Danilo Vega, propietario del salón La Pista, pondrá fin este domingo a 49 años como administrador de ese centro de entretenimiento en Tibás.
La idea de dejar ir el negocio de su familia le produce nostalgia, pero no tristeza.
“Ya son muchos años; quiero descansar y compartir con mis hijos”, afirmó.
Cuando uno cierra, otros persiguen a su numerosa clientela. Solo el domingo, como si fueran evangelistas de la danza, dos dueños de otros locales invitaban a los asistentes a sus negocios.
El más directo era Víctor Quesada, el DJ de La Pista, quien se asoció con los propietarios de Kilates (otra conocida discoteca tibaseña) para reabrir el lugar .
“Se cierra La Pista, pero nos vemos a Kilates donde tendremos un salón con pista de madera”, les dice a los presentes el domingo.
Los administradores de Pepper’s en Zapote también estaban allí y prometieron ofrecer los mismos servicios que se dan en este viejo local y con los mismos horarios. Incluso le harán un homenaje a don Danilo el 16 de noviembre.
Otro que también está tras la clientela es el dueño de la Isla de Gilligan, en Aserrí, quien ofrece bailes dominicales con la misma oferta: salón con piso de madera y música de cabina.