Escritor Jorge Volpi apuesta por la reinvención constante y la búsqueda de nuevas formas de escribir

El mexicano, quien fue uno de los invitados internacionales de la Feria Internacional del Libro 2018, asegura que el oficio de escribir enfrenta grandes retos.

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Escribir novelas y reinventarse en ellas son dos procesos que deberían fusionarse en uno, al menos para Jorge Volpi, quien ve en ello la oportunidad real de crear textos que capten la atención de los lectores.

Para este mexicano y miembro fundador del Movimiento Literario del Crack, en la actualidad son muchos los retos a los cuales se enfrenta una persona que hace de la escritura su oficio: pocos lectores, escaso interés de editoriales por los trabajos y la capacidad de adaptarse a las nuevas herramientas de la tecnología.

Sin embargo, esto presupone el instinto necesario de todo escritor de salirse de su zona de confort y explorar la literatura. Sobre este y otros temas conversó Volpi con Viva, como parte de su visita en la Feria Internacional del Libro 2018.

Para usted es importante que un escritor entrene y luche en su trabajo. ¿Cómo hacerlo?

Bueno, desde mi perspectiva, está relacionado con la idea de reinventarse y no acostumbrarse a escribir siempre lo mismo. Es una lucha contra uno mismo, contra el lenguaje y contra la inercia y luego la lucha de publicar el trabajo y de encontrar lectores para ello. Reinventarse debe ser parte del ADN de todo escritor de novelas.

Precisamente, usted ha dicho que ese es otro de los principales retos a vencer, la escasez de lectores en la actualidad.

Digo, ahora se lee en otros formatos, se lee de otras formas, por ejemplo, en los teléfonos y otras plataformas. Creo que el problema es que ahora la lectura es menos concentrada y ahí es donde está el peligro del cambio al formato digital.

¿Cómo se reinventa?

Hay escritores que se dedican a encontrar su estilo y se enfocan a desarrollarlo, como por ejemplo Gabriel García Márquez e Ignacio Padilla. Yo, al contrario, creo que no tengo un estilo todavía, por lo que he estado ensayando temas y maneras de escribir distintas para no aburrirme como escritor.

¿Qué ha descubierto en ese proceso tan personal?

He descubierto que, justamente hay tanto en el mundo por explorar, por descubrir y entender. En fin, tanto por cuestionarse y aprender.

¿De allí surge la necesidad de crear el Movimiento del Crack?

Sí, exactamente. Hace más de 20 años existía un predominio en Latinoamérica por el realismo mágico y que admirábamos enormemente, pero no la obligación de escribir como García Márquez. La verdad es que nos gustaba muchísimo la idea de ser parte de esos grupos literarios que se crearon en esa época llena de tanta energía juvenil.

¿Qué los unía en ese momento en particular?

A Ignacio Padilla, Eloy Urroz, Pedro Angel Palou, Vicente Herrasti, Ricardo Chávez Castañeda y a mí nos unía una amistad, pero también la competencia. Entre estas dos cosas realmente nos unían la competencia que teníamos unos con otros y esos nos llevaba a unirnos como grupo.

¿La competencia y la sana rivalidad es algo que los mueve constantemente como grupo?

Siempre veíamos qué iba a escribir el otro y si era mejor que lo que teníamos. Había ese estímulo permanente. Esto por lo menos nos impulsaba a intentar ser mejor que el otro (ríe).

Si este movimiento se gestara en la actualidad, ¿a qué apostaría en estos momentos?

(Ríe) Creo que sería muy distinto ahora. El Crack, en alguna medida, vino a cambiar ese discurso de que en Latinoamérica solo se escribía realismo mágico. En estos 20 años ha cambiado muchísimo el mundo y la literatura, por lo que lo haría muy distinto. Creo que, por eso, en la actualidad, no ha habido otro grupo notable, pero sigo creyendo que este es muy buen momento para la literatura en la región.