Londres. EFE El multimillonario artista británico Damien Hirst, conocido por sus tiburones o vacas en formol, entre otras extravagancias, ha sido acusado de plagiar a otros colegas.
No menos de 15 obras suyas están inspiradas en otras ajenas, según Charles Thomson, artista y fundador de los stuckistas, grupo militante activo a favor del arte tradicional y crítico del premio Turner que concede la Tate Gallery.
No es la primera vez que Hirst se expone a ese tipo de acusaciones, como ocurrió por ejemplo en relación con su cráneo humano engarzado de diamantes.
Pero ahora, en la revista de arte Jackdaw, Thomson cita 15 casos de plagio, entre ellos los anaqueles con medicinas que comenzó a exhibir en 1989 y su instalación Pharmacy (Farmacia) , de 1992.
“Joseph Cornell presentó ya en 1943 un pequeño armario con botellas en los anaqueles que bautizó Farmacia” , denuncia Thomson.
Tampoco sus pinturas giratorias o la instalación de un balón sobre una corriente de aire son originales, critica el representante del grupo stuckista, quien dice que ese tipo de obras surgieron ya en los sesenta. “Hirst presume de ser un gran artista, pero buena parte de su obra la debe a las ideas originales de otros, a los que pirateó ” , añade Thomson.
Entre los artistas que han acusado a Hirst de plagio está el británico John LeKay, que en 1987 presentó una crucifixión con un cadáver de cordero, idea similar que le copió luego Hirst.