Hay signos inequívocos de que el espíritu navideño aparece. Algunos se dejan llevar por los árboles y luces que inundan los comercios, otros por el clima tan particular de esta época... Pero si hay algo que ha definido esta festividad en Costa Rica es el montaje de El Cascanueces, el legendario ballet de Pyotr Ilyich Tchaikovsky.
La historia es conocida, pero nunca está de más recordarla: en la noche de Navidad, un nuevo juguete ha llegado a las manos de la joven Marie Stahlbaum. Este juguete, que es un cascanueces, cobra vida y después de derrotar al Rey Ratón tras una dura batalla, lleva a la pequeña a un reino mágico poblado por muñecos.
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Durante 14 años este montaje, compuesto por invitados internacionales y bailarines de diferentes partes de nuestro país, se ha presentado en las tablas ticas. Wes Chapman y Patricia Carreras, directores a cargo, conversaron con Viva sobre qué tintas ha tenido el montaje en medio de la pandemia, el cual se estrena este 3 de diciembre.
—En estos tiempos difíciles para el mundo, ¿con qué espíritu asumieron la dirección de El Cascanueces?
—Chapman: Estamos muy entusiasmados en este momento. Los bailarines llevaban pensando en la obra desde hace dos años, por lo que hay mucha energía, trabajo duro y esfuerzo.
Carreras: Yo comparto las impresiones de Wes. Para nosotros ha habido un gran entusiasmo de los bailarines por volver a la escena. Obviamente el teatro es una experiencia de comunicación entre el público y los artistas, y eso no se puede sustituir. A todos nos hace falta tras la pandemia y reencontrarnos es maravilloso.
—Ante la pandemia, ¿qué tanto cambió la dinámica de trabajo con el equipo de artistas?
—Chapman: Siento que los bailarines se han adaptado a los protocolos y a la mascarilla. El mundo ha cambiado pero el arte siempre está para dar lo mejor. Cuando tratas de dar lo mejor de ti, todo mejora y el ambiente es bueno y seguro.
Carreras: Para mí ha sido muy impresionante cómo los bailarines se adaptaron, pero sobre todo cómo los niños se han adecuado a la mascarilla y la manejan perfectamente. Ellos manejan estar con mascarilla todo el tiempo, además hicimos unos aparatos para colgar la mascarilla en el instante en que salen al escenario y luego se la colocan. Esos pequeños son increíbles. Por otro lado, con los más grandes, siento que hay un sentido de responsabilidad, no solo por mantener los protocolos, sino que hay un sentido de compromiso con la sociedad como artistas, de ser responsables con los cuidados sanitarios. Es en los momentos de crisis donde el arte es más valioso y eso lo están entendiendo. Todos trabajan como locos para llevar belleza y armonía. Hay mucho optimismo.
—¿Hay cambios para el montaje de este año?
—Chapman: Hay poquitos cambios. Se debe a que la obra tiene su propia vida: es única y es una tradición navideña. La gente empieza a sentir El Cascanueces como parte de su Navidad y siento que hacemos este montaje como un regalo para el país. Yo amo eso porque bailar es sobre comunicarse, sobre amar, sobre la belleza, sobre todas esas grandes cosas que nos hacen felices. El Cascanueces es de lo más importante en los eventos navideños de Costa Rica y eso nos ha ido dejando un viaje maravilloso para ambos. Tenemos amigos aquí y venimos a pasarla bien.
Carreras: Ya existe una tradición establecida y eso es muy bueno. Es una tradición de esperanza, de positivismo. La gente que asiste a la obra puede ver a niños crecer, bailarines florecer, gente superándose a sí misma. Creo que no hay nada más hermoso que ver a un niño que viene de mucho más lejos de la Gran Área Metropolitana, uno quien cree que no va a poder hacer algo y termina haciéndolo. De pronto vemos a ese niño bailando feliz sobre el escenario del teatro y toda la comunidad a la que pertenece termina con la satisfacción de que el trabajo vale la pena. Es un sentimiento muy de la época de Navidad: dar lo mejor de nosotros mismos.
—Tras tanto tiempo en escena, ¿cuál es el secreto de El Cascanueces para ser una obra tan querida?
—Chapman: Es magia, es la magia de la historia del sueño de Clara y todas las cosas que pasan. Al comienzo Clara vive un poco de terror, pero la magia se encarga de resolver todo. Es algo para que los niños lo amen y así sucede alrededor del mundo. Es un maridaje perfecto con la Navidad, que cuenta con una música de la más hermosa que se ha escrito.
Carreras: El secreto es que la música ha sido descrita por grandes directores como el cofre de los tesoros musicales. La música por sí misma cuenta la historia. Empieza como una pesadilla, pero se resuelve con el más hermoso de los sentimientos. El bien y la armonía siempre triunfa.
El Cascanueces se presentará del 3 al 12 de diciembre en el Teatro Melico Salazar. Las entradas se pueden conseguir en eticket.cr. Los precios van desde los ₡17.500 hasta los ₡36.800.