En muchos casos resulta obligatorio ser ambicioso. Cuando se trata de una celebración de aniversario, como sucede con los 40 años de la existencia de la Compañía Nacional de Danza (CND), el hambre por ser grandilocuente parece inevitable.
Para colmos (y en buena hora) quien está detrás de firmar el espectáculo de celebración es Pepe Havia, coreógrafo cubano-español que se ha caracterizado por sus propuestas cargadas de grandes expectativas. Con el apropiado título Vida, la compañía festeja 40 años de permear muchas generaciones y continuar un camino que parecía imposible.
La danza primero
Pepe Hevia es uno de esos coreógrafos foráneos que se agradece que se hayan convertido en viejos conocidos.
En el 2013, justo con la Compañía Nacional de Danza, fue galardonado con el Premio Nacional de Cultura a mejor coreografía con el espectáculo Cuerpo traslúcido.
Cinco años después, Hevia reconoce que esa fue una ocasión que lo marcó, pero que no se compara con el actual montaje de Vida. Su nueva pieza coreográfica la reconoce como “uno de los procesos más especiales que he vivido en toda mi carrera”.
“Con toda honestidad lo digo porque el hecho de que la compañía me invitase para esta ocasión de celebración es un homenaje a una institución que ha sobrevivido y realizado un trabajo intenso, algo que me remonta al espíritu de la danza universal”, confiesa.
El intimismo que ha expresado Hevia con la CND lo ha regresado a sus comienzos, cuando tenía seis años y ya comenzaba a crear coreografías propias. “Esta obra refleja cómo el artista se expone desde los inicios de una vida”, cuenta el coreógrafo pues, desde su lente, la compañía ha criado a muchos niños que nunca imaginaron que bailar significaba decenas de horas de ensayo para pocas horas de función. “Es un hermoso sentimiento”.
Hevia encuentra poesía en esa característica de la danza y así es como quiere rendir homenaje a los 40 años de actividad de la compañía. En Vida, mira en la institución a un niño que ha crecido y que reverencia a los maestros que ha tenido.
En este espectáculo, el coreógrafo hace hincapié en los maestros que han evolucionado la danza universal. Esta percepción, asegura, hace que la pieza dancística tenga la misma validez en Costa Rica como en Europa o Estados Unidos.
“Tiene esa esencia de llevar un regalo, una ofrenda al mundo. Es gratitud”, dice Hevia.
Además de abarcar diversidad de temas, el espectáculo presenta episodios apoyados por audiovisuales. Este aspecto interdisciplinario termina de catalogar al montaje como uno de los más ambiciosos de su carrera.
“Me he emocionado mucho cuando trabajo junto a mi compañero cineasta porque silenciamos el movimiento y los bailarines quedan en segundo nivel. Así nos alejamos de las fórmulas fáciles y le damos al espectáculo una belleza plástica y poética”, comenta el coreógrafo.
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Homenaje a la experiencia
El 10 de julio de 1979, bajo la dirección de Elena Gutiérrez, nació la Compañía Nacional de Danza. El propósito de la institución fue profesionalizar este oficio.
Para el 2000, la compañía se transformó en un programa perteneciente al Teatro Melico Salazar, que a su vez es un ente adscrito al Ministerio de Cultura y Juventud. Es conocido por ser el referente inevitable de la danza contemporánea en el país.
“Se llega a la madurez institucional y artística en la que muchísimos profesionales, entre bailarines, coreógrafos, maestros, músicos, actores y directores, han dejado huella profunda. Este fortalecimiento nos ha permitido, con el pasar del tiempo, abrirnos a las nuevas tendencias de la danza en nuestro país, sin perder nuestra esencia”, asegura Sylvia Montero, directora de la compañía.
"Es una compañía en constante proyección social y de alto nivel escénico, que ha iniciado una nueva etapa, un salto cualitativo hacia el futuro en el que la institución se plantea nuevos retos”, agrega.
Según registros, más de 100 bailarines han sido parte de la Compañía Nacional de Danza y más de 200 montajes han sido bailados fuera del país.
"Este espectáculo no es solo un homenaje, sino una revisión actualizada de lo que es la danza, el movimiento corporal, y lo que aporta al ser humano y al desarrollo del país”, comenta Fernando Rodríguez, director del Teatro Melico Salazar.
Vea el espectáculo
Vida se presentará el jueves 11, viernes 12 y sábado 13 de julio, a las 8 p. m., y el domingo 14 de julio a las 6 p. m. Las funciones serán en el Teatro de la Danza, ubicado en el Centro Nacional de la Cultura (Cenac). La entrada general tiene un costo de ¢2.500. Los tiquetes se pueden conseguir en la boletería física del teatro, que estará abierta dos horas antes de cada función.