Hace 21 años, en 1992, tres figuras del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de la Argentina nos visitaron en el Centro Costarricense de Producción Cinematográfica. Salvador Melita (director y cinefotógrafo), Jaime Lozano (director) y Antonio Ottone (director y guionista) departieron durante varios días con el sector audiovisual costarricense.
Las vicisitudes del cine latinoamericano fueron tema medular en sus intervenciones, y un motivo ineludible entre tazas de café y pláticas de sobremesa.
En una de esas conversaciones, Salvador Melita –con su frondosa barba y su pinta de camarógrafo de trinchera– habló de la clase de cine al que podemos aspirar a crear los latinoamericanos.
“Hagamos cine a la nuestra, el que podemos concebir, porque, si con nuestros limitados recursos pretendiéramos filmar El vengador del futuro utilizando tres montañitas de arena y dos cafeteras como si fueran las naves, ahí perderíamos siempre”.
Pues bien, del viernes 11 al sábado 19 de octubre, el Costa Rica Festival Internacional de Cine Paz con la Tierra ofrecerá una invaluable oportunidad de apreciar cine argentino hecho “a la nuestra”; es decir, con identidad y alta calidad, en la pantalla de la Sala Garbo y en el Teatro 1887 (vea el recuadro).
La retrospectiva incluye cintas de los siguientes directores: Eliseo Subiela, Héctor Olivera, Marcelo Piñeyro, Luis Puenzo, Hernán Goldfried, Carlos Sorín y Fabián Bielinski. También participa Lucía Puenzo con su película Wakolda , pero en la sección denominada Ventana Internacional.
En general, los mensajes cinematográficos de la retrospectiva promueven una cultura de paz entre los seres humanos, fin que persigue este festival dedicado ahora a la Argentina.
Crónicas dramáticas. Hay filmes emblemáticos, como La noche de los lápices y La historia oficial , alusivos a la época de la dictadura. Con profundidad de contenido e impecable estética, describen el efecto de los secuestros, las separaciones forzadas y las crueldades que marcaron uno de los pasajes más dramáticos en la vida de los habitantes de la Argentina.
Laura Molina, directora del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica, comenta a propósito: “Esos hechos ocurrían en la cotidianidad de los argentinos. Mientras llevaban sus rutinas, sucedían las desapariciones y los daños monstruosos que sufrieron. Los escritores cinematográficos argentinos plasman con destreza la vida común dándole dimensión extraordinaria a la vez: una facultad narrativa que también exhiben en las películas de comedia”.
El cineasta costarricense Óscar Castillo explica por qué hay tan buenas películas argentinas que inciden en la política:
“Desde hace un siglo, la Argentina cuenta con la mejor dramaturgia de América Latina. Una decisiva influencia europea la enriqueció. Le dieron un gran aporte dra-matúrgico personalidades como el polaco Witold Gombrowicz, a quien sorprendió la Segunda Guerra Mundial en Buenos Aires y se quedó allí hasta 1964”.
“Además, hay una gran cantidad de actores y actrices argentinos de primer nivel, formados en una dramaturgia moderna, que se alejó de cierta influencia en el texto teatral que provenía de la España franquista”, agrega Castillo.
A propósito, en una entrevista televisiva con Felipe Pigna ( ¿Qué fue de tu vida?), el actor Ricardo Darín, al narrar sus inicios, refuerza la opinión de Castillo: “Hubo una influencia española en la declamación, de la que me libré: era aquella que sostenía que ‘a letra sabida, no hay mal actor’. Yo opté por la naturalidad”.
Cabe mencionar la actuación de Fernando Birri en la película de Subiela Paisajes devorados . Fue este legendario director e intelectual argentino quien inició el fenómeno del cine político en su país.
La cartelera de esta retrospectiva también retrata una época que marcó un renacer del cine argentino, producto, entre otros factores, de su proyección internacional y de alianzas tradicionales e históricas con países como España, por ejemplo, donde radican y trabajan estrellas argentinas de la talla de Federico Lupi, Cecilia Roth y Héctor Alterio, entre otros.
Unión de fuerzas. Además de los lazos de la Argentina con España y otras naciones, la proyección internacional de su cine obedece a que cuenta con una legislación que estimula la industria audiovisual y cinematográfica.
También ayuda la pertenencia a la Conferencia de Autoridades Audiovisuales y Cinematográficas de Iberoamérica (CACI), de la que se derivan adhesiones de la Argentina a convenios como el Acuerdo Iberoamericano de Coproducción Cinematográfica.
“La Argentina es un país sumamente activo en la CACI. Muchísimos de sus proyectos cinematográficos se concretan gracias al mecanismo de la coproducción interna-cional. Esto la ha convertido en una cinematografía vigorosa”, comenta Laura Molina acerca de por qué el cine de ese país dispone de tan provechosas redes internacionales.
“Mediante el Centro Costarricense de Producción Cinematográfica, Costa Rica también forma parte de la CACI. Lo mismo que el cine argentino, el nuestro se beneficia con esos convenios de coproducción y programas, como Ibermedia”, agrega Molina.
La ocasión es propicia. Durante mucho tiempo, el cine argentino nos ha estado vedado a los costarricenses en los circuitos comerciales de distribución.
Sin embargo, en los años 40 y 50, los nombres de Luis Sandrini, Libertad Lamarque y los inolvidables largometrajes de Carlos Gardel iluminaban nuestras pantallas. Aún hay cinéfilos nacionales que evocan películas de aquel cine suramericano, como Pelota de trapo, de Leopoldo Torres Ríos.
Aquí también pudimos apreciar buen cine de la Argentina en los 60 y 70, con artistas como Palito Ortega, Evangelina Salazar, Sandro y Leo Dan, sin olvidar el legado cinematográfico de Leonardo Favio, cantautor, poeta y cineasta.
En la cartelera de la retrospectiva podremos ver en escena a Norma Aleandro , Héctor Alterio, Ricardo Darín, María Luisa Robledo , Leonardo Sbaraglia, Diego Peretti y Natalia Oreiro: actores y actrices, seres de vocación camaleónica que se meten en la piel de otros para hacernos pensar, reír o llorar.
De montañitas de arena y de cafeteras no emerge un discurso cinematográfico creíble. Por esto, el cine argentino que apreciaremos en el Festival ofrece dos cosas: espejo y ejemplo. En nuestros países podemos cautivar con nuestras propias historias si se escriben y se filman con pasión, rigor y sinceridad.
......
Visiones desde el sur
Bombón el perro , de Carlos Sorín.
Sábado 12 a las 7:30 p. m.
Sala Garbo.
Kamchatka , de Marcelo Piñeyro.
Lunes 14 a las 5:30 p. m.
Sala Garbo.
Paisajes devorados , de Eliseo Subiela.
Martes 15 a las 5:30 p. m.
Sala Garbo.
Tesis sobre un homicidio , de Hernán Godfrid.
Miércoles 16 a las 4 p. m.
Teatro 1887 (CENAC).
Nueve reinas , de Fabián Bielinsky.
Miércoles 16 a las 5:30 p. m.
Sala Garbo.
La noche de los lápices , de Héctor Olivera.
Jueves 17 a las 7:30 p. m.
Sala Garbo.
La historia oficial , de Luis Puenzo.
Viernes 18 a las 7:30 p. m.
Sala Garbo.
Nota: Otras películas argentinas de ficción y documentales participan en la Ventana Internacional y en el Concurso, fuera de la Retrospectiva.