En las paredes del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) cuelgan los retratos, borrosos e irreconocibles, de 12 hombres que conviene identificar.
¿La razón? Son 12 infractores de la ley que coleccionan varios arrestos y que todavía se desplazan libremente por las calles del país.
La exposición R.I.P retratos inconclusos policiales, del artista José Alberto Hernández, exhibe una serie fotográfica en la cual los rostros desenfocados de 12 individuos inquietan la mirada del público.
Las obras son retratos de hombres reales cuyos expedientes están debidamente clasificados en los archivos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), pero que aún no han sido condenados y siguen cometiendo delitos.
“Si bien la fotografía judicial tiene como objetivo documentar gráficamente las características de quienes infringen la ley, las fotos de José Alberto son ‘inútiles’ para ese fin porque no se puede identificar a la persona y, por eso, las imágenes generan una contradicción interesante”, manifestó María José Chavarría, curadora de la exposición.
Cada fotografía está identificada con las iniciales del sujeto, su edad y el número de veces que ha sido arrestado.
“El espectador se enfrenta con los rostros desenfocados de hombres que han sido arrestados 12, 15, 23 y hasta 28 veces. A pesar de que ya están fichados por el sistema judicial, siguen en la calle atemorizando a la población”, dijo Chavarría.
Según explicó el artista, su trabajo es más experimental que crítico. “Estas fotografías fueron hechas en el 2005 mientras trabajaba en otro proyecto también relacionado con la violencia. Usé película tradicional y dejé los rollos sin revelar durante todo este tiempo”, dijo.
Cinco años después, Hernández decidió desempolvar y revelar aquellos viejos rollos ya deteriorados por el tiempo, la humedad, la suciedad y la exposición accidental a la luz. Algunas de las imágenes se perdieron totalmente y el resto se imprimieron en papel fotográfico con todas sus imperfecciones.
“En una época en donde lo digital cautiva por su perfección, resulta casi indiscreto que alguien se atreva a utilizar la fotografía analógica, impresa sobre papel fotográfico, sin retoques”, opinó la directora del MADC, Fiorella Resenterra.
El montaje de la exposición emula las condiciones en que normalmente son capturados estos retratos policiales: un espacio reducido y hostil, iluminado con una luz que encandila hasta el hartazgo.
La muestra se exhibe hasta mediados de junio y puede visitarse de lunes a sábado, de 9: 30 a. m. a 5 p. m. La entrada cuesta ¢700 y los lunes es gratuita. El MADC está en la sede del Cenac (antigua Fanal).