Liberia, Guanacaste. Liberia y Costa Rica cuentan desde ayer con un elemento cultural que ha sido distinguido por el Ministerio de Cultura como patrimonio intangible o inmaterial. Se trata de los conocidos topes de toros, que se realizan durante las Fiestas Cívicas de Liberia.
Aunque en el resto del país se les conoce como topes a los recorridos de caballistas, esas actividades son en realidad desfiles, ya que los jinetes solo se pasean con la bestia por las principales calles. Los topes de toros, en cambio, tienen ese nombre porque en efecto hay un encuentro entre el ganado y el público, conformado también por músicos y mascaradas.
El ministro de Cultura, Manuel Obregón, firmó ayer en la mañana un decreto mediante el cual esta tradición fue declarada como patrimonio inmaterial. Luego, el ministro se sumó al tope. Él fue el dedicado de la actividad.
Obregón firmó el documento al frente del centenario puente Real, lugar donde, en días de fiestas, los sabaneros iban a topar el ganado que jugaría en la plaza de toros.
Es precisamente en ese lugar donde, desde que existe documentación de las fiestas, el mandador de la finca que facilitaba el ganado se lo entregaba al mandador de toros, quien junto con sabaneros, músicos y mascaradas, arreaban por la calle Real, doblaban en el edificio de la Gobernación hacia el este por la avenida Inmaculada y llegaban hasta un costado de la ermita de La Agonía, donde se realizaban las fiestas y la jugada de los bovinos.
Permanece la esencia. Con el paso del tiempo, la ruta y algunos aspectos han cambiado, pero se mantiene la tradición, tal como explica Fernando González, antropólogo del Centro de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura.
Ahora, el recorrido inicia en el puente Real y dobla en la antigua Gobernación, culmina en el campo ferial, a un costado del hogar de ancianos, con un trayecto mucho más extenso. A lo largo del camino, muchos liberianos se reúnen a observar, razón por la que ahora solo se arrea ganado manso.
González también resaltó cómo a inicios de esta tradición era una actividad exclusiva para hombres, pero ahora participan muchas mujeres montando a caballo, incluso lo normal es que sean la Reina de las Fiestas y sus Damas de Compañía las que encabecen el tope de toros. Por lo extenso del recorrido ahora los músicos van en carros y no a pie como antes. “Antes además de ir a pie debían ir viendo para atrás porque se podía salir un toro, ya eso también ha cambiado”, comentó González.
Esta actividad también es una oportunidad para que los sabaneros muestren sus galas en los aperos, entre ellos el peyón, que es un implemento de ocasión para el caballo, la albarda de cuero crudo y los estribos de metal.
Como es ambiente de fiestas, los sabaneros y los participantes aprovechan para refrescarse con bebidas como vino de coyol y aguardiente. Precisamente, el Ministro Obregón recibió como regalo una botella de vino de coyol que le dio Guicho Pizarro, quien presta el ganado para el tope.
Puente reinaugurado. Antes de firmar el decreto, el ministro Obregón hizo entrega de las obras de restauración del puente Real.
El paso estaba cerrado desde hacía algunos meses debido al mal estado de esta plataforma que tiene más de 100 años.
Hubo iniciativas para demoler dicha estructura, especialmente motivadas por los vecinos de los barrios afectados, pero Obregón la había declarado patrimonio histórico arquitectónico.
La restauración del puente se inició hace unos tres meses.
En los trabajos de mejora se invirtieron más de ¢120 millones.