Cultura

El reciente poemario de Julieta Dobles ofrece resonancias eternas de amores fugaces

'Hojas furtivas’. El reciente poemario de Julieta Dobles confirma su depurada maestría

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Para los seres que amamos la poesía, adentrarnos en un buen poema es una experiencia estética y filosófica. Leer un poemario de Julieta Dobles es un privilegio que el alma sensitiva celebra jubilosamente por tratarse de una escritora de primera línea, ante quien las palabras parecen someterse dócilmente a su dominio, como si fluyeran de manera espontánea y natural del río fresco y desbordante de su inspiración: tal es la maestría de su verbo elocuente. De pronto nos encontramos pensando en ese universo interior, indagando, cuestionando, interpretando, porque la buena poesía es aquella que nos hace filosofar. Toda interpretación es siempre una manera de pensar sobre el objeto de estudio, como cuando reflexionamos sobre la sentencia que sirve de acápite a Horas furtivas , que dice: “El amor eterno siempre es fugaz”. Es fácil observar que estamos ante una paradoja.








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