Descalzo frente al piano, el exministro Manuel Obregón condujo una audiencia modesta hacia un viaje por la naturaleza costarricense, la tarde del sábado.
Un video que mostraba el ecosistema marino se proyectaba al fondo del escenario del Teatro de La Aduana, en San José; al pie de la proyección brotaban, en vivo, las notas musicales de Trance submarino , pieza original del músico y compositor nacional.
La riqueza del océano se mostraba desnuda para el público, a quien Obregón sumergió hasta lo más profundo del mar para mostrar su inmensidad y su poderío, y así, sensibilizar sobre la importancia de que el ser humano actúe en favor del medio ambiente.
El número fue el desenlace de la presentación de Obregón, quien fue parte del cartel de invitados del Festival Swich , que desde el viernes y hasta este domingo tomaron la Antigua Aduana con charlas, proyección de documentales, conciertos y una feria de emprendedores cuyos productos dignifican la naturaleza.
De ahí que el exministro de Cultura desempolvó su obra Simbiosis ( proyecto con 18 años de historia en el que la música y el ambiente tienen una relación íntima ) para presentarla en el Swich, festival que dejará caer su telón esta noche con conciertos de Lecheburra, Patterns y Gandhi, a partir de las 3 p. m.
Desde el teatro capitalino, Obregón y un público que no sobrepasaba las 40 personas abogaron por la protección de la naturaleza, desde un proyecto que inició en el 2012 la Fundación Pro-Energías Renovables.
A pocos metros de distancia, otro festival también reunió arte y cultura con el objetivo –tan humano y necesario como el de la protección del medio ambiente– de encontrar a costarricenses con la población refugiada en el país.
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En el anfiteatro del Centro Nacional de la Cultura (Cenac), el Festival Integrarte alzó la voz para visibilizar a esa población que habita en el país.
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Por ejemplo, el grupo de teatro Girasol de la Universidad de Costa Rica, presentó ayer el montaje Migrantes: tocando timbres , que pone al descubierto las causas y consecuencias de la migración en el mundo.
A través de diálogos y situaciones sencillas, los actores evidenciaron los motivos reales de la migración y acabaron con el mensaje que buscan perpetuar desde que estrenaron la obra, en el 2016: “Al final, si todos somos migrantes, ¿por qué nos discriminamos”.
Seguido a la obra, Lina Gil, una refugiada colombiana en Costa Rica, realizó una presentación de belly dance con abanicos y fuego.
Al mismo tiempo de las presentaciones culturales, en los pasillos del Cenac, refugiados emprendedores (mayoritariamente de Colombia, Venezuela y El Salvador) ofrecían desde la gastronomía de su país, hasta artículos de belleza, cuidado personal y moda.
Tanto el Festival Integrarte como el Festival Swich continuarán este domingo con la expectativa de lograr una mayor convocatoria de público.