Detrás de una producción de ópera Wu hay cuatro siglos de tradición y varias décadas de estudios interpretativos. Sin embargo, el peso abrumador de ese trasfondo cultural se disipa en la grácil fantasía de sus puestas escénicas.
Este sábado, por el escenario del Teatro Nacional desfilarán emperadores, guerreros, asesinos, dragones, dioses y magos de las interpretación escénica.
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En dos funciones, el conjunto de ópera Wu de la provincia china de Zhejiang presentará un repertorio de diez extractos de obras de uno de los géneros escénicos de mayor tradición de su país.
Los libretos son representaciones de historias y leyendas populares chinas, pero en el espectáculo Ópera Wu se transforman en un festín sensorial de muchas disciplinas: el teatro, la danza, las artes marciales, el mimo, las ilusiones y la música.
Las coreografías se complementan con elaborados vestuarios –que, además, presentan a los personajes con símbolos específicos de color y texturas–, tocados vistosos y maquillaje tradicional (cuya aplicación la realizan los mismos artistas en un proceso de dos horas).
“En China tenemos un dicho: ‘Una demostración de un minuto, necesita diez años de entrenamiento’”, asegura el subdirector del conjunto, Yan Lixin.
El Ministerio de Cultura de China considera al conjunto de Zhejiang como uno de los representantes de más alto nivel del teatro chino.
Lixin explicó que, entre otras 40 tropas dedicadas al estudio y montaje de la ópera Wu, su grupo es el más grande. En sus funciones en casa, tienen un cuerpo de 240 intérpretes; en Costa Rica la producción del show solo incluirá un grupo selecto de 23 de ellos.
En la última década, han tenido la oportunidad de demostrar la calidad de su entrenamiento en más de 30 países de occidente (incluyendo varios países europeos, Estados Unidos, Brasil, Argentina, Venezuela y Ecuador).
“La República Popular de China es un polo de crecimiento e influencia mundial. Tuve el inmenso privilegio de ser alumno del Instituto Superior de la Ópera de Pekín y es de las experiencias más hermosas de toda mi vida”, aseveró el director del Teatro Nacional, Fred Herrera, sobre la selección del espectáculo escénico.
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Tradición y disciplina. Las historias que narran los libretos del teatro chino son viejas conocida para el pueblo asiático. Los personajes provienen del folclor: fábulas de la vida en la corte china, leyendas sobre romances entre dioses y mortales.
Los distintos géneros de ópera china se distinguen entre sí por el uso de la expresión corporal, la voz, el ritmo musical y las particularidades de l vestuario.
Similar a la ópera occidental, la ópera Wu balancea el canto con la interpretación escénica; aunque añade danza y coreografías de kung-fu teatral.
“La forma del canto y el ritmo de la música son distintos. Pero, de todas las escuelas de ópera, la ópera Wu tiene más riqueza en el canto”, afirma el subdirector.
Este estilo de ópera tiene, en palabras de Lixin, más de 400 años de antigüedad (la ópera de Pekín, considerada hermana de la Wu, tiene poco más dos siglos).
Cada estilo se forma a partir de la cultura y lenguaje de la provincia que proviene. La ópera Wu aprecia la belleza estética china (el maquillaje, la pedrería en los tocados, la delicadeza de los bordados de los trajes de seda) pero, además, pone enfásis en la agilidad acrobática.
Por ejemplo, el extracto de Hostería en la Encrucijada presenta la mímica de una pelea en la oscuridad de la noche, durante la que los dos intérpretes deben sincronizar con absoluta precisión sus saltos y golpes.
Por otro lado, el Cambio de Máscara requiere que el intérprete cambie de rostro mágicamente frente al público con más de diez máscaras. El proceso de la ilusión es imperceptible: en pocos segundos, la cara del artista se entristece, se enfurece o se revierte a la piel original del actor.
“Cada movimiento que hacen en el escenario tiene que coincidir con las reglas. Deben tener sus cuerpos mucho más flexibles que los bailarines de danza. En la ópera china se da mucha importancia a la flexibilidad del cuerpo y a los movimientos correctos”, explicó Lixin.
Para alcanzar este virtuosismo, el entrenamiento de los intérpretes puede comenzar incluso desde los ocho años. En China tienen la oportunidad de asistir a escuelas, colegios y universidades que, aparte de la formación académica, ofrecen entrenamiento diario para aprender el arte.
Las historias utilizan símbolos tradicionales de mitos chinos, aunque la verdadera esencia dramática de las obras proviene de sentimientos universales: el amor, el despecho, la venganza, la codicia y la valentía.
Los símbolos del vestuario –los colores, las texturas y la joyería– permiten al público comprender rápidamente el quién es quién de cada una de las piezas.
Los bordados con figuras de dragones son particulares al Emperador o la Emperatriz; los funcionarios de la milicia tienen trajes con motivos de figuras feroces (leones y tigres, por ejemplo).
En el Puente Roto aprovecha el colorido de los trajes y la exigente condición física para contar con movimiento corporal la leyenda fantástica de dos serpientes ( Leyenda de la Serpiente Blanca ) que toman forma de mujer y se enfrentan a una serie de desencuentros amorosos, que luego tienen un final feliz.
Educación. En Occidente, el espectáculo requiere explicarle al público un poco el contexto de cada historia, aunque eso le permite a la tropa cumplir con el objetivo ulterior de su proyecto, educar y difundir la tradición de su arte en el mundo.
“Tratamos de conservar no solamente la cultura sino usar los extractos para educar a la gente. Las historias de esas mitologías no se presentan solo por su belleza estética, sino que sirven para educar al pueblo. Es una manera de educar para que todo el mundo entienda”, dijo.
Aunque el registro histórico de la ópera Wu se ha convertido en tradición, el conjunto de Zhejiang se toma libertades creativas con sus coreografías.
En su teatro particular en Zhejiang, la agrupación ofrece alrededor de 600 funciones al año. Aunque al público chino también le ofrecen extractos de escenas icónicas dentro de las obras, la mitad de esas presentaciones están dirigidas a producir en toda su extensión los libretos (que pueden alcanzar varias horas de duración).
En esas ocasiones, el conjunto no escatima en relucir sus mejores dotes; los vestuarios más impresionantes pero, sobretodo, los números más complicados de sus famosas acrobacias.
Dos funciones en el Teatro Nacional
El conjunto de Ópera Wu de la provincia de Zhejiang de China tendrá presentaciones el sábado 23 de enero a las 11 a. m. y a las 7 p m. Las entradas tienen un costo de ¢6.000; con descuento para estudiantes y ciudadanos de oro; se pueden adquirir en la boletería física y digital del Teatro.
También en colaboración con la Embajada de China, el Teatro Nacional participará el lunes 8 de febrero en la celebración del Año Nuevo Chino. Para esa fecha, ofrecerán en sus jardines la tradicional Danza del león y la entrada será gratuita.