¿Cómo se ve y se siente el temido infierno? Si uno le pregunta al escritor nacional Diego van der Laat, la respuesta es menos glamurosa que las llamas y los ríos de lava que nos han mostrado las películas por décadas.

Sus respuestas son más cotidianas y a la vez, más ingeniosas que esos lugares comunes. Aprovechando la sed por nuevas historias de la Feria Internacional del Libro (FILCR), el escritor de 38 años estrenará el segundo tomo de SeisSeisSeis, un libro en el que explora distintas posibilidades de infiernos con un tono macabro y a la vez cómico.

Todo empezó sin proponérselo. Hace un par de años conoció a una persona con un morete en la frente causado durante una clase de natación. Así nació Dorso, un cuento en el que Van der Laat se imagina un “infierno personal” en el que es condenado a nadar de espaldas infinitamente.

Dorso fue el catalizador para que ahora Van der Laat invitara a otros 20 escritores a que contaran cuál sería el infierno que algún demonio diseñaría específicamente para que ellos pasaran incómodos el resto de sus días.

“El libro se iba a llamar 21 infiernos personales, y la idea era que cada uno desarrollaba su idea, pero al final muy pocos respondieron, entonces ahí murió”, señaló.

Entre más se acercaba la FILCR del 2017, subió la ansiedad –de la buena– por tener un libro que presentar. De manera maratónica escribió más textos para el libro y a dos semanas del inicio de la feria contactó a Adrián Flores de 1390 ediciones, quien se apuntó al proyecto kamikaze.

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Flores, que más que vender libros trata de catalizar las ideas de sus colaboradores, fue quien propuso que se lanzaran 18 infiernos y no 21 como lo había propuesto Van der Laat. Así, cada librito tendría seis infiernos y juntos formaría SeisSeisSeis, como el número de la bestia.

“Con Adrián se colabora de veras, él se mete de lleno en los procesos. La sugerencia de hacerlo 666 era algo tan obvio pero que hacía falta que alguien lo viera y él siempre es esa persona”, señaló Van der Laat, quien volvió a publicar con 1390 ediciones.

Ni el número de la bestia o las maldiciones en latín que tiene el libro ocultan la comedia que Van der Laat encuentra en situaciones cotidianas como las reuniones de padres de familia o en un aparatoso viaje al Cerro Chirripó.

“Me gusta de Hernán Casciari (uno de los invitados a la FILCR) que escribe textos que tienen más sentido como un mensaje de voz que para ser leídos, tienen más sentido cuando alguien te los lee”, señaló Van der Laat.

Así, él espera leer completo el segundo tomo de SeisSeisSeis este jueves 30 de agosto, a las 7 p.m., en Casa 1146, barrio Escalante (frente al Farolito). La entrada será gratuita y esa misma noche se presentarán fanzines y libros de fotógrafos como Gloriana Ximendaz.

Más infiernos

En su segundo tomo, Van der Laat explora otro tipo de tortura: la de saber. El libro es una carta que los demonios le obligan a escribirse desde el infierno para que la lea el Diego van der Laat que sigue en la tierra, uno que tiene seis años.

La idea, de nuevo, vino de una coincidencia.

“Me topé un video en el que Cristian Cambronero (comunicador) había hecho una carta a sí mismo y era como muy motivacional y hablaba de tú: “emborráchate en París, enamórate una vez en Roma” y pensé como ‘mae, no’, no es mi estilo”, confesó.

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Van der Laat se preguntó qué se diría a sí mismo sabiendo lo que sabe hoy y así nació el segundo tomo de SeisSeisSeis.

Aunque hay espacio para repasar abusos y los momentos más bajos de su vida, también dejó espacio para la risa: la carta inicia diciéndose a sí mismo que Bruce Willis está muerto toda la película y finaliza diciendo que Darth Vader es el papá de Luke Skywalker.

“Hay una esencia de haber crecido en los años 80 y 90 en esas historias, pero cualquier persona puede interesarse, porque ciertas formas de tortura no cambian”, dijo el autor.

Van der Laat no sabe cómo serán los últimos seis infiernos, pero desde ya piensa en que podría escribir también sus cielos y sus purgatorios.

“Al final creo que escribir estos escenarios se disfruta porque yo mismo logro reírme mientras escribo”, subrayó el escritor.

“Pienso ‘no puedo ser tan bruto de querer escribir esto’ y me río mucho de mí mismo por ponerme de esa forma tan caricaturesca, eso me cuadra”, finalizó.