Esta vez, los creadores se animaron a mezclarlo en algunas escenas con los personajes centrales de la trama y compartir con ellos algunas experiencias... Eso sí, sin olvidarse de su amada bellota.
En esta cuarta entrega, la eterna obsesión de Scrat por las bellotas lo hace responsable de que la forma de la Tierra se altere y surjan los continentes que hoy conocemos.
Producto de su travesura, la prehistórica ardilla termina en alta mar, donde encuentra el mapa de un tesoro que la llevará a la mayor reserva de bellotas que haya existido.
Emprende, entonces, la búsqueda de ese paraíso, pero termina hallando más problemas y su primer papel “protagónico” junto con las estrellas de esta helada saga.
“No existe un personaje que sea mejor ni más agradable de animar que Scrat. Es el motivo por el que me dedico a la animación. Su aventura en esta película es como un cuento clásico en el que ve su objetivo, lo persigue y se lleva puntapiés de todos los colores. Pero, en esta ocasión, los riesgos para él y la manada no podrían ser más altos”, asegura el director del filme, Steve Martino.