Nada más placentero que observar el desempeño de un colectivo que evidencia profundidad en la investigación de lenguajes, dominio técnico y solidez conceptual. Ese es el caso de La Llave Maestra, un grupo hispano-chileno que, desde el teatro físico y de objetos, demostró su capacidad para explotar las muchas posibilidades de la escena como territorio estimulador de la imaginación.
En el universo de Nómadas, dos mujeres y un hombre se preparan para salir de viaje. En una terminal aguardan con el corazón puesto en la aventura. Sin embargo, los objetos se rebelan. Los abrigos provocan pequeños combates entre los cuerpos; las maletas se niegan a servir de equipaje. Poco a poco, el caos generado por la vitalidad imprevista de las cosas comienza a gobernar ese mundo de ensoñaciones.
A partir de este punto todo es juego. El elenco construye sketches independientes entre sí –a nivel anecdótico–, pero articulados por la relación de los intérpretes con los elementos de su entorno. La alternancia de escenas trepidantes con otras más pausadas genera una “respiración” o ritmo que comparten el espectáculo y su audiencia. En ese estado, la energía circula, sin parar, por cada rincón de la sala.
El trabajo actoral fue un compendio de destrezas y creatividad. Por ejemplo, el sketch de las mamparas móviles demandó una alta dosis de precisión, resistencia física y sincronía de movimientos. Los intérpretes realizaron cambios de vestuario o “desaparecieron” mientras corrían escondidos detrás de unas angostas placas de madera. El control de los recursos corporales para lograr esta secuencia fue notable.
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En otros momentos, se apreciaron técnicas de las vertientes que conforman el teatro físico: mimo corporal, clown, artes circenses contemporáneas y danza. La articulación de estos lenguajes llenó de riqueza expresiva la faena del elenco y permitió que las escenas pudieran gravitar entre el drama y la comedia o entre lo absurdo y lo lírico. De ese modo, el viaje de los personajes fue, también, un viaje por diversos estilos interpretativos.
A nivel espacial, el dispositivo escenográfico es tan sencillo como eficaz. Varios contenedores se movilizan a fin de formar casas estrechas, medios de transporte o embalajes para seres humanos. Las combinaciones son ilimitadas y potencian la constante sorpresa del público o la incomodidad de los actores. El resto de la plástica y una banda sonora a la medida terminan de redondear la propuesta.
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Nómadas es una oda al ilusionismo, al juego, al encuentro emotivo de intérpretes y espectadores, a la fantasía y a las habilidades del cuerpo para comunicar al margen de la racionalidad impuesta por la palabra. En fin, es una celebración de todo “eso” de lo que el teatro se ha apropiado para volverse un arte milenario, vital y encantador.
Durante la inauguración del XI ENT, los burócratas culturales que acapararon los discursos parecieron ignorar lo anterior. Hablaron de sí mismos, naufragaron en la obviedad o, peor aún, hicieron propaganda política de baja categoría. Por suerte, La Llave Maestra hizo lo suyo y, con enorme garbo, poquísimas palabras y mucha inteligencia, los encerró en el olvido.
Dirección: Álvaro Morales Lifschitz, Edurne Rankin
Autoría: La Llave Maestra (España - Chile)
Actuación: Edurne Rankin, Max Pertier, Francisca Artaza
Tramoya: Mario Espinosa
Música: Gorka Pastor
Diseño escenográfico: La Llave Maestra
Realización escenográfica: Verónica Eguaras, La Llave Maestra, Javier Rankin
Diseño de vestuario y animales: Edurne Rankin
Realización de vestuario: Natalia Sesma, Edurne Rankin
Diseño de Iluminación: Álvaro Morales
Fotografía: Felipe Morales Lifschitz, Michael Gálvez
Producción: La Llave Maestra, Karekin Kultura
Diseño gráfico: Isidro Ferrer
Colaboración: Odile Pothiers, Charlotte Sears
Espacio: Teatro Popular Melico Salazar
Fecha: 2 de octubre de 2018