Alemania. EFE La Feria del Libro de Fráncfort, la más grande del sector, cerró ayer sus puertas sin un libro estrella tipo Larsson, con un cambio de casa para Borges, el Nobel de Literatura a Vargas Llosa, la agente literaria Carmen Balcells buscando quién la quiera y los libros de hombres lobo ganando terrero a los de vampiros.
Sin editores ya pululando por los pasillos, esta fiesta de libros llegó a su fin tras haberse inaugurado el martes anterior.
“Llevo viniendo desde 1973 y hoy ya los tratos, las lecturas de libros y lo demás, se hacen a lo largo del año por Internet. Pero aquí, afortunadamente, está el trato humano, el rostro de la persona con la que has hablado, a pesar de lo digital” , dijo Daniel Libinski, el mítico editor argentino de Mafalda y creador de la editorial La Flor.
Esta semana, Libinski entregó a Peter Weidhaas, director de la feria durante 35 años, una de las 200 medallas conmemorativas que acuñó el país invitado, Argentina, en reconocimiento a su labor.
El libro digital también se hizo presente, aunque más arraigado en los medios de comunicación que en las mentes de los editores. De los 2.500 actos que se celebraron, solo 350 se dedicaron a lo digital.
La compra de derechos por parte de Random House Mondadori de toda la obra de Borges fue una de las noticias más importantes de la feria, por donde también circuló Carmen Balcells, la agente literaria más famosa de las letras hispanas, quien buscaba socios para su agencia. El Nobel a Mario Vargas Llosa pasó también como un vendaval por la feria.
Todos los editores –los más literarios y los que no lo son tanto–, buscaron estos días el libro del siglo, un Larsson con el cual soñar.
Eso sí, hubo algunos títulos de autores en español por los que pujaron las casas editoras. Así, la estadounidense Atria Books, de Simon and Schuster's, comunicó que publicará la última novela de Javier Sierra, The Lost Angel , sin editor todavía en España, y El tiempo entre costuras, de María Dueñas.
La proliferación de libros crossover (historias para todas las edades) como Odessa, del belga Peter van Olmen, y la aparición cada vez más de historias sobre hombres lobo que hacen la competencia a los vampiros de Stephenie Meyer, también se vieron en esta feria.