Bérenger es un ciudadano honesto. Desea mudarse a un barrio caracterizado por su inmaculada belleza, pero también por el hecho de estar casi abandonado.
Tal parece que un homicida ha venido utilizando el estanque del sitio como destino final de sus víctimas. Bérenger toma cartas en el asunto e indaga a fondo.
No obstante, su afán justiciero se convierte en una carrera de obstáculos que lo llevará a los límites del peligro.
Este es el núcleo argumental de Asesino , espectáculo basado en El asesino sin gajes , de Eugène Ionesco (1909 – 1994).
Aquí, la trama es un pretexto para construir una metáfora sobre la angustia del individuo frente a la amenaza de la muerte y el fracaso de la vida en sociedad como estrategia paliativa de dicha angustia. La incomunicación, el poder y la inoperancia de las instituciones son otros temas presentes en la obra.
Puntos encontrados. De este montaje , aplaudo el esfuerzo de adaptar un libreto complejo, demandante y poco conocido en nuestro medio. Además, destaco el trabajo del elenco para sostener un texto difícil de trasladar a las tablas. La ardua y bien lograda faena de encarnar a Bérenger fue el punto más alto de la velada.
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Por otra parte, resiento el descuido absoluto en el diseño y ejecución de la plástica escénica.
En enero de este año –a propósito de la reposición de La casa de los espíritus – resalté el excelente nivel alcanzado por Teatro Espressivo en este rubro. Seis meses después, me veo obligado a señalar que Asesino es una de las puestas más limitadas en esa materia que he visto en esa sala.
En el caso del vestuario, algunas prendas fueron intervenidas con aplicaciones que pretendieron funcionar como símbolos.
El arquitecto, por ejemplo, llevaba alas negras en la espalda y Bérenger tenía un parche con una cinta métrica en su saco.
Al margen de la deficiente integración de las prendas y las aplicaciones, el resultado no tuvo correspondencia de forma o sentido con otras capas del espectáculo. Por lo tanto, muchos vestuarios acabaron siendo simples ocurrencias, pero no signos decodificables para el público.
Espacio. La escenografía fue un dispositivo planteado como una enorme y monótona fachada blanca. Paneles corredizos y una puerta se abrían para mostrar espacios internos utilizados a modo de habitaciones, oficinas o negocios.
Este concepto subrayó la insistencia en diseñar decorados ostentosos para disponer de amplias superficies de proyección.
Bodas de sangre (marzo, 2015) y Crónica de una muerte anunciada (mayo, 2015) son ejemplos similares. Esta característica es una marca de la casa que está cerca de transformarse en un cliché.
Al respecto, las imágenes utilizadas en la obra no aportaron información adicional sobre lo sucedido en escena. Apenas ilustraron –de manera obvia– algunos parlamentos o cumplieron con la elemental función de ubicar el lugar de las acciones. Si la consigna es utilizar los proyectores, que entonces se haga con criterios menos simplistas.
El golpe de gracia de la plástica escénica lo dio una utilería solo perdonable a un grupo aficionado. La mesa con dibujos de relojes o la banca con agregados de herramientas deberían pasar –urgentemente– a cuidados intensivos para ser reelaborados desde su concepción. El descuido del entramado formal distorsionó los sentidos profundos del texto.
Sumado a todo lo anterior, los innecesarios guiños a la actualidad política nacional colocaron a este Asesino como el principal sospechoso de atentar contra la memoria de un indefenso Eugène Ionesco.
Ficha técnica
OBRA: Asesino.
DIRECCIÓN: María Bonilla.
DRAMATURGIA: Adaptación de El asesino sin gajes de Eugène Ionesco.
ELENCO:Jean Pierre Martén, José Pablo Umaña, Enid Sofía Zúñiga, Carlos Alvarado, Leonardo Sandoval, Manuel Martín, María Bonilla, Melvin Jiménez, Pedro José Sánchez.
ESCENOGRAFÍA E ILUMINACIÓN: Emilio Aguilar.
VESTUARIO: Mariana Ramírez.
UTILERÍA: Óscar Hidalgo.
MÚSICA: Allan Hernández.
MULTIMEDIA: Ana Muñoz.
ESPACIO: Teatro Espressivo.
FUNCIÓN: 26 de junio.