolutamente azotada por la indignación y los boicots”, escribió Trump en Twitter.

“Me pregunto si tenían idea de que sería así. En lo que respecta a la NFL, me resulta dura de ver, y así será, ¡hasta que respeten la BANDERA!”, escribió el gobernante de Estados Unidos en su red social.

Pero a pesar de todo este intento de boicot y reclamos del mandatario. Nike sigue vendiendo y muy bien.

Según datos proporcionados por la compañía, las ventas online de Nike aumentaron un 30% entre el 2 y el 4 de setiembre, porcentaje superior al aumento del 17% en 2017.

También Nike se ha blindado con el apoyo de los gigantes deportivos como Serena WIlliams y Lebron James, quienes elog iaron el valor del mariscal de campo.

Quizá Kaepernick sí logró generar conciencia desde su trinchera deportiva. Su protesta no solo demostró que hay odio y racismo en Estados Unido sino que también hay un sector que está en contra de las injusticias cotidianas.

El mariscal de campo trascendió el fútbol americano y se convirtió en un símbolo. Ahora solo el tiempo dirá si su sacrificarlo todo habrá válido la pena. Por ahora, parece que sí.